Capítulo 3 • Policía

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Todoroki había sido bastante cordial conmigo desde que estaba en su casa. Era buena persona y habíamos cogido confianza en poco tiempo. Tenía la sensación de que lo conocía. Seguramente de todas las veces que me hablabas de la familia Todoroki. Muchas veces pensabas que tenías un fetiche muy turbio y oscuro con ellos la verdad. Sin embargo, en el Todoroki menor veía algo oscuro, ¿sabes? Sabía de una manera incierta que había tenido que pasar por mucho para que sus ojos desprendieran ese dolor. Ahora sí, el padre era temible, supongo que te habrías enfrentado a él alguna vez pero tenía la sensación de que era una persona muy fuerte pese a que Tomura me inspiraba más confianza que él, y eso, ya sabes, que es decir mucho.

Supongo que ya habrás estado antes en esta casa, por lo menos a mi me alucinó los jardines tan bien cuidados y los suelos al más puro estilo japonés.

Todo iba caminando sobre ruedas hasta que un día, Shoto con su padre me llevaron a comisaría. Para toda la sociedad eras un delincuente y un villano habrías estado y escapado de ahí miles de veces pero yo nunca había ido hasta ese momento.

El sitio era frío, lúgubre y por ningún casual te minimizaba los nervios que sentías. En ningún momento podías sentirte cómoda y segura en aquel lugar. El ansia te consume por dentro con la incertidumbre del que pasará y toda tu vida pasa delante de tus ojos en ese momento.

Cuando te llaman la situación no mejora. Te llevan a una sala donde te chequea por si tuvieses algún arma y pasan por un escáner. En mi caso la ley no permitía bajo ningún concepto tener un abogado en el interrogatorio y estaba que me cagaba del miedo.

— Seré directo. — Empezó diciendo el inspector. — Sabes que no tienes otra opción que decir la verdad y que otra cosa tendría una consecuencia peor. — Asentí. — ¿Qué recuerdas? — Tardé en pensar lo decir.

— Recuerdo como me empujaban hacia al vacío y después un golpe en la espalda. — Respondí.

— No me refería a eso. ¿Quién eres exactamente?

— ____... — Dije. — No sé mi apellido.

— ¿Y qué sabes?

— No entiendo su pregunta, discúlpeme. — Respondí.

— Te pondré en situación. La hija de un héroe profesional desaparece con 5 años y tras 3 años de búsqueda se da por muerta. 10 años después de su desaparición encontramos el escondite de los villanos y un estudiante de la UA, que ni siquiera debería estar ahí, encuentra a una chica que no coincide completamente con ningún registro legal menos uno. — Término de hablar. — ¿Sabes a lo que quiero llegar?

— La verdad no. — El dio un fuerte golpe en la mesa. — No sé si se refiere si sé que soy esa niña perdida, que no lo sé. O si quiere saber de dónde demonio he salido, cosa que tampoco sé. — Suspiró.

— ¿Has estado con los villanos no? — Dudé pero finalmente asentí. — ¿Desde cuándo?

— Desde que tengo memoria.

— ¿No recuerdas nada antes de esta con ellos?

— Lo único que mi memoria me deja ver y escuchar de cuando era muy pequeña era a un villano dándome la mano, yo estaba en el suelo llorando. Me decía: "A ti también te han dejado sola ¿eh?" Me cogía en brazos y me llevaba con él mientras una voz gritaba mi nombre. Es lo único que recuerdo.

— Imagino que el hijo de Endeavour ya te habrá enseñado esta foto ¿no? — Asentí. — ¿Qué opinas?

— Creo que podría ser esa niña, pero no lo sé.

— Se podría saber con una simple prueba pero se necesita tu consentimiento. — ¿De qué habla? ¿De encontrar mi pasado? ¿Encontrar a mis padres? Todo me da vueltas como una noria. ¿Qué hago?

— Vale. — Mierda... Lo dije por un auto reflejo.

— Ven conmigo. — Salimos de la sala para dirigirnos a una especie de enfermería donde me sacaron sangre y otras pruebas mínimas. Después de tumbaron en una cama y al final me quedé dormida.

Lo que más me duele, Dabi, es que seguramente lo sabías. Lo sabías y no me dijiste nada, es el único rencor que te guardo. No puedo enfadarme contigo de todas formas aunque quiera, pero, joder, ¿esconderme de mis padres? ¡Unos putos héroes profesionales! Tú, sobre todo tú que sabías cuanto me afectaba este tema y cuanto ansiaba que cualquier día saliera en las noticias que una niña había salido. Una mínima esperanza por saber que me buscaban. Que había alguien ahí fuera que me echaba de menos. Todo en lo que creía se había ido a la mierda, todo la fantasía de ser huérfana que me había creado para protegerme se había derrumbado y tu no estabas. Pero, ¿sabes quien si estaba? Shoto.

— ¿Qué debo de hacer? — Decía entre llantos. Mi corazón era un manojo de nervios, un vaso medio vacío y medio lleno. En una parte estaban todas esas personas que me criaron y me aceptaron como si fuera parte de ellos, los villanos. Y en la otra parte de mi corazón había entrado la persona por la cual estoy viva, mi padre. ¿Y ahora que debería hacer? Todoroki se acercó a mí y colocó sus brazos en mi espalda, en sí. Me abrazó. Algo que el Todoroki Shoto que yo conozco nunca haría.

Me apoyé en su hombro y rodeé su cuello con mis brazos, lloré más profundo. Después de un rato nos separamos pero él me cogió la mano y empezó a hablar.

— No puedo saber que debes hacer porque nunca he estado en tu situación ______... Haz lo que creas correcto. Busca en tu sentido de la justicia y apoya a quien creas que se merece que lo apoyes.

Puede que esas palabras significarán mucho más de lo que yo entendí pero en su mirada solo se veía un "Quédate" muy claro. O a lo mejor es lo que mi subconsciente quería que entendiera...

Y por si fuera que estuviera rota ya en ese momento vino otro golpe de realidad. Algo que se me había pasado. Algo tan simple pero tan importante. Y es que lo único seguro que sabían sobre mi era que en contra o por mi propia voluntad había estado con la entidad de los villanos y ante eso solo había una forma de proceder.

— ____, quedas encarcelada en un centro de menores hasta próximo aviso.

¿Un Solo Bando? | Dabi y Tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora