Capitulo 5: Dudas y sospechas

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Eran justamente las seis de la mañana, desde que salió de ese asqueroso bar para esa hora había terminado el cabellos azulados de complacer aquel sujeto que lo dejó de cierta manera aturdido por no decir que traumado ya que Tesuhiro era un joven muy fuerte en varios aspectos y soportaba cualquier cosa sin embargo su cliente tenía unos fetiches muy extraños que lo dejaron humillado y es que el peliazul siemre era el dominante alguien que disfrutaba dar placer, no que le den placer a él eso lo hacía sentir extraño, no se sentía cómodo le era intolerable no dejaría que nadie lo tome al menos que sea alguien que con todo su corazón ame y permita semejante acción pero de eso a qué un sujeto lo tome a la fuerza le asqueaba, le repugnaba, lo aturdía de mil formas se sentía fuera de si completamente bateado por el día anterior el amanecer se aproximaba junto a eso arrastraba los pies para dirigirse a su refugio  estaba al borde del desmayo estaba bateado no quería saber de nada ni de nadie en esos momentos. Tenía unas fuertes ganas de mandar todo al diablo odiaba a Zorro Negro lo detestaba con una sola noche se había ganado el odio del peliazul lo había humillado, insultado y maltratado todo eso bastó para detestarlo a pesar de su dulce corazón ese tipo hacia una expecsión, el único que dejaba hacer ese tipo de tratos y era a su amado peliplata se sentía culpable desde que llegaron y se embarcaron en esta situación, deseaba con todo su corazón despertar de este mal sueño y que despertaría en Japón a lado de su Senpai pero la cruda realidad era esta no le quedaba de otra si quería sus cosas de vuelta pero ¿era realmente necesario el recuperar cosas materiales? ¿No se supone que debió aprender la lección esa primera noche cuando se encontraron con los Coyotes blancos? ¿No hubiera desde un principio llamar a sus contactos para hacerles saber sobre su paradero? Aquellas preguntas se le vinieron a la mente no tuvo tiempo para hacerse esas preguntas desde un principio porque desde que llegó aquí todo había sido un caos y en lo que menos pensaba era eso aunque debió ser lo más importante desde un principio al peliazul pasó desapercibido y hacer eso se sentía tan egoísta en no comentarle el paradero a sus amigos y su familia lo hacía sentir la peor persona del mundo -Bueno, estoy aquí desde una semana tal vez todos piensan que sigo en Brasil... tengo que darme prisa para no preocupar a todos de nuestra desaparición de otra forma si no consigo salir del mes tendré que avisarles... pero no quiero preocuparlos, tengo que darme prisa ¿pero es tan mala la situación? este lugar es hermoso lleno de vida y las personas de aquí son muy agradables, tenemos un hogar y una manada singular que nos cuida... pero a Senpai no piensa lo mismo que yo siempre se queja de los mosquitos, el clima y la gente de aquí aunque bueno en Japón era lo mismo no tolera a nadie, cada vez que lo veo se ve tan triste cuando mira desde la alcoba... debe extrañar mucho Japón, tengo que apurarme no sé en qué diablos pensaba en quedarnos aquí eso sería muy injusto y cruel de mi parte en hacerle eso a Senpai- la luz del sol cegaban sus verdosos ojos dirigiéndose

Mientras tanto en la mansión

Se había levantado temprano, tanto así que Carlota se sorprendió al no tener que despertarlo, estaba esperando a Morinaga para desayunar-Tengo que arreglar las cosas con el o mal interpretará todo... ¡maldición! Quería acercarlo y lo primero que hago es alejarlo- estaba afuera apoyado en el marco de la entrada con brazos cruzados pronto a lo lejos pudo divisar a Morianga completamente exhausto oliendo a Alchohol

-¡Morinaga! ¡¿En donde diablos estabas y que estuviste haciendo?! ¡¿Porque hueles a alcohol?!-

-Senpai... déjeme tranquilo... fui solamente a beber-

-¡Jah, si claro! ¡Como si me fuera a tragar ese cuento!-expuso sarcástico

El ambiente era tenso en ambos, Morianga solo quería escapar de las preguntas de Senpai y relajarse un poco puesto que mañana tendría que verse con Zorro Negro. Solo quería un poco de calma pero Souchi lo aturdía con muchas preguntas, le explotaba la cabeza y no quería desquitarse con su Senpai por el mal humor, lo que menos quería era otra pelea.

Pétalos de mi amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora