Capítulo 10

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Mi estúpida casa sigue igual de macabra que siempre. Me e leido exactamente 26 libros y medio desde que llegué. Y no e vuelto a saber de Marcos desde que él supo que estaba embarazada, casi dos semanas sin ver esa sonrisa, esos ojos que me miraban a cada momento, y ahora a desaparecido como si nada. El instituto terminó, mis hermanos volvieron del campamento.

Estoy tumbada en mi cama leyendo Orgullo y prejuicio un libro al que le tenía muchas ganas, ya que todo el mundo habla muy bien de él. Y como siempre, la luz de mi habitación parpadeando.

— ¡Mamá! — grito, oigo como se acerca. Y abre la puerta.

— Dime.

— La luz. — digo, apartando la vista hacia la lámpara.

— Llamaré a tu padre.

Oí como bajaba las escaleras y poco después las subía alguien, mi padre, supongo.

— Oh, Ana, esta luz siempre había parpadeado y nunca te habías quejado, ¿qué pasa?—dice mi padre al entrar a mi habitación.

— Pues que antes no parpadeaba tanto, mira esto, no puedo leer así.

Así que fué abajo a buscar una bombilla para mi habitación, trajo tres, por si alguna no funcionaba. Colocó una y seguía parpadeando, la quitó y puso la segunda, también parpadea, y repitió el proceso. Todas parpadean.

— Debe ser un mal contacto del cable, o algo. — sugiero.

— Posiblemente. Hija, ¿por qué no vas a leer al salón?, mañana mirare lo de la luz.

— ¿Al salón? ¿a leer? ¿a las doce de la noche? ¿sola? ¿estás de coña verdad?— contesté.

 — Pues no leas ahora, acuestate, descansa y ya mañana, con más luz lees.

Así que cerré el libro y me metí entre las sábanas, mi padre salió de mi habitación y me quedé a oscuras, observando la luna através de la ventana deteriorada de mi habitación.

Pienso en como será el bebé ahora mismo, pienso en si debería tenerlo o no, pienso en lo que estará imaginando o soñando o vete a saber que estará haciendo ahora. Me he informando y a la segunda semana de embarazo, basicamente se desarrolla una cabeza, un tronco y una cola rizada. Sólo yo sé quién es el padre, sólo yo y él sabemos esto, sólo yo debo decidir si tenerlo o no.

Y comienza un nuevo día de verano. Aquí no hace mucho calor, lo cual me gusta, porque en mi antigua casa te morías de calor en febrero, aquí en febrero nieva, nunca he visto nevar.

Me siento al borde de mi cama, unos minutos más tarde me levanto y bajo las escaleras como si fuera gelatina en una cuesta, me voy desplazando, lentamente, dejando un rastro húmedo y gelatinoso, como la gelatina. No, la verdad es que bajo lentamente, como un oso perezoso. Parece que no hay nadie en mi casa.

— ¿Hola? — nadie responde.

Voy a la cocina y miro el reloj digital -13:42-  ¿Pero como he podido dormir tanto?. Encima de la mesa de la cocina hay un papel.

Ana, he salido a comprar con tus hermanos, papá esta trabajando, volverá sobre las tres de la tarde, tienes ensalada, pan y queso por la cocina, preparate algo.

Bss, te quiero.

Mamá.

— Anda que avisa. Podría haberse preocupado un poco de si yo quería ir.

Busco mi movil, abro los mensajes, y le mando uno a Marcos: <<Stas vivo?>>. No recibo respuesta.

Me hago un zumo de naranja, me siento en una silla mirando hacia las escaleras. Doy un sorbo, trago. Y derepente se oye como si alguien estuviera bajando las escaleras.

— ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

No hay respuesta. Cojo un cuchillo y me dirijo a las escaleras, no hay nadie.

— ¿Hola? ¡No tiene gracia!

Y justo despues un cristal cae detras de mi. Me giro, no hay nadie, solo un cristal roto en el suelo, lo a debido de traer alguien, porque no hay estanterías cerca. Corro a mi habitación y me encierro. Minutos más tarde oigo pasos, se acercan a mi habitación. Estoy sentada, con las piernas dobladas y cojidas por mis manos. Roko está a mi lado, no separa la vista de la puerta, con las orejas muy estiradas. Los pasos se oyen cada vez mas cerca, tengo miedo.

Pita mi móvil. Mensaje de Marcos: <<Stoy vivo, q tal? ncesito vrte>>. Puto susto que me doy, joder, que oportuno el niño. Yo también necesito verle, pero, ¿a que narices viene esto? no se a preocupado por mi en ningún momento, no a preguntado como estaba, ¿y ahora necesita verme? venga hombre, que se vaya a la mierda.

Miro la hora. -14:24-   Debería comer. Pero me da miedo salir fuera.

Me levanto lentamente, cojo el cuchillo de mi mesita, cojo a Roko y salgo de mi habitación. Se oye el tik tak del reloj de cuco del piso de abajo. Cruje la madera al pisarla. Dejo a Roko en el suelo y comienza a correr escaleras abajo, le sigo. Voy corriendo a la cocina, pongo la radio. Me como la ensalada, justo cuando termino de comer el bocadillo con queso, llega mi padre. Se le ve agobiado. Se acerca a mi.

— ¿Y a ti qué te pasa? — pregunto preocupada. Está sudando y le caen lágrimas. Cojo el vaso y bebo.

— Mamá y tus hermanos han tenido un accidente de tráfico.

El vaso cae, se rompe. Agua por todo. No pasa nada, el agua se limpia. La sangre de los accidentes también. Las almas perdidas no.

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No he tenido tiempo de escribir. Lo siento :/

Beesos <3

¿Hay alguien ahí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora