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LAS CALLES ESTABAN empapadas debido a la lluvia, por lo que no había nadie, ni humanos, vampiros o demonios vagando.

Sin embargo una figura pequeña cargaba con dificultad a un hombre inconsciente, sus pequeñas manos intentando mantenerlo de pie.



El oji azul mantuvo su mirada en su hermano dormido en la bañera, aunque su rostro ni había expresión alguna, por dentro estaba sorprendido de que su hermano menor pudiera dormir en un lugar como ese.

Suspiró con resignación y lo llevó a su cama, aquello le recordó a Madoka cuando el rubio menor era un niño y se quedaba dormido bajo los árboles de su jardín.

–Sigues siendo niño– susurró el rubio mayor, intentando secar lo mejor que pudo el cuerpo empapado de su hermano menor. Si bien ellos no enfermaban como los mortales, a Madoka le dejaba un mal sabor de boca dejarlo así.

Acarició con ternura su cabello rubio y lo arropó, para luego irse fuera de la habitación.

–No te vayas... Madoka-nii sama– Shu murmuró entre sueños.







En el silencio de la mansión, el albino oji dorado observaba el pequeño retrato en el escritorio de su oficina. En la pintura había un hombre sosteniendo con ternura a un pequeño niño rubio, quien lo abrazaba con fuerza.

Observando esa imagen, Karl quiso volver al pasado, cuando padre e hijo eran unidos y felices.

Nuevamente, maldijo a esa mujer que lo alejó de él.

Pudrete bajo tierra, hija de puta.

Pero ahora todo estaba bien, esa mujer estaba muerta y Madoka volvió a su lado, junto a su familia, donde nunca debió irse.


Karl-sama, por favor, Madoka- Sama quiere irse conmigo– La azabache espetó, aunque había usado palabras de respeto, en su tono de voz decía todo lo contrario.

El oji dorado, no quiso darle la cara, no quería ver esa maldita expresión arrogante en ella, jactandose de que había ganado. Apretó sus puños bajo la tela de su abrigo.

–Madoka-sama y yo nos iremos en la mañana– fue lo que dijo ella antes de dejarlo sólo.

Repentinamente, el albino sintió la oficina tan grande que se sintió diminuto ahí de pie, él sólo.

Él no quería volver a se abandonado.




El rubio, dejó amapolas sobre la tumba perfectamente limpia, acarició con ternura el nombre tallado, recordando la promesa que por la fuerza habían roto.

Sacó un pañuelo de encaje, que tenía bordado una flor, si se miraba más de cerca se podía notar que el bordado estaba torpemente hecho.

Suspiró con cansancio, reprimiendo las ganas de llorar, no tenía permitido hacerlo, no tenía derecho a sentirse triste.

Apretó con fuerza el añillo de compromiso.

–Debo irme, prometo que te visitaré más amenudo– musitó, acarició por última vez el nombre tallado en la lápida, para acto seguido irse devuelta a casa.

Las amapolas soltaron pétalos por el viento cayendo sobre donde antes Madoka había estado.

Era como si estuviera diciendo que lo estaría esperando.







Ayato miró con el ceño fruncido a la distancia, viendo cómo su hermano mayor se alejaba hacia la mansión. Estaba a una distancia segura para que el oji azul no detectara su presencia, esperó pacientemente a que estuviera lo suficientemente lejos como para que él pudiera acercarse.

Observó las flores apoyadas gentilmente sobre la lápida y los pétalos esparcidos por el césped, frunció el ceño cuando leyó el nombre tallado.

"Aquí descansa, Sakamaki Freya"

¿Quién era ella?, ¿por qué se apellida Sakamaki?, el pelirrojo tenía un nudo en el estómago, el solo hecho de que su hermano estuviera allí visitandola le dio un indicio de que esta persona fue importante en la vida de su hermano mayor. Ayato saltó a la conclusión de que tal vez era la hermana completa de Madoka, no como ellos que eran sus medios hermanos.

Se dio la vuelta con el propósito de preguntarle a su hermano cuatro ojos.





–¿De qué estás hablando? –preguntó incrédulo Reiji, aunque su expresión no lo demostraba en su tono de voz se podía notar lo conmocionado que estaba.

–Ya te lo dijo ore-sama, ¿tenemos una hermana?.

–Es claro que no.

–Pero sí no la tuviéramos ¿por qué tenía Sakamaki como su apellido?.

–Primero explicame todo desde el principio.

El oji verde chasqueo la boca con fastidio, procedió a explicarle todo a su hermano, comenzando por cómo Madoka visitaba la tumba y como se apellida.

–Sakamaki Freya.

El azabache y el pelirrojo se voltearon viendo como el trillizo mayor se apoyaba en la puerta del laboratorio.

–¿Tu que haces aquí? –preguntó sin cortesía alguna Ayato, ninguno era tonto, cuando de la nada Laito apareció a cenar impregnado por el aroma de Madoka inmediatamente se dieron cuanta de lo que había pasado.

–Laito, ¿sabes sobre esa persona?– El oji rubí acomodó sus anteojos.

El castaño con destellos rojizos cubrió sus verdes ojos bajo su sombrero, por lo que no se podía ver su expresión.

–No mucho, sólo que fue la persona que Madoka-nii Sama más atesoraba en el mundo– habló recordando como esa mujer gritaba con furia el no ser ella – y que ese fue el comienzo de la brecha entre esa persona y Madoka-nii Sama.

–¿La brecha entre ellos...?

–Si, al parecer Madoka-nii sama y esa persona eran cercanos, hasta que llegó esa tal Freya.

–¿Y tú como lo sabes?.

–Esa mujer a menudo lloriqueaba por ello.

Pero el oji verde no mencionó como su hermano mayor a menudo murmuraba su nombre entre sueños, tal y como Cordelia, Laito sentía unos profundos celos por esa mujer que fue tan especial para su querido hermano mayor.

Que patético, fue lo pensó con desgano, el bien sabía que Madoka nunca lo amaría como él lo amaba.




Finalmente aquí está, me costó mucho publicarlo, wattpad estaba muy raro, no podía publicar nada porque me decía que tenía que verificar mi correo y no me dejaba, pero ahora se arregló.

P R E G U N T A S

¿Qué te pareció el capítulo?.

¿Qué piensas sobre esa mujer misteriosa?

S O B R E    E L    C A P

Ya se dio otra pista.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 29, 2020 ⏰

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𝐌𝐎𝐑𝐓𝐄𝐌 • 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐎𝐋𝐈𝐊 𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑𝐒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora