No debiste quedarte - susurró Pomawari
No me puedes decir eso ahora Poma. Se te había ido de las manos, pudieron dejarte mal herido.
Pero yo les dije que en ese momento se debían ir, que no intervinieran. ¡Pero tú no entiendes lo que se te dice! No seas tan inocente.
Espera Poma, alguien viene.
Dos hombres que llevaban trajes de cuero y cascos redondos de color negro pasaron frente su celda por el pasillo oscuro, el más próximo a ellos les dirigió una mirada despectiva y volteó nuevamente a balbucearle algo a su compañero, haciendo "no" con la cabeza.
¿Ya? - Susurró Illari.
Podría haberlo hecho hace rato, pero tengo que pensar qué hacer contigo - respondió Pomawari-.
No te preocupes por mí, estaré bien.
Mira huevón, tu mamá debe estar llorando por tu culpa en tu casa. No se por qué mierda te metes en donde no te llaman. Te juro que si no haces lo que yo te digo, estos pendejos te van a encerrar solo y de por vida. Nada de amigos, nada de fiestas, nada de mami ni papi. Solo tú, voliéndote loco, comiendo basura todos los putos días de tu vida, o cuando se acuerden de dártela.
Illari notó que los ojos de Pomawari se cristalizaban, por primera ves sintió que su vida estaba en peligro. Se le ocurrió que al estar ahí con Poma, no hacía más que aumentar el peso en sus hombros, sintió un nudo en el estómago. - Poma, por favor confía en mí, haré lo que tú me digas, y si puedo ser de utilidad, por favor házmelo saber-.
Eso quería oir muchacho, prepárate para tu muerte entonces, toma mi mano y no te separes de mí, y no hagas ningún ruido. -Poma abrió el cerrojo de la celda con una llave y caminó con Illari por el pasillo en silencio, dando pasos cuidadosos, mirando a ambos lados, procurando no tropezar.
Illari tenía muchas preguntas, pero no era el momento de hacerlas. Para él, el pasillo se hacía eterno, un temor muy profundo se iba incrustando en su pecho con cada respiro, sentía que no podía darse el lujo de cuestionar la situación. Sentía ganas de preguntarle a Pomawari en qué momento había obtenido la llave que habriría la celda, que a donde estaban yendo ahora, que cual era el plan exactamente, que por qué le dijo que se prepare para morir", cosas que normalmente no hubiese dejado de preguntar hasta obtener respuesta, pero este no era una situación normal, era hora de ponerse serio.Luego de caminar a lo largo del pasillo por unos segundos, que Illari sintió como minutos interminables, llegaron a una celda que Illari reconoció, esta estaba pintada de distintos colores, cosa que llamó la atención de Illari en el primer momento que la vió, al ser llevados a su celda por los guardias de casco negro.
Poma abrió la reja de la celda con otra llave y entró llevando consigo a Illari de la mano. Adentro, había un señor de escaso y desaliñado cabello que llevaba el mismo traje de preso que ellos, pero mucho más sucio. Illari recordó la cara de ese hombre, y recordó el gesto que les hizo al pasar frente a él.
Illari volteó a ver la espalda de Poma mientras él cerraba la reja de la celda con seguro y se acercaba al señor calvo de sucio traje.
Aún no lo puedo creer -susurró Pomawari-, no puedo creer que hayan pasado ya 20 años. He tratado de averiguar tu paradero desde que recuperé mis recuerdos.
Pomawari, desde que te vi pasar he querido preguntarte, ¿qué has venido a hacer aquí?
Illari no comprendía nada "¿no ibamos a salir de aquí?" pensaba, pero la angustia no le permitía emitir ni una palabra.
Tengo que contarte muchas cosas antes de sacarte de aquí -dijo Pomawari-.
Cuentame lo que quieras, pero antes que nada, ¿cual es tu celda? - respondió el hombre de escaso cabello-.
La Número 26.
Listo.
Unos guardias de casco negro pasaron frente a la celda mirando a los lados lentamente.
Guarden silencio -dijo el hombre de escaso cabello-, no pueden verlos pero sí oirlos.
Illari trataba de conectar puntos en su cabeza y casi se hacía una idea de lo que estaba pasando.
Los guardias continuaron caminando sin mayores sorpresas.
Pomawari, ¿cerraste tu celda?
¿Crees que soy idiota?
¿Entonces no la cerraste? -contestó el señor de escaso cabello esbosando media sonrisa-.
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EL ARCA
AdventureCada cierto tiempo alguien, que no es elegido al azar, se despide de sus seres queridos para emprender un viaje cuyo destino nadie conoce realmente. Nadie más que la familia que gobierna esas tierras. Ese fue el trato que hicieron con "El Arca".