Capítulo 8

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El martes por la mañana, decidí levantarme más temprano que de costumbre. La noche anterior, después de volver de mi aventura por mi nueva ciudad había esperado la llegada de mi compañera, obviamente, pensando en mi mentira para excusar la desaparición de la mariquita, al final me había quedado dormida en el sofá. 

Desperté con la grata sorpresa de que mi compañera no había llegado a dormir, cosa que agradecía pues no había excusa para la ausencia de su auto. 

No había tardado mucho en cambiarme de ropa por completo y arreglar de nuevo mi bolso con ayuda de el horario que había sacado de internet, esta vez si llegaría a mi destino, había investigado la ubicación y ruta para llegar sana y salva. También había podido obtener información del instituto, al parecer tenía un poco de aire de universidad americana, pues tenía su propio equipo de béisbol, afortunadamente, no había nada de porristas o algo por el estilo, pero también tenía su propia alberca olímpica. Mis padres sin duda se habían asegurado de pagarme la universidad más vanidosa que habían encontrado en todo Seúl.

No sabía con exactitud si debía de preocuparme por Sunmi, pues no la conocía por completo, pero aun así sabía que cuando llegara el momento tendría que rendirle cuentas de su auto. No le di demasiadas vueltas al asunto, escribí una nota y la pegué en el refrigerador para que la pudiera observar al momento de llegar al apartamento. Salí a las calles con mi GPS en mano y después de unas cuantas calles logré dar con la entrada al metro, siendo sincera no tenía muchos conocimientos acerca de como transportarme correctamente pero tenía una pequeña guía en mi celular que me podría ayudar un poco.

Tenía que darme prisa para no llegar tarde, así que cuando ingresé al sistema subí al vagón que había leído en mi pequeña guía, y con suerte sería el correcto. Tres estaciones después bajé rápidamente y me detuve al costado de una columna, revisé de nuevo mi guía y elevé mi vista para ver el mapa en la pared.

Me coloqué en modo concentración y medité toda la información, hasta que sentí como alguien empujaba mi hombro. Al parecer esto de chocar con personas también se iba a hacer costumbre, observé como el sujeto caminaba con rapidez, pero también noté que llevaba puesto un suéter con un escudo, el escudo de mi nuevo instituto en un costado de su suéter, no lo dudé y comencé a seguirlo a toda prisa, después de caminar detrás del extraño, llegamos a otra estación y abordamos. Cuando salimos del sistema de trenes, caminamos 2 cuadras más y él dobló una esquina, así que yo también lo haría, observé la pantalla de mi celular y me di cuenta de que la suerte estaba de mi lado.
Doblé la esquina, pero antes de poder avanzar, choqué contra un pecho, que a decir verdad estaba muy bien trabajado.

"¿Quién eres y por qué me estás siguiendo?" Soltó el desconocido

"Bueno..y-yo" traté de soltar algo pero ciertamente el tipo intimidaba, tenía unas gafas negras y un aro atravesaba su labio inferior, uy.

"Habla" demandó

Entonces reaccioné, ¿quién era éste para hablarme así?

"Que vayamos al mismo instituto y tengamos la misma ruta no signifa que te este siguiendo" dije yo

"Ahora entiendo, ¿novata?" Dijo con una sonrisa burlona

¿QUÉ TODOS LOS HOMBRES DE SEÚL ERAN UNOS IDIOTAS O QUÉ?

"N-no" ¿de dónde me salían las mentiras?

"Claro que si, jamás te había visto por acá" dijo, "además, si ya estudias en donde yo, sabras como llegar, soy un caballero y dejaré que tú me guíes"

"¿Y por qué querría demostrarle algo a alguien como tú?"

"¿Alguien como yo?" dijo, mientras yo observaba como sus cejas se alzaban

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