[Hiatus] Only Mine •|| Sebaciel ||•

Embellecimiento

Los gritos inundan cada rincón de este horrendo lugar.
Un sonido de cristales rotos se propaga por el aire... Oh vaya, ha sido ese paciente esquizofrénico otra vez.

De no ser por las cuerdas que atan mis manos, le ayudaría a acabar con su vida.

Por qué.
Por qué no fui discreto.
Por qué maté frente a todos.
Por qué me delaté de tal manera.
Por qué, si ya estaba tan loco cómo él adoraba ver a sus amos, me dejó.

De la nada, siento que mis manos se liberan. El paciente que tenía una extraña manía con morder todo ha decidido hoy morder mis cuerdas.

"Gracias" susurro, antes de tomar un trozo de la ventana hecha añicos de un tamaño considerable, y clavarlo en su pecho. El otro paciente, asustado de mí, se arrojó por el hueco de la ventana.

Me acerco al cadáver a mi lado, para luego arrancar su corazón y comenzar a morderlo crudo como si fuera uno de esos pastelillos que él me cocinaba...

Desperté soltando un grito por el horror, pero el miedo se disipó por completo al sentir que los brazos de mi mayordomo me rodeaban, mientras sentía una de sus manos acariciando mi cabello.

—¿De casualidad... Tuvo una pesadilla? –Me pregunta, noto la preocupación en su voz– Iba a despertarle para servirle su desayuno como siempre pero... Estaba temblando, y pensé que no sería buena idea despertarle, así que decidí permanecer a su lado hasta que lo hiciera por su cuenta...

No puedo pronunciar palabra alguna aunque su presencia me calmó, ya que seguía en shock por mi sueño. Estaba en un horrible centro psiquiátrico, no tenía ni la más mínima gota de cordura, obedecía únicamente a mis impulsos, y todo porque él, Sebastian, me había abandonado...

Pero no. Esa no era la realidad. Que me esté abrazando confirma su lealtad ante mí.

Sé bien que por su naturaleza demoníaca es imposible que me ame, pero no puedo evitar sentirme tan querido por la calidez de ese abrazo, un abrazo que emite la esencia de un romance dulce e inocente. Si pudiera, me quedaría entre sus brazos para siempre...

Pero nosotros, lamentablemente, sólo somos amo y mayordomo, comida y demonio.

Sueño con que algún día eso deje de ser así, que tengas sentimientos, que sea posible que te enamores del mocoso arrogante que soy.

Ahora comprendo por qué literalmente estoy loco de amor por tí...

Yo haré cualquier cosa por tí, cualquier cosa. No me he puesto límites. Si matar es necesario, cosa que ya he hecho porque lo es, lo haré, porque sé cuánto adoras que tus amos caigan en el profundo mar de la locura. Lo único que temo es que te alejes de mí o que me descubran, una suerte que sea tan poco sospechoso...

De todas maneras, no puedo descuidarme, porque basta un pequeño pero significativo error para que mi reputación caiga al suelo.

—Bueno, ya que al parecer se encuentra mejor, será mejor que coma, para luego empezar con la rutina –Siento como sus brazos me sueltan, rompiendo aquel bello momento que pareció durar la más hermosa eternidad, pero aún siento que me mira con una mirada que refleja algo de preocupación– Tiene mucho trabajo para hoy, sumándole que debe resolver el caso de esa tierna enamorada –Su tonalidad al decir aquel "tierna" refleja un claro sarcasmo, pero aún así mi corazón late con fuerza. Si considera a la Enamorada Sanguinaria alguien tierno en otro sentido, significa que me considera a mí como alguien tierno. Si tan sólo supiera que yo soy quien se oculta tras ese seudónimo...

"Hey, sal de tu mundo de fantasía, eres un conde y además eres el perro guardián de la reina"  me recuerda mi subconsciente. Sí, seré todo eso, pero también soy el nuevo terror de Londres. Bueno, debo fingir que sigo siendo el mismo, aunque exista la posibilidad de que ni siquiera antes era lo que realmente soy. Otra vez la idea de que en realidad ese jovencito loco, cuyo estado mental comienza a empeorar debido a algo que se supone es dulce y bonito, sólo por su infancia marcada por la ignorancia y el desprecio, sea mi verdadero yo... Intento pensar que eso es sólo una extraña teoría.