"A prueba" (Leo, VIXX) R18

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Solo se escuchó el golpe sordo de un jarrón romperse en toda la sala de aquel departamento, al otro día tendría que tener cuidado al pasar por ahí, siguieron arrojando cosas al suelo con cada choque que daban, pero eso no importaba, solo importaba no perder en aquella sensual batalla que tenían ambos, un fuerte jadeo salió de los labios de (T/N), había sido despojada de su vestido en un hábil maniobra de Leo, quien tras batallar con la cremallera había podido bajarla y sacar aquella tela que le impedía ver el cuerpo de la chica, quien tenía los labios rojos y un tanto hinchados tras la batalla de besos que habían tenido hacia unos segundos.

-No puedo negar que el vestido te quedaba perfecto, pero sin él te ves mejor, muchísimo mejor-paso la lengua por sus labios saboreando y devorando el cuerpo semidesnudo de (T/N).

-Es, es injusto que siempre acabe con menos ropa que tú-respondía entre jadeos y estremecimientos al sentirse observada como si fuera un pequeño cervatillo esperando ser engullida por un León-deberías saber que odio las injusticias-dio un ronroneo y de un fuerte jalón desabrochó la camisa de Leo haciendo volar los botones por todo el lugar-se mordió el labio inferior al contemplar aquel torso fuerte y tonificado que tenía en frente de ella, paso sus pequeñas manos palpando cada musculo, sintiendo el calor que emanaba de este, como se estremecía por su tacto, nuevamente se mordisqueo el labio inferior al cruzársele una idea que sabía que él adoraría. Se acercó mucho más a él y comenzó a pasear su lengua por el torso logrando que soltase jadeos reprimidos por parte de Leo.

Él no aguanto por mucho más le tomó por los hombros obligándola a mirarle a la cara y nuevamente la beso, haciendo que sus piernas flaquearan pero antes de que desfalleciera la hizo dar un brinquito para que enrollará las piernas a su cintura y poder sostenerla, le encantaba como (T/N) se acoplaba a él, como cada centímetro de su piel respondía a sus caricias, como cada suspiro y gemido era provocado por él. Siguió recorriendo con besos y caricias las partes que sus labios alcanzaban, las manos de (T/N) se aferraban a su espalda, aunque a ella le gustaba dominar a aquel hombre posesivo esa noche sentía ganas de estar a su merced, de pronto fue apoyada en la mesa, habían tenido noches fogosas pero no como aquella, nunca lo habían hecho fuera del cuarto, era momento de poner a prueba los muebles de la casa. Leo se separó de ella para volver a contemplarla, mejillas sonrojadas, ojos opacos de lujuria, labios enrojecidos, era la imagen más hermosa que pudo sentir que contemplaba en su vida. Ya empezaba a sentir que el pantalón le apretaba de sobremanera en su parte delantera, (T/N) lo encendía, y fue aún más cuando de una forma muy sensual ella comenzó a quitarse la parte superior de la ropa interior que conservaba, no dejaba de verlo a los ojos, mientras quitaba uno por uno los broches delanteros del brasier, (T/N) había descubierto que aquellos eran una gran idea para noches como aquella y jugueteando con la paciencia de él se tomaba su tiempo para quitarse la prenda.

-Juegas conmigo-susurró mientras se abalanzaba a besar cada pecho de ella cuando se vieron liberados de tal molesta prenda que los ocultaba de su vista.

-Im...impa...impaciente-contesto entre jadeos, llevando sus manos al suave cabello del chico, no podía reprimir cada gemido que él le hacía dar.

Leo fue bajando los besos desde los pechos hacia el vientre de (T/N) hasta perderse entre sus piernas logrando que ella diera un agudo gemido al sentir como su lengua jugueteaba sobre sus bragas, por reflejo sus piernas intentaron cerrarse, lo que Leo impidió sosteniéndolas con sus fuertes manos, desde ahí podía ver como el cuerpo de (T/N) se retorcía tras cada lamida y caricia que hacia sobre las bragas, pero etas comenzaban a molestarle y de un solo jalón las quito, ganándose una mueca algo fastidiada por parte de la chica al ver que su ropa interior inferior ya no serviría.

-Te comprare otras, aunque no me molestaría que prescindieras de ellas-le dio un guiño seductor para volver a su cometido esta vez sin una barrera de tela.

-Per...pero esas me GUS...AH...taban-trató de argumentar pero Leo había comenzado acariciar su entrada con los dedos, haciendo que las ideas comenzaran a serle un poco confusas.

(T/N) podía sentir como el calor comenzaba acumularse en su bajo vientre, como las piernas le cosquilleaban, pronto sentiría el primer orgasmo de la noche, Leo era realmente hábil con la boca y sus manos, pero antes de que pudiese llegar él se detuvo, sonriendo divertido al ver la expresión confusa en (T/N), antes de que protestase bajo la cremallera de su pantalón para quitárselo, él tampoco podía contenerse más, necesitaba estar dentro de ella, la necesitaba. Pudo percibir como la mirada de (T/N) se oscureció aún más de placer al verlo, ella también lo necesitaba, y verla así le hacía hervir la sangre, como es que el imbécil pudo dejarla, simplemente no supo complacer aquella mujer, una mujer de verdad, un verdadero tarado, que le agradecía la estupidez de haberla dejado para que él pudiese sentir aquella pasión que solo (T/N) era capaz de entregar y por supuesto él no estaba dispuesto a dejar ir nunca, ella había enamorado todo de él, ella era la única que necesitaba en su vida. No solo por el placer, sino por todo, ellos podían ser los amantes perfectos y los novios inocentes al mismo tiempo.

-No juegues más conmigo-suplicó (T/N) pasando su pie desnudo por toda la longitud del miembro de Leo haciendo que palpitase impaciente.

Se recostó sobre ella procurando no aplastarla mordiéndole el lóbulo de la oreja derecha, y de una sola envestida estuvo dentro de ella, gimiendo ambos por la acción, las piernas de ella se aferraron en sus caderas y comenzaron con un suave vaivén que era acompañado por los gemidos y palabras románticas que ambos compartían en susurros, el uno con el otro, pero eso fue cambiando y pronto las embestidas eran mucho más rápidas y rudas, elevando el sonido de los gemidos y jadeos. Las manos de Leo recorrían cada rincón del cuerpo de (T/N), mientras que ella hundía sus uñas en su espalda, las caderas de ambos se comenzaron a mover frenéticamente alcanzarían el clímax pronto, solo unas embestidas más y un sonoro gemido estalló anunciando que ambos ya habían llegado al orgasmo.

-No, no me creo que lo haya...hayamos hecho en la, en la mesa-calmaba su respiración (T/N) aún abrazada al torso de Leo que ahora estaba sentado en el sillón con ella sobre sus piernas.

-Pues por mi podemos probar cada mueble de la casa-le sonrió de lado par luego darle un beso en la sien.

-Es usted insaciable señor Jun Taekwoon-le devolvió el beso pero en los labios.

-Usted me hace ser así señora Jun (T/N)-y de un momento a otro (T/N) tenía en su dedo anular un delicado anillo con un diamante que tenía forma de estrella-¿Aceptas?-ya no había lujuria en los ojos de Leo, había otra cosa, había algo de temor y nervios.

-¿Qué, cómo, esto, esto es, es, es, es, es enserio?-los ojos de (T/N) se habían llenado de lágrimas.

-Eres a la única que quiero en mi vida, y aunque suene muy egoísta soy el único que quiere ser parte de la tuya, pero si no qui...

-Si quiero, si quiero, si quiero, si quiero-le repartió besos por todo el rostro sin parar de reír.

-¡TE AMO!

Se dijeron al mismo tiempo sin dejar de sonreír y seguir besándose, al parecer seguirían poniendo a prueba cada mueble del departamento y puede que más de un florero quedara inutilizable esa noche. 

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