Querida Sadie:
Recuerdo cuando llegó Caleb a la escuela.
Había rumores, aunque pocos, de que te gustaban las chicas. Y no podías permitir eso
¿No?
Asíque cuando llegó te olvidaste completamente de mis sentimientos y fingiste estar encantada con Caleb.
Sí, te conocía.
Yo me preguntaba porqué hacías eso, o si yo debía ser más como Caleb.
Y finalmente llegó el doloroso momento, donde con tu peor humor me dijiste que hasta ahí llegabas.
Me enviaste un mensaje porque no decías nada en la cara, pedazo de cobarde.
Esa tarde no quise saber nada más.
Saludabas a todo mi grupo de amigos, y a mí me esquivabas la cara.
¿No podías ser amable al menos?
Parecíamos desconocidas.
Lo peor fué cuando de verdad te empezó a gustar Caleb, cuando estaban formando apenas su bonita relación, y tú te sentabas en un banco tan cerca del mío que me obligabas a escuchar tus estupideces.
De vez en cuando me tirabas alguna indirecta, pero me hacía la que no oía. Como siempre.
Y te empezé a odiar. Realmente quería que algo malo te pasara, me dabas rabia tú y tu falsedad.
De vez en cuando me hablabas, si necesitabas algo solamente. Y trataba de ignorarte pero te terminaba ayudando, porque una parte de mí aún te quería, y porque siempre fuí amable con todos.
Era muy fácil llegar a mí.
Suerte que ya no.
Luego tú y el señor mujeriego comenzaron a salir oficialmente, a besuquearse en la puerta de nuestro aula. Yo me mostraba neutral, pero en mi casa estaba muy sensible.
Llegó su primera pelea también, por alguna razón me contentó.
Fué por redes sociales claro, no olvidemos como era su relación.
La furia recorrió mi cuerpo cuando te insultó, no pude evitarlo.
Tecleé y lo callé para que no volviera a molestarte.
Y por algunos momentos llegué a creer que volverías a mí por defenderte, que te esconderías detrás mío y yo podría tenerte para mí nuevamente. Me equivoqué.
Defendiste a tu novio, me dijiste que no le hable así, enojada, y que no me metiera.
¡Al diablo! Ahí te quería mandar,
quería que todos supieran que te gustó una chica, porque eso para tí extrañamente sería lo peor.
Pero no, yo no hacía esas cosas.
Y aunque tú lo hubieras hecho por pura maldad, yo no era negativa.
¿Ahora entiendes todo lo que te amaba?
Ya no tengo tanta emoción por seguir las cartas Sadie, lo arruinas todo.