Capitulo 1. Un paso inesperado

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Los leves destellos de luz ya podían divisarse desde el planeta Regsa, las noches eran más largas que el día y su clima helado llenaba de nieve hasta los rincones más profundos, su sistema solar tenía solo un planeta además de Regsa llamado Imae, sin embargo, estaba más cercano al sol por lo que cualquier intento de vivir en este ultimo seria imposible si no se contaba con herramientas que permitieran la supervivencia. En Regsa había poca fauna, tan solo 4 especies completaban el planeta, comparado con el planeta Gromch en el sistema Aries que poseía 31 especies diferentes, a pesar de esto Regsa tenía algo que muchos otros planetas no: Paz. Las criaturas en este planeta no eran hostiles y raras por lo que cazarrecompensas y traficantes de bestias no estaban interesados siquiera en aterrizar en él, alejándolo de cualquier sistema o planeta importante. Es aquí donde algunas razas de alienígenas establecieron pequeñas bases de refugio, donde exploradores y comerciantes podían descansar, recargar herramientas y suplementos para continuar su viaje, es en una de estas bases donde comienza esta historia. Cerca de una zona de aterrizaje había un pequeño orfanato, niños abandonados o sobrevivientes de guerra llegaban al cuidado de Lora Grass, la encargada del lugar, una alienígena de la especie Fronkhaaz, la cual cuidaba e instruía a los niños sobre la historia de la galaxia y sus planetas más pacíficos.

-Nuestra galaxia es llamada Dreya, nuestro sistema es Beor y se encuentra a 1.2 millones de años luz del sistema Caaor, considerada la capital de la galaxia- dijo Lora a los niños, quienes sentados oían con emoción- es ahí donde se reúnen diferentes razas alienígenas, ya que sus planetas tienen abundantes materiales, es rica en economía y un buen lugar para asentarse. -

- ¿Se puede ganar muchas Unidades? - preguntó uno de los niños.

-Así es, la minería y agricultura es un buen trabajo para desempeñarse y los mercaderes siempre buscan más personas. - respondió Lora.

- ¿No hay bandidos estelares? Tengo miedo de encontrarme con ellos. - preguntó otro niño.

- La confederación tiene una de sus bases más grandes allí por lo que es muy poco probable ser atacado, no tienes nada que temer. - sonrió Lora al responder. - bueno ya terminamos, pueden ir a recre... - en ese momento alguien más irrumpió con una pregunta -.

- ¿Hay planetas sin descubrir en ese sistema? -.

Lora miró a la pequeña niña, estaba sonriente y expectante por la respuesta.

-Lamentablemente no Temis, hace muchos años que los planetas de Caaor fueron descubiertos. -

- Eso no es divertido, hay muchos planetas sin visitar en la galaxia para aventurarse, es aburrido quedarse solo a trabajar... - dijo Temis desilusionada.

Lora no respondió al comentario de Temis y les dijo a todos los niños que fueran a recreo, estos últimos salieron corriendo a la puerta emocionados. Lora miró por un instante la ventana viendo como jugaban y se divertían, en ese momento una de las cuidadoras se acercó a ella.

-No me digas, otra vez Temis. - mencionó la cuidadora.

-Ella no conoce como es el universo... y eso es lo que le llama la atención. - Dijo Lora mirando a Temis por la ventana, quien junto a otros niños miraba las naves en el cielo que se dirigían a la zona de aterrizaje cercana.

-Solo tiene 8 años es normal que sea curiosa, con el tiempo aprenderá. - Dijo la cuidadora.

-Eso espero... - Pensó Lora alejándose de la ventana para arreglar el salón.

Afuera del orfanato los niños se divertían con los juegos, diferentes especies conformaban a cada uno de ellos, a pesar de vivir todos juntos, algunos solo se juntaban con los de su misma especie. El patio abarcaba una zona extensa en el orfanato, donde un campo de energía inofensiva restringía hasta donde podían llegar, algunos niños miraban a una criatura comer hierba, lo que les parecía gracioso debido al sonido que hacía con cada mordisco. Temis junto a otros niños miraban las naves que paseaban por el cielo, entrando en el planeta, pero perdiéndose por una colina que negaba la vista hacia la zona de aterrizaje, gustaban de ver las formas de las naves que eran diferentes entre sí y jugaban a adivinar a que se dedicaba su piloto por la forma de su nave. Una nave que pasó en ese momento era muy grande, llevaba un pequeño vapor saliendo de los propulsores, por lo que los niños discutían si era una nave de carga o de exploración.

A No Man's Sky StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora