Cambios

El inicio de algo diferente

Es lunes por la mañana, decido levantarme y ponerme mi uniforme, es entonces cuando me doy  cuenta de que son las 05:47 am, es complicado saber que tengo que iniciar el día una vez más. Tras alistarme necesito retomar mis prácticas, así que me dirijo al lugar donde me reuniré con mis compañeros para ir a la escuela donde las realizaremos. Tras terminar y despedirnos de los niños y los docentes, tuvimos que recorrer alrededor de 2 km para poder tomar el autobús y regresar a la ciudad, para luego dirigirnos al instituto a recibir clases el resto de la tarde. 

Es semana de laboratorios, así que no hay mucho tiempo para platicar o salirse del salón, cada maestro tiene una sorpresa absolutamente diferente y "creativa" para nosotros, van desde ridículos dibujos en la clase de arte, hasta largos ensayos en clases más teóricas como lenguaje, finalmente llega la hora del receso, camino junto a mi grupo de amigos, nos dirigimos a las mesas de concreto que se encuentran en los ranchos, lugar donde todos toman una mesa para compartir con sus "grupitos de amistad", platico con mis amigos de temas como los exámenes, y cómo nos esta yendo hasta el momento. 

Al terminar el receso nos espera el siguiente laboratorio, la clase de matemática, que por alguna razón tiene a todos muy preocupados y nerviosos, lo cual no entiendo ya que para mí resulta algo realmente fácil de realizar, pero todos tenemos fortalezas y debilidades, esta es una de mis pocas fortalezas. El resto de la tarde no es algo que realmente valga la pena describir, es por el contrario otra tarde demasiado aburrida en el instituto, esta vez decido ir a casa antes de que logran convencerme de ir por un helado.

Mientras camino a casa, pienso en los sucesos del día como hago de costumbre, nada tan importante ha pasado hasta el momento, así que solo ignoro el tema y sigo caminado. Justo en ese momento choco contra alguien, no me he dado cuenta de que en mi camino había alguien, me he centrado tanto en mis pensamientos y he sido muy distraída, cuando logro reaccionar, esa persona me esta dando la mano para ponerme de pie, entonces veo de quién se trata... César, mi compañero del instituto esta riendo de pie frente a mi y dándome la mano para que pueda ponerme de pie, acepto la ayuda y me levanto enseguida, él estaba comprando un bote con agua en una tienda, y al momento de salir, alguien súper descuidada chocó contra él.

Caminamos juntos, él vive a dos calles de mi casa, por lo que me acompañó hasta llegar a casa, en el camino hablamos de temas que tenemos en común, los libros de ciencia ficción, las películas de terror, y todo lo relacionado con lo sobrenatural, no fue una charla aburrida, por el contrario fue bastante interesante caminar con él, nos llevamos muy bien y no es para nada grosero como muchos de los otros chicos del instituto.

Al llegar a casa me dirijo a mi cuarto, tomo un baño y luego bajo para cenar, esta vez mamá pidió pizza, entonces tomo dos rebanadas, una soda del refrigerador y decido volver a mi cuarto usando como excusa que tengo mucha tarea y que cenaré en mi cuarto mientras la hago. Cualquiera puede pensar que mi vida no es nada interesante, y yo lo comprendería de inmediato, no soy alguien de quien las personas quieran ser amigos por quien soy, solamente se acercan a mi cuando necesitan ayuda en algo respecto a alguna clase, o en deportes cuando tenemos juegos de soccer o baloncesto, para que el equipo pueda ganar, además no soy del tipo de persona que se interesa por los temas que a la mayoría de la gente le gusta. Así que no me extraña que cuando alguien se acerca a mí y comienza a conocerme no tarde mucho en alejarse, ser pupular e inteligente a los ojos de los demás es como tener la vida perfecta, pero no es así, nadie sabe lo mucho que el pasado repercute en mí porque siempre finjo que no me importa.

La semana como muchas, se va volando, entre el instituto, las prácticas y mi servicio comunitario no hay mucho tiempo para haces bobadas, o perder el tiempo saliendo con mis amigos, esta vez es viernes por la tarde, saliendo de clases nos dirigimos al parque, René no para de hablar y contar cientos de historias que no termino de creer pero que resultan muy interesantes así que dejo la lógica de lado y le sigo la corriente para poder distraerme de mis pensamientos.