Capítulo 6

215 19 2
                                    

Me desperté en una habitación de hospital, sola. Mis padres entraron minutos despúes de que yo despertara.

— Que hago aquí? — pregunté con voz ronca.

— Te desmayaste cariño, — dijo mi madre —, pero ya estás bien.

 Estuve varios días en el hospital, me hicieron pruebas y de más. Lo que pasa es que yo no me acordaba de porqué me había desmayado, solo sé que me encontraron tirada en el suelo con varios golpes y moratones.

— Nos vamos a casa, ya han terminado de hacerte pruebas. — Dijo mi padre.

Me ayudaron a levantarme y me vestí con la ropa penosa que me trajo mi madre, una camiseta de tirantes blanca, que nunca llevo porque no me gusta y unos leguins en los cuales se me marca todo, no acertó ni con los zapatos. Oh dios, ¡quien combina estas dos prendas con unas deportivas verdes!

— Mamá... No había nada más en el armario, ¿en serio?.

— Pues hija... Lo primero que cojí. — estaba claro que había estado media hora buscando en el armario.

Llegamos a casa y nos bajamos del coche. Subimos por las escaleras que llevaban a la puerta principal, mi padre abrió y entramos. Parecía no haber nadie pero se oía la tele de fondo.

— Cuando te hayas terminado de instalar nos gustaría hablar un rato contigo. — Dijo mi madre.

— Ni que me hubiera llevado media habitación. — le dije.

Subí a mi habitación por esas jodidas escaleras, que solo con moverte un centímetro ya crujia y me dirijí a mi habitación. Me quedé parada de golpe y pensé  <<Roko>>. <<¡Mierda!>>. Fuí corriendo a mi habitación a dejar la maleta y de seguida corrí hacia la habitación medio abandonada donde se alojaba Roko.

Abrí la puerta y no estaba. Antes de volverme loca buscándolo fuí a ver que querían mis padres.

Bajé y me dijirí al salon, donde estaban sentados esperandome.

— Sientate hija. — dijo mi padre con tono serio.

— ¿Qué pasa? no me asusteis. — dije.

— ¿Qué se supone que es esto? — dijo mi madre. Señaló una caja a unos pocos centímetros de la mesa, fuí a mirar que había dentro.

— ¡Roko! — dije. Roko salió y comenzó a lamerme. — ¿Donde te habías metido pequeñin?

— Qué significa esto, Ana sabes perfectamente que odiamos a los perros, y mas a los perros grandes. — dijo mi madre.

— Mamá exajeras. Esta casa es lo suficiente grande como para poder tener a más de uno o dos perros. Pero miralé la carita, dios, ¿no te enamoran sus ojazos? — dije cojiendole la cara con mis dos manos. — Dale una oportunidad, anda. ¡No se hace ni pipí ni popó dentro! Es muy educado.

— No hija. No podemos tener perros. ¿Qué come? porque yo no e visto comida para perros por ningún sitio.

— ¿Ah no? ¿y donde se supone que lo llevareís? ¡Como le lleveís a la perrera os mato! — dije. Oh vamos, ya es como de la familia.

— Podríamos ver como se comporta, y si vemos que no es un buen perro nos lo llevaremos a algún refugio. — dijo mi padre.

— ¡Sii!, no os arrepentireis, os lo digo yo, en el viaje hacia aquí no dijo nada, se porta genial, ¡ya vereis!

Antes de que pudieran decir nada cojí a Roko y subí a mi habitación.

Me tumbé en la cama y encendí mi móvil. -265 mensajes de 5 conversaciones-  ¿esque no puedo estar inconsciente un par de días sin que me peten el móvil a mensajes?  Más de la mitad eran de Pau, otros muchos eran de Alba y el resto eran de algunos grupos, que por cierto, no se que pinto yo en esos grupos.

Estuve leyendo hasta las ocho y media. La luz parpadeaba a menudo y cuando me quedaba mirandola se paraba. En esta casa pasan cosas muy extrañas y yo no lo entiendo. Aunque se lo dijiera a alguien no me creerian, mi madre me llevaría al psicólogo y mi padre pues... a saber.

Me llamaron para cenar. Salí de mi habitación y comenzé a caminar hacia las escaleras, antes de girar para comenzar a bajar, algo se cayó detrás de mi. Decidí no girarme y comenzé a correr escaleras abajo. Llegué al comedor y me senté sin darme cuenta de que mis hermanos no estaban.

Mi madre llenó los platos y los puso en la mesa.

— ¿Donde estan Grace y Rubén? — Pregunté

— Están de acampada con el colegio. — dijo mi padre.

— Tu no fuiste porque estabas dormida. — dijo mi madre.

— Pues vaya mierda. — contesté.

Después de cenar un estofado horrible ya que mi madre no va mucho de cocinar, me levanté de la mesa y me dirijí al salón a ver la tele un rato.

En la pantalla todo el tiempo habían interferencias, no se veía bien en ningún momento, así que decidí subir a la habitación a leer de nuevo.

Mi luz volvía a parpadear así que decidí dormir con Roko al lado, que se había acoplado de una forma increible.

Por la noche, en esa casa, antigua, todo oscuro, era imposible dormir. Miraba al techo con Roko a mi izquierda, pegado a la pared. Roko levantó las orejas de golpe y comenzó a mirar a la puerta. Estaba apunto de ladrar, y yo estaba apunto de hacerme caca encima.

Al final no resultó ser nada, pero, joder el susto que me llevé yo. Pero es bueno tener a Roko, que así estaré preparada por si ocurre algo...

 Al final me dormí.

-6:00-   

 Me desperté y pensé <<Instituto>>  dios que pereza me da ahora.

------------------------

Siento haber tardado tanto en subiirlo, pero aquí está!

Besiitoooos!<3<3

¿Hay alguien ahí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora