Capítulo 12 • Rehacer

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La palabra "Rehacer" dice mucho de sí misma. Volver a hacer algo, empezar de nuevo, repetir una acción. En mi caso, borrar toda mi vida de nuevo y rehacerla. Tener que aprender de nuevo a nacer, crecer, amar, reír, llorar, a divertirme... En definitiva tengo que volver a aprender a vivir.
Quiero nacer como una nueva persona, quiero crecer como una autentica heroína. Quiero amar a alguien como nunca lo había hecho, quiero reír hasta llorar, quiero divertirme hasta aburrirme. Quiero a una persona que me pueda acompañar mientras aprendo todas esas cosas.
En un principio creía que eras tú, Dabi, quien ahora me observas renacer. Que equivocada estaba cuando creía que esos besos que me diste una vez iban a durar para siempre. Que ingenua. Me diste mucho, pero no todo lo que hubiera querido.
Puede que erre al pensar que Todoroki es la persona correcta para que me ayude a lo largo de mi camino hacia una nueva vida, pero me hace bien pensarlo al igual que me hacía bien pensar que tú lo eras. Al fin y al cabo, el ser humano es el único que tropieza con la misma piedra dos veces.

Ya habían pasado varios meses desde la muerte del villano que mató a Endeavor. Meses en los que algunos me parecieron eternos y otros muy cortos. Ya parecía antiguo cuando Shoto me pidió que saliera con él.

Ese día me levanté como uno normal y en el salón me encontré a mi padre desayunando, le di los buenos días y me dispuse a desayunar con él. Después de eso salí de mi casa a recoger a Mina, como hace ya tiempo que lo hacía, para dirigirnos juntas a la UA.

Pasaron las clases y en la hora del descanso me dirigí a la azotea junto a Todoroki. Mañana tendríamos un examen teórico y acordamos utilizar este tiempo para estudiar.

- Oye, ____... - Me llamó. Se veía tan adorable con las gafas puestas...

- ¿Sí? - Respondí ante su llamado.

- Hace tiempo que quiero hacer algo. - Me dijo serio.

- Pues hazlo. - Pronuncié sin saber a lo que se refería. Seguramente se estuviera armando un dilema en su cerebro de si lo debía hacer o no. Finalmente, él se acercó a mí y puso sus labios sobre los míos tomando el control del beso. Yo muy tímidamente lo correspondí. Técnicamente lo había besado en dos ocasiones más pero en ninguna de ellas fue algo tan especial como en esta. Se separó de mí poco a poco y luego me preguntó.

- ¿Quieres salir conmigo? - Sonreí.

- Sí. - Dije sin más y justo después rodeé su cuello con mis brazos disminuyendo la distancia que había entre nuestros cuerpos, que ya casi era inexistente. Lo dije por un acto reflejo. Pese al tiempo que había pasado desde la muerte de Dabi no había logrado superarla pero solo era feliz, tal y como lo prometí.

Ese fue uno de los días más felices de mi vida, lo que no sabía es que hoy sería otro de ellos.

Hoy saldría con Shoto después de la academia y mi padre hoy no se quedaría a dormir en casa.
Después de comer fuimos a un parque y dentro de allí a un sitio apartado, concretamente en una pequeña explanada con un lago en el que éramos los únicos dos que estábamos allí.

Ya llevábamos bastante rato caminando y se estaba haciendo de noche por lo que nos tendimos en el césped. Me incorporé un poco y puse mis manos en su pecho para sostenerme mejor, le di un pequeño beso que él convirtió en uno apasionado. Puso sus manos en mi cintura e hizo que nuestras pelvis chocaran. Metió su lengua dentro de mi boca y así estuvimos un rato hasta que él se colocó encima de mí.

Después de eso fuimos a cenar y luego se dispuso a llevarme a mi casa. Disfrutaba de su compañía y yo de la suya. Quería aprender a amarle y no se me hacía muy difícil. Shoto era un chico encantador, muchas chicas morirían por tenerlo de novio. Cuando estaba con él sentía un calor en mi pecho... Me sentía cómoda. Creo...

¿Un Solo Bando? | Dabi y Tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora