¿Un corazón roto y una decisión difícil?

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Habían pasado 2 días después de la final del campeonato, lo que significaba que el día de mañana dábamos inicio con lo exámenes finales. Todo parecía ir de lo más normal, y es que yo no estaba nerviosa por los exámenes en sí, sino porque eran prácticamente los últimos días que iba a compartir con mis amigos.

Ese día por la tarde decidimos reunirnos en cada se Augusto para repasar un poco, pero lo cierto fue que estudiar fue lo menos que hicimos. Terminamos platicando y dejando que el tiempo se nos fuera en eso. Ya comenzaba a anochecer, y decidimos regresar a nuestras casas, ya frente a mi casa me despedí de los demás, quienes se quedarían en casa de René por la hora y Jenni, Bety y Guadalupe se quedarían conmigo, al entrar mi madre estaba sentada en la sala, y mi hermano de pie recostado en la pared, ambos se veían un poco sorprendidos.

Mi mamá me lanzó una mirada llena de tristeza, y a la vez muy cariñosa, de inmediato le pregunté que era lo que estaba pasando, yo ya estaba bastante nerviosa. Mis amigas estaban en silencio y entonces mi hermana se acercó y me abrazó, yo no lograba entender que era lo que estaba pasando. Fue entonces cuando se dispusieron a contarme lo que ocurría.

Mi mamá alzó la mirada y la dirigió hacia mí - hija, hace unos momentos se comunicaron con nosotros los padres de César, y nos dijeron que - hizo una pausa mientras desviaba la mirada hacia mis amigas - hoy por la tarde cuando salió a entrenar, fue atropellado por un conductor ebrio - finalizó para volver a verme.

Yo no podía creer lo que me estaba diciendo, apenas podía entender sus palabras, casi como si estuvieran en otro idioma que yo desconociera. Entonces mi hermano se dirigió hasta mí - Está en el hospital en emergencias, el doctor no le da mucho tiempo más de vida, así que si aún quieres decirle algo, hablar sobre algo, deberíamos ir ahora.

De inmediato asentí, mis amigas también, mi ansiedad se estaba comenzando a hacer presente, sentía que el auto no iba tan rápido, hasta cierta forma pensaba que llegaría más rápido corriendo, estaba concentrada en mis pensamientos, entonces una voz me regreso a la tierra - Liz! ya llegamos, deprisa - Me dijo Jenni mientras me halaba fuera del auto.

Nos dirigimos hasta la habitación donde se encontraba César y ahí estaban sus padres, cada uno de los miembros del equipo de baloncesto, y algunos compañeros del Instituto. Cada uno de ellos ya lo había visto, entraron las chicas y yo decidí hacerlo al último. Cuando finalmente era mi turno, comencé a caminar, aunque mis piernas temblaban logré arreglármelas para llegar, y entre, mi sorpresa fue muy grande.

Justo frente a mí, acostado en la cama sin poder moverse estaba César, gracias a todas las cosas que le tenían conectadas, apenas podía moverse por sí solo, de inmediato me dirigí hasta su lado y con mucho cuidado me senté junto a él en la cama, no sabía que decirle, aunque el mayor problema era que si hablaba lo más probable era que mi voz se quebrara y que terminara llorando, me sentía tan impotente en ese momento. Pero fue él quien comenzó a hablar.

- No te preocupes, yo sé lo que dijo el doctor, y está bien. Estoy listo para lo que pueda ocurrir, no tiene porque estar triste, lo único de lo que me arrepiento es de no poder pasar más tiempo a tu lado - dijo con una voz muy débil y haciendo varias pausas.

- Claro que no, nada va a pasarte, pronto vas a recuperarte y saldrás de acá, vas a estar en la graduación con todos los demás y vamos a hacer muchas cosas juntos, ya verás - no pude evitar que mi voz se quebrara mientras le decía eso, además mis lágrimas ya se habían hecho presentes.

- Los huesos de la mitad de mi cuerpo estar rotos, uno de mis pulmones ya no funciona y uno de mis riñones fue destruido por completo. Además de las otras lesiones que tengo, ya que esos chicos me molieron a golpes - al pronunciar esto último, no pude evitar sorprenderme - y si a eso le sumas lo del auto, sé muy bien que no duraré mucho  - concluyó

- Pero vas a estar bien, tienes que ser fuerte - lloré - sabes que eres muy importante para mí, y que no quiero perderte, no puedo permitir que eso pase - ya no podía contener mi llanto.

- Yo te quiero, y quiero que seas feliz, es por eso que me dispuse a ayudarte con tus problemas, es por eso que quise cargarlos junto a ti y apoyarte en todo lo que me fue posible, así que quiero que sigas adelante, que no te rindas, porque yo... te amo.

- Yo también te amo y lo sabes, y es por eso que no puedo perderte, no quiero, no creo poder soportarlo.

- Tú ya tienes amigos, ellos te apoyarán, y sé que cumplirás todas tus metas - en ese momento, el doctor entró y tuve que irme.

Un par de horas después el doctor dio la noticia de que él ya no estaba más con nosotros, todos asistieron a su funeral, habían muchas personas ahí no podían creer la noticia, los exámenes se retrasaron por el funeral de César, retomándose la semana después del mismo. Yo había dejado de salir con mis amigos, y había pasado en casa todos estos días, usando como excusa que estaba estudiando, pero la verdad era que no tenía ganas de hacer nada, había pasado llorando noches completas y había dejado de comer, mi apetito había desaparecido.

Por la noches, se hacía presentes pesadillas que me impedían dormir, cuando lograba controlar mi llanto. No podía controlarme, finalmente, el domingo, un día antes de volver a los exámenes decidí salir a caminar, no me dí cuenta, pero al notarlo estaba en aquel kiosko del parque donde César me había besado por primera vez, sonreí melancólica, y me senté en una de las bancas del parque. De pronto comenzó a llover, pero era una lluvia muy suave, que hasta se sentía bien, entonces, vi mi mano, en mi muñeca aún estaba aquel brazalete que César me había regalado, entonces fui hasta el cementerio y me dirigí hasta su tumba, tomé mi anillo y lo coloqué sobre la misma. Para poder dejarlo descansar en paz de una vez, no iba a olvidarlo, tampoco a hacer como si nunca hubiera existido, pero tenía que encontrar la forma de comenzar a vivir así.

No tenía la menor idea de cómo, pero tenía que hacerlo por el bien de todos. Ya era bastante tarde y la lluvia de había hecho un poco más fuerte, decidí volver a casa, sin darme cuenta pase de caminar a correr, se sentía bien cuando el agua chocaba contra mi rostro, contra mi cuerpo, me hacía sentir libre. Al llegar a casa mi mamá me ofreció la cena, pero le dije que comería en mi cuarto, porque tenía cosas que hacer. 

Los días trascurrieron lentos, y el dolor en mi pecho se hacía muy intenso, no sabía exactamente qué era lo que me pasaba, así que me limité a seguir con mi vida, o al menos intentarlo. Nada era claro, ni las expectativas que tenía en mente ni  mucho menos lo pasaba en ese mismo momento. Lo único que pude hacer fue que todos los día sin dejar uno visité su tumba.

Unas cuantas semanas después, aún cuando sabía que las cosas no iban a cambiar para nada, me limité a ir a su tumba una última vez, era realmente doloroso, pero necesario. Ya frente al lugar que para mí se había convertido en mi nuevo lugar favorito, no pude evitar derramar lágrimas.

- Tengo que irme, mañana mamá me hará irme con todos a otra ciudad, iniciaré la universidad y no podré seguir viviendo aquí... - Un nudo en mi garganta evitó que siguiera hablando y entonces comencé a llorar sin poder controlarme. Entonces una mano tocó mi hombro. -Sabía que estarías acá.- René estaba parado justo detrás de mí.

- No podía irme sin despedirme, no sé exactamente cuando pueda venir de nuevo y... mientras tanto quería estar cerca una vez más, aún cuando sea de esta forma. -dije a manera de consuelo más para mí misma que para mi amigo. - Bueno, quería despedirme también, no solo de él sino también de tí, sabes que mañana me iré a la capital por mi nuevo trabajo. -Un silencio se apoderó del momento.

-Quizás deberíamos irnos ya. - Dije mientras veía su tumba. - Sabes, fue el sentimiento más puro que llegué a tener por alguien, creo que es hora de dejarlo. -Me puse de pie y comencé a caminar hacia afuera mientras René seguía mis pasos.

Ya en casa preparé todo y a la mañana siguiente me despedí de todos, subí al auto junto a mí familia y sin poder evitar que las lágrimas se hicieran presentes, me despedí de todo lo vivido en esa ciudad, en mí ciudad.

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⏰ Last updated: Nov 02, 2019 ⏰

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