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Hermoso, es una palabra que la rubia usaba muy pocas veces desde que llegó a la mansión de esos "chicos", pero ahora Yui podía ver la hermosura en el paisaje que se muestra frente a ella, se encontraba frente a un lago, el cielo era nocturno sin ninguna estrella solo la luna se dignaba a mostrarse. Por primera vez Yui no tenía miedo de lo que se mostraba ante ella.

-¿Sorprendida, Eve?.

-¡Ah!.

La voz la sobresaltó, no esperó escuchar a alguien más, ¿no se suponía que este era su sueño?. Se dio la vuelta nerviosa de lo que encontraría, pero sus ojos se abrieron con sorpresa. Era un chico, no sabria decir a simple vista de que edad parecia, pero se veía joven, cabellos rubios, ojos azules y una sonrisa amable. Ahora, por segunda vez, Yui podia usar la palabra "hermoso".

Él "chico" sonrió y le mostró los colmillos a Yui, pero a diferencia de ciertos vampiros el no demostró ningún rastro de sadismo. Más bien le divertía la situación.

-No deberias sobresaltarte de esa forma- pero al meditarlo por un momento continuó -Te pido disculpas en nombre de ellos.

-¿"Ellos"?

Él rubio no estaba dispuesto a seguir con la conversación, más bien, sin que la oji rosa se diera cuenta de como ya se encontraba en los brazos del hermoso chico. El corazón de Yui latía desenfrenado, las mejillas estaban calidas, pero ese efecto en ella no duró mucho, dejó en el olvido esas emociones al darse cuenta de que el corazón del chico no latía.

-T-tu...

-Shhhh....., tranquila, muy pronto... estaras realmente en mis brazos.
























Shu abrió de manera perezosa sus ojos, mirando al vacío dejó de prestarle atención a la música de sus audífonos, para prestarle atención a sus pensamientos.

-Otra vez... ese sueño- musitó con seriedad.














Madoka-onii sama








-Oe- lo llamó una voz prepotente.

-¿Qué quieres Ayato?.

-Reiji dice que bajes, esa persona vendrá, tsk - se dió la vuelta para marcharse murmurando - más vale que Chichinashi le haya preparado takoyaki a Ore-sama, por que si no...

El Sakamaki mayor suspiró, y tal vez por el cansancio no se levantó, continuando con los recurdos del ayer. Sin embargo, si no quería que Reiji lo estuviera molestando se transportó a la sala principal.












































Por los pasillos de la oscura mansión, se encontraba caminando tranquilamente un castaño con algunos reflejos rojizos, después de una fogosa tarde con la maestra por alguna razón Laito se sintió nostálgico y decidió pasear por esos extensos pasillos que tantos recuerdos le traían. Recuerda cuando tenía cinco años y trataba de impresionar a "ese tipo", sus hermanos se molestaban porque él solía pasar más tiempo con Shu y Reiji, aunque era comprensible, pero para unos niños de cinco años no.

-¡Madoka-nii sama juega con nosotros!.

-Tranquilos, Laito, Ayato, Kanato, en un momento voy.

-Pero Madoka-nii sa- fue interrumpido.

-Madoka, ¿puedes venir?- habló con una voz lenta y algo ronca.- Te necesito para un favor.

-Ya voy señorita Cordelia.

No le molestaba admitir cuanto extrañaba a "ese tipo", es más cuando se fue de "casa" la mansión quedó notablemente vacía y así fue hasta que "esa persona" decidió que estaban en la edad suficiente para que tener novias de sacrificio.

El oji verde vislumbró la pequeña y asustadiza figura de Yui, hizo una sonrisa gatuna mientras se sonrojaba al pensar en el momento en que pondría sus colmillos en esa tersa piel. Lamentablemente sus fantasías fueron interrumpidas por una presencia que se aproximaba a la mansión, frunció el ceño más molesto.

-Esto no será divertido ~nfu~.



𝐌𝐎𝐑𝐓𝐄𝐌 • 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐎𝐋𝐈𝐊 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora