Capítulo 7

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Me desperté, Roko ya se había levantado y estaba esperando a que le abriera la puerta para salir, porque, obviamente no iba a dormir con la puerta abierta. Abrí y bajamos los dos. Me dirijí a la cocina a por un vaso de zumo para desayunar. Cuando me lo terminé volví hacia las escaleras cuando de pronto vi a Roko delante  de la puerta de la entrada. Le abrí y salió corriendo, supongo que para hacer sus cosas. Es increible lo listo que es siendo tan pequeño. Entró en pocos minutos y cerré la puerta.

Me vestí para ir al instituto y miré en el calendario, solo faltaban seis días para terminar y comenzar las vacaciones de verano.

Estaba apunto de salir por la puerta cuando mi madre bajó las escaleras y en pijama.

— ¡Mamá pero que haces! voy a llegar tarde por tu culpa. 

— Pero hija, hoy no debes ir al instituto.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Saliste ayer del hospital, ¿estas loca?

— No mamá. No estoy loca, simplemente quiero ir, porque me perderé el baile de final de curso y más cosas. — mi madre suspiró cuando dije eso.

— Bueno... Esperame en el coche, ahora salgo.

— Pero no tardes, que tenemos un camino de veinte minutos por delante y ya llegamos tarde.

Salí de la casa y me metí en el coche a esperarla. Pasados unos diez minutos salió y se dirijió hacia el coche, entró, metió la llave y arrancó. Estuvimos sin hablar todo el camino.

Llegamos al instituto Esperanza,  no había casi nadie, claro, estaban en la acampada.

— ¿Estas segura de que quieres ir? No a venido casi nadie. — me dijo antes de que bajara.

— Segura. — suspiré y bajé del coche. —. Adiós mamá.

— Adiós hija, ¡diviertete!

Es imposible divertirse cuando no conoces a nadie y practicamente todo el mundo te evita. Pero prefería estar aquí que estar en casa oyendo ruidos por todo. Ni de coña iba a quedarme sola mas de cuatro horas, porque mis padres se iban a trabajar y mis hermanos no estaban.

Llevaba cinco libros en las manos y caminaba hacia la puerta cuando un chico se chocó conmigo y me los tiró. Parecía que lo había hecho aposta porque no había más que dos o tres personas fuera y la puerta era lo suficientemente grande como para ni rozarnos al entrar.

— Lo siento. — me dijo.

— No, no pasa nada. 

Me agaché para recojerlos, el también se agachó y me ayudó. Nos levantamos y levanté la vista para verle la cara. Era exageradamente guapo y cuando iba a decirle que gracias, se me hizo un nudo la garganta.

— ¿En qué clase estás? ¿Eres nueva? — me dijo mirandome con esos ojos verdes que me dejaban atontada.

— Segundo, segundo 'A'. Y sí, soy nueva, — le dije. La voz se me trababa todo el tiempo. —, ¿y tú?

— Tercero 'B' .— dijo. Joder esque hasta su voz era increible. — ¿Como te llamas?

— Ana, ¿tú?

— Marcos. Ana... Bonito nombre.

— Gracias, igualmente. — estaba comenzando a ponerme mas roja que campanilla cuando se enfada. 

— ¿Entramos?

— Sí, claro. Vamos. 

¿Qué se supone que hay que decir en esta situación? en teoría el chico le dice a la chica que si quiere ir con el a tomar algo, pero, el no dijo nada. Pero creo que... como se dice... creo que me e enamorado, ''un flechazo''.

¿Hay alguien ahí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora