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Los días de la semana pasaron rápido hasta que llegó el bendito Viernes. Lucas estaba sumamente contento, puesto que después de tres largos días sin ver a su sunbaenim favorito a causa de sus entrenamientos con el equipo de baloncesto, por fin lo vería. Tal vez no para lo que quería pero algo era más que suficiente.

El chico tomó una ducha, se arregló y se vistió con especial cuidado. Al cabo de 20 minutos ya estaba listo comiendo su desayuno mientras esperaba a su pequeña amiga.

—Tía, ¿por qué tarda tanto esa mocosa en arreglarse siempre?— bufó Lucas —Si no se apura llegaremos tarde como siempre.

La madre de la chica rió, mientras seguía preparando los desayunos que se llevarían los chicos.

—Asi son algunas mujeres, amor— dijo con dulzura la señora —ten paciencia con ella, sabes que no es una niña normal.

Ambos comenzaron a reír.

—¡Mamá!— gruñó una pequeña —hasta parece que no me quieres—se sentó furiosa para tomar su desayuno.

—Yo sólo digo la verdad— sonrió la mujer —además deberías apurarte a cambiarte o levantarte más temprano, Lucas tiene que llegar temprano a la escuela y tú lo retrasas.

—Es triste que lo quieras más a él, que a mí, tu hija— dijo con indignación mientras se llevaba un bocado de hotcakes a la boca.

Tanto Lucas cómo la mujer rieron ante la acción de la chica. Terminaron de desayunar y salieron prácticamente corriendo de la casa. La señora se despidió de ambos dándoles un beso en la frente.

El cariño que Lucas recibía siempre de esa mujer, era algo que siempre tenía en cuento y por lo cual estaba muy agradecido, porque tal vez Lucas no pasaba mucho tiempo con sus padres, pero gracias a la familia Ming sabía que era tener una familia.

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Llegaron corriendo a la escuela y ambos entraron al salón rápidamente. Las clases pasaron volando, tal vez porque Lucas esperaba con ansias el final del día. Ambos amigos se dirigieron a la entrada para encontrar al mayor. El cual ya se encontraba ahí aguardando por ellos.

—Hola sunbaenim— sonrió Yukhei mirándolo a los ojos.

—Chicos yo necesito irme— dijo Sandy mirando su celular —es una emergencia.

Lucas miró extrañado a su amiga, ¿acaso no habían quedado que se iría después?

—Bueno los dejo— se despidió de Ten haciendo un ademán y de Lucas golpeando ligeramente su hombro, para salir prácticamente corriendo sin ninguna expresión definida en el rostro.

—¿No vas a ir con ella?— preguntó Ten —Es una emergencia.

—Las emergencias de Sandy consisten en "salió un nuevo video de NCT", "hay un escándalo en el fandom y me necesitan para hacer bardo", "actualizaron mi fanfic favorito", "inciti esto, inciti aquello".— las frases las dijo con una voz más aguda de lo normal.

—Ahora entiendo porque no pasan mate, uno juega básquetbol y la otra es fanática— se rió Ten y contagió su risa a Lucas.

—¿Dónde vamos a estudiar?— dijo cuando pararon de reír.

—No me gustan las bibliotecas, pero hay una que es muy linda, está cerca de aquí— sonrió el mayor.

Lucas asintió y comenzaron a caminar en dirección hacia aquella biblioteca.

Estaban en completo silencio, ninguno de los dos hablaba, sólo se dedicaban a caminar y a verse de reojo de vez en cuando. Hasta que chocaron sus miradas las cuales desviaron rápidamente.

¿Él O Ella?, ¿Frío O Calor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora