No saber tu edad, donde vives, como se llaman tus padres ni hermanos, ni siquiera tu nombre completo.
Pero mirarte a los ojos y que no me importe nada más que eso y la hermosa sensación que provocas en mi estómago, es lo mejor que alguna vez me pudo haber pasado, y es lo que me incita a amarte locamente y a pesar de que sólo te vea de vez en cuando, tu perfecta imagen vive fresca en mi mente todos los días de mi vida.