Capítulo 2

1K 97 65
                                    

"Te he estado siguiendo, Hyun. Me gustas mucho."

-¡¡Aaahhh!!¿Qué fue eso? ¡Todavía no creo que eso pudiera haberme ocurrido!- grité mientras aún me lavaba las manos y me miraba delante del espejo de los baños de la cafetería.

Aún no podía hacerme a la idea de lo que me había pasado hace unos días. Primero aquella señora y luego él. ¡¿Por qué me sorprende más lo que me pasó con aquel hombre que el hecho de que aquella señora me humillara?!

-¡Y lo peor de todo es que al parecer seguirá viniendo!

-¿Quien, cariño?

-¡¡AAAH!!¡¡ Clemence, por qué estás en los baños de chicos!!- al verla en el reflejo del espejo me sentí como si hubiera visto un espectro.

-Alguien tenía que limpiarlos, ¿no? Ay, Hyun, tú siempre tan adorable.- contestó mientras arrastraba por el suelo un cubo lleno de agua.

-¿Pero hoy no tenías algo que hacer? Quiero decir, recuerdo que me dijiste lo del viaje el otro día pero ésta semana...

-A ver, ¿puedes quedarte en la puerta? No quiero que me pises lo que estoy limpiando.

Me sequé las manos rápidamente con algunos papeles y me quedé ahora donde Clemence dijo.

-Sí. Hoy es el congreso anual de ganadería de la ciudad. ¡¿Y sabes lo que eso significa?!

-Pues... ¿no?- le contesté con cierta timidez.

-¡¡Vacas!! ¡¡Habrá muchas vacas!! ¡¡Y potros sin domar!! Creo que me llevaré tres. ¡Yo misma me encargaré de domarlos! Pero sobre todo adquiriré algunas vacas. ¿Te quedarías con una frisona o con una parda? ¿Eh? No está...

Efectivamente me había ido de allí. Ya era la hora de abrir para todos y prefería comenzar mi precioso trabajo que hablar de vacas con Clemence.

La mañana transcurría con total normalidad. Clemence se había ido a su reunión de vacas una vez que había limpiado un poco el local y yo me había quedado sólo como todas las mañanas. Por suerte no había venido ninguna señora tiquismiquis a quejarse de mis cafés. En realidad dudaba que esa mujer volviese después de lo que hizo. Al menos yo no tendría tanta cara...
De nuevo andaba perdido en mis pensamientos mientras limpiaba algunas tacitas y silbaba la canción que sonaba en la radio cuando las campanitas detrás de la puerta del local sonaron, es decir, que alguien había entrado.
Por eso, dejé todo lo que estaba haciendo, sequé mis manos y tomé mi libreta y mi bolígrafo. Cuando vi que quien había llegado era ese tal Rayan, al que había conocido la semana pasada de una extraña manera (a pesar de que sí, hacía tiempo que venía aquí todos los días a la misma hora) me quedé paralizado por unos momentos.
Sacudí mi cabeza y me acerqué a paso lento hacia él. Ciertamente si lo viera en otra situación ni si quiera le dirigiría la palabra, pero estoy en mi trabajo, y tengo que atenderle...

"Que sepas que te hablo sólo por eso. Sólo eres un cliente. Un cliente muy guapo y elegante que viene todos los días al Cosy Bear Café.", dije por dentro.

De hecho, hablaba lo justo con él. Cuando me quedé delante suya, garraspe la garganta.

-Buenos días. ¿Sabe ya lo que desea?- le pregunté.

-Claro. Lo de siempre.- contestó mientras me miraba con aquellos ojos verdes.

-Lo... de siempre.- dije.

-¿Lo recuerdas?-me preguntó.

- Un descafeinado de máquina.

-Exacto.

-Pues...

"¿Soy yo o el ambiente se ha vuelto algo tenso? Pero es otro tipo de tensión..."

-¡En seguida se lo traigo!- hablé sonriente, y me fui corriendo hacia la barra.

-Demonios... A pesar de que no respondí positivamente a lo del otro día, ese hombre me mira de una forma, y su tono de voz...- susurraba mientras hacía el café.

Llevé la mirada -disimulando un poco- hasta la mesa donde él se encontraba, y al ver claramente que me estaba mirando, volví a darle la espalda de nuevo.

-Me está mirando... Y encima sólo estamos él y yo... ¿Nadie quiere tomar algo ahora mismo? Esto es incómodo...

Una vez había preparado su café, me acerqué de nuevo a él, y lo dejé en la mesa.

-Que aproveche.

-Gracias.

Me fui sobre mis pasos y me acerqué hasta la barra pero ésta vez quedé por fuera. Como no había nadie más que Rayan, aproveché mientras tanto para coger el móvil y leer algunos mensajes (si Clemence me ve haciendo esto, soy hombre muerto).
Me disponía a responder un mensaje de "buenos días" a mi madre cuando algo me hizo soltar mi teléfono de golpe: sentí unos pasos a mis espaldas.
Y ése sonido al pisar no podía ser de otros zapatos si no que...

-Qué...- hablé en tono bajo.

De pronto me vi acorralado contra la barra por aquel hombre, que había posado ambas manos de tal manera que impedía cualquier modo de escape posible.

-¿Por qué me evitas?- me susurró al oído mientras una vez había acercado su cuerpo aún más al mío.

-¿Qué?

-Hyun... No hagas esto tan complicado. Realmente estoy muy interesado en ti. Sólo tenemos que conocernos un poco más.

Sentí cómo una cálida mano acariciaba mi vientre, bajo mi camiseta. Yo aparté la mirada de aquel hombre. Todo mi cuerpo ardía, así que supuse que debía estar colorado como un tomate.

-R-rayan...

-Por favor.

Finalmente pude reaccionar y alejarlo de mí al menos un metro. ¿Qué le pasaba? Si alguien me viera así en el trabajo...

-Te daré unos días para pensarlo. Escucha, el viernes, ve a esta dirección.- me cedió un papelito que guardaba en uno de los bolsillos de su americana, y rápidamente se fue de allí justo como aquel día hizo.

Me quedé observando el papel. Mi corazón aún latía con mucha fuerza. Una vez que leí la dirección no podía creer que fuera aquel lugar.

Queridos lectores...

Perdón por la demora de este capítulo, debido a ciertos inconvenientes no lo pudimos realizar, prometemos ser lo más puntuales posibles, para la entrega de los siguientes capítulos, que serán publicados sin faltas, gracias por su atención... Espero que esté capítulo haya sido de tu agrado...


Escritora Anónima...

OKAY EN REALIDAD TENEMOS PROBLEMAS EN LA ORGANIZACIÓN COF COF COF *se va volan2*
Espero que no haya errores. Ando medio ciega ahora mismo.

DEADPEGASVS...

MI AMADO DELIRIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora