Dead Reckoning.

Habitación.

Una habitación.
Sólo eso.

En el segundo y último piso de mi piso en el tercer piso.
Una habitación.

Qué desarrolló en mí un miedo irracional.
Qué me provoca pánico.

Pero que a mis ojos esconde una belleza absoluta.

Una habitación en la que cualquier punto,
desde cualquier ángulo,
me parece hermoso.

Una habitación que contiene arte en sus cuatro paredes.

Una habitación que sembró de terror toda una infancia
y que aisló a una adolescente en su entera adolescencia.

Una habitación en la que esa adolescente pasa tardes tumbada,
leyendo,
aislándose de lo negativo.

Pero que por la noche la aísla de lo positivo, de esa luz a la que aferrarse.

Una habitación desde la que escribe una definición.
Una descripción.

Una aterradora
y perfecta
habitación.