『 кαямα 』《Ｂｏｋｕ ✘ Ｎｏ ✘ Ｈｅｒｏ ✘ Ａｃａｄｅｍｉａ》

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- Wow, la clase 1-A al completo..., realmente os veis mejor en persona – expresa Keiko analizando con suma rapidez los buen formados cuerpos de cada uno de ellos y casi relamiéndose los labios.

En cuestión de segundos había meditado los Quirks que poseían y clasificado en "interesantes" o no según como ella los consideraba para su propio beneficio sexual. Al tener unos seleccionados, no duda en acercarse a ellos y preguntarles tal y como hizo la anterior vez, pero ahora con los que acababa de conocer.

- Mezo Shoji, ¿no? Con que tu particularidad es replicar partes de tu cuerpo... – menciona ella merodeando por alrededor del joven.

- Hm..., si – responde con una ceja arqueada por el comportamiento de la peligris.

- ¿Cualquier – recalca – parte? – Interroga con ojos brillantes.

- Eh... – se estaba empezando a incomodar.

Ante ese titubeo lo da como afirmativo, sin añadir nada más le entrega un papel con su número de teléfono y va a por su siguiente víctima.

- ¡Oh! ¡La waifu ranita, Tsuyu Asui!

- ¿Hola? – Se lleva un dedo a la mejilla.

- ¿Manejas bien la lengua? – Cuestiona directa y cogiéndole de las manos motivada.

- ¡Gero...! – cierra la boca y pestañea avergonzada por lo mal que había sonado.

- Oye, ¿para qué quieres saber eso? – Interroga una voz femenina.

- Jaja, salu2 – contesta por inercia y al girarse se topa con una chica de tez rosa –. ¡La waifu alienígena, Mina Aishido!

- ¿Oísteis eso? ¡Soy famosa!

- Que pena que tu Quirk sea tan peligroso, con lo mona que eres... – se rasca la nuca con decepción – Aunque si sabes controlarlo bien, llámame – le da un impreso –. Y tú también, Tsuyu-chan – le ofrece otro –. Así podremos pasarlo muy bien las tres...

Las dos féminas observan el obsequio desde todos los ángulos posibles, a Mina le parecía gracioso ese interés por ser amigas mientras que la anfibia se había percatado de sus verdaderas intenciones.

- Momo Yaoyorozu, waifu de la vida real, tu podías crear objetos, ¿verdad? – Aparece de la nada delante suya.

- ¡Ah! – Se asusta y se lleva una mano a su pecho para tranquilizarse – A-Así es.

- Oh, ya veo – junta su puño con su palma –. Menudo ahorramiento de condones y juguetitos... Será un placer hacer negocios contigo... y lo que surja – le proporciona su número.

La morena se preocupa acerca de sus oídos, juraría haber oído cosas fuera de lugar, pero creía haber escuchado mal.

Por otro lado, Keiko se coloca frente a cierto varón heterocromático y se le queda mirando fijamente, éste ladea la cabeza sin comprender aquella detenida observación.

- La expresión de tu cara se ve muy distinta a la del Festival Deportivo – comenta ella.

Eso le hace recordar el momento en el que peleó con Izuku, ahí estaba sumergido en ira por su padre y repudiaba su lado de fuego sobre todas las cosas, hasta que el peliverde logró tocarle la fibra e hizo que se desprendiese de la acumulación de emociones negativas que retenía por culpa de su progenitor.

- Es como si te hubieses quitado un peso de encima... – realiza una pose pensativa – Aun así... – cambia la seriedad por una actitud fangirl – ¡Tienes el porte de todo un príncipe azul! ¡Qué digo, la de un rey!