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El pelirrojo caminaba a paso apresurado por los pasillos de la mansión, inconcientemente contenía la respiración, tenía las manos apretadas en fuertes puños, ya había pasado casi una semana y el maldito aún no se dignaba a buscar a su persona. Pero ya no más.

-Ore-sama le dará una lección.

Dobló la esquina y vió la puerta se la habitación de la persona que buscaba, no le importó que la puerta tuviera seguro, simplemente la pateó y la abrió de golpe, topando se con una escena que le hizo hervir la sangre.

Su nii-sama, estaba sobre la rubia bebiendo su sangre, la tenía sobre su cama y ésta estaba con los ojos fuertemente cerrados, pero lo que lo jodió fue notar que la rubia tenía un notorio sonrojo sobre sus mejillas.

Pero para su sorpresa no tuvo eo coraje de interrumpirlo, se fue, se devolvió sobre sus pasos y se dirigió a la cocina, para que alguien del servicio le cocinara takoyaki. En el camino trató de tranquilizar su alocado y angustiado corazón, está planeando algo, Madoka-nii sama no se interesaría en una asquerosa humana jamás.






Más tarde, luego de haber saciado su hambre, tomó a la humana y la llevó a su habitación, empezó a aburrirse, había olvidado cuan aburrida era la mansión, aunque años atrás era bastante divertida, en ese tiempo sus hermanos menores eran bastante pequeños y sobretodo adorables, sonrió divertido recordando esos tiempos donde su hermanito Kanato hacía berrinches porque prestaba más atención a Subaru que era el más pequeño. Pero esos tiempos felices fueron interrumpidos por lo que sucedió con esas tres mujeres, pronto empezó a recordar todo lo que lo llevó a separarse de sus hermanos, dejándolos desprotegidos ante su padre, sus madres y tío. A éste punto el tranquilo y encantador Madoka estaba endurecido.

Unos ruidos le llamaron la atención, se acercó más con la curiosidad picando en su ser, abrió los ojos como platos, sorprendido ante la escena que estaba presenciando, Kanato, su pequeño ruiseñor, estaba maltratando de tal manera a la rubia que Madoka sintió un pinchazo de dolor por lo que estaba haciendo. Si, los humanos eran simplemente sus aperitivos, seres inferiores, pero no por ser la especie superior significa que deban maltratarlos a tal punto. Puede que sus hermanitos aún no lo razonen, pero sin esa especie inferior su raza ni siquiera seguiría viva.

-¡Kanato! - gritó aventandose sobre su hermano peli morado para que suelte a la pobre rubia.

Cayendo al suelo Kanato levanta la mirada para ver la azulada de Madoka, que estaba sosteniendo a Yui de los hombros, tratando de mantenerla sentada. Yui, tenía múltiples mordidas en el cuello, brazos, y piernas, alrededor de las mordidas la sangre escurría de las llagas.

-Madoka- nii sama.

-¿¡Qué crees que estás haciendo!?.

Pero la mirada de Kanato estaba fija en las manos del rubio mayor, sintiendo una incontrolable furia dentro de su ser.

-¡Te estoy hablando Kanato!.

La rubia aúntratando de no caer en la inconsciencia, con mucho trabajo alzó la mirada, encontrando el molesto rostro de Madoka. Por un momento se asustó, pensando que seguramente estaba molesto con ella, pero se llevó la sorpresa de encontrar de que el rubio estaba mirando al de cabello morado.

-Madoka-nii sama....- fue todo lo que pudo pronunciar el pequeño vampiro de unas grandes ojeras.

Madoka-nii sama esta protegiendo a esa humana, la está abrazando, a esa....

-Pequeño rui....-fue interrumpido cuando trataba de razonar con su hermano.

-¿¡Con que derecho te crees de abrazar así a Madoka-nii sama humana inmunda!? -Kanato gritó fue de si, ¿como siquiera puede permitir que esa humana abraze con tanta confianza a su hermano? su propiedad.

El nombrado se mantuvo en silencio pero su rostro expresando el dolor que sentía al escuchar las palabras despectivas de Kanato, con la rubia aún en su pecho desapareció de la habitación, dejando a su amado ruiseñor gritando y destrozando todo a su paso.


La novia en sacrificio abrió lentamente los ojos, sintiendo la calidez de la superficie en la que su cuerpo estaba recostado, desorientada observó, encontrándose la sopresa de que se encontraba recostada sobre el pecho del mayor de los Sakamaki. Ruborizada levanto los ojos viendo el rostro del rubio dormido, se removió un poco buscando liberarse de los brazos de su "salvador" solo para ser apretada con más fuerza por el rubio. Resignandose no le que más opción a esperar a que despertara, por lo que dedicó a observarlo.

Tenía los ojos cerrados dejando a la vista sus pestañas, su rostro pálido se veía tan encantador en ese estado de vulnerabilidad que Yui sintió que una vez más se sonrojaba, ¿qué estaba pensando?, tenía los labios entreabiertos.

La rubia por alguna razón tenía unas incontrolables ganas de besarlo, se regaño por la clase de pensamientos que estaba teniendo, últimamente ak estar alrededor del oji azul sus pensamientos siempre se tornaban en qje se sentiría tomar su mano, o abrazarlo e incluso besarlo. Como ahora. Se acercó a su rostro, cerrando con fuerza sus ojos para luego besarlo, cosa que le parecía tonta ya que apenas lo conocía, fue apenas un inocente roze, pero fue suficiente para que la rubia se sientiera en el cielo.

Sin saber que una figura se econtraba observándolos apretando sus puños.





Recuerden que yui tiene el corazón de cordelia, por lo que en este momento está sintiendo lo que anteriormente sentía ella con Madoka.

Por último realmente lamento la demora, pero espero de que disfruten el cap.

𝐌𝐎𝐑𝐓𝐄𝐌 • 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐎𝐋𝐈𝐊 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora