Capítulo 1.

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Aún después de quince años me sigo preguntando por qué soy amigo de un chico con una madre tan católica como la de Jesús, y yo siendo judío.

A pesar de que él no crea en ningún dios o ser místico, va a misa todos los domingos a las nueve de la mañana junto a sus padres -ellos piensan que su hijo es un chico creyente hasta la médula- y rezan en la cena y todas esas cosas que ellos hacen.

Jesús es todo lo contrario, le gusta beber, fumar, a veces cuando la ocasión se da fuma marihuana y esta loco por las chicas, pero ahora solo de una sola, su novia Sara.

Lo siguiente que me pregunto es por qué estoy un domingo a las once de la mañana fuera de la iglesia que asistía Jesús.

Él solo me envió un mensaje que viniera a buscarlo a la iglesia, según el para un asunto ''muy importante'', no se que es mas importarte que dormir a esta hora. Pero aquí me tenia el muy cabrón, como un buen amigo esperándolo. Juro que sera la ultima vez que me levante tan temprano en verano por él. Y si es una tontería lo que quiere, lo mato.

Al momento en que vi salir a las primeras personas me acomode mi chaleco estúpidamente. La gente me saludaba al mirarme, excepto una, esos ojos tan vacíos no lo hicieron, pasaron de mi como si no estuviera. No podía quitar la mirada de ella. Carraspee para que me notara y miro hacia todos lados, se encontró conmigo a un lado de ella, me miro con el ceño fruncido y movió su cabeza hacia un lado, al parecer tratando de reconocerme.

Porque vamos, después de tres semanas te olvidas de una cara que viste una sola vez pero yo no podía olvidarme de la suya. Al fin me la volvía a encontrar en el ultimo lugar al que podría pensar y me mente estaba inquieta intentando ponerle un nombre a ella.

Me reconoció. Yo se que lo hizo porque me sonrió y me di cuenta que su sonrisa era mi cura.

***

—Ahora dime ¿para que soy tan solicitado?, amigo mio.

—Como ya sabes hoy cumplo un año de novio con Sara y necesito ayuda para su regalo —me dijo entusiasmado —, no te preocupes no te pediré dinero, tengo todo en mi auto.

—No es tu auto Jesús, es el de tus padres —rodee los ojos ante su mentira piadosa como lo decía él.

Antes cuando no tenia novia, coqueteaba con las chicas presumiendo que podía sacarlas a dar una vuelta en su descapotable. Todas caían. Menos Sara.

—Lo que sea, tengo planeado hacer una cena romántica en la azotea de su edificio, como en las películas —hablaba mientras nos metíamos al auto.

—¿No crees que es muy cliché?

—Sara ama lo cliché.

No hablamos más, él seguro estaba pensando en su cena y yo en mi chica de ojos azules, cosa que no debería ya que tengo una novia en la cual debería estar pensando. Pero esa pálida chica no sale de mi mente. Tengo que interrogar a Jesús sin sonar muy desesperado.

—Oye, Jesús —mire hacia afuera como quien no quiere la cosa.

—¿Mhm?

—Esa chica de ojos azules que estaba en la iglesia... ¿comó se llama?

—¿La de vestido blanco? —pregunto confundido.

— Sí, Sí esa —encendí la radio para despejar un poco mi nerviosismo -algo raro en mi- y Foster the people comenzó a sonar.

—Ah, es Aurora y tiene trece años así que ni lo sueñes.

¿¡Estaba bromeando este grandioso hijo de puta!?

Comenzó a reír a carcajada limpia y saque todo el aire que estaba conteniendo, imbécil.

—Amigo —no paraba de reír—tenias que ver tu cara de espanto, fue lo mejor.

—No fue gracioso, Jesús Maria —le moleste con el nombre de su madre, lo odiaba y me gustaba joderlo con eso—ahora dime la verdad ¿cuantos años tiene?

—¿Por qué te interesa tanto, Ángel? tienes novia, no lo olvides... al diablo ni que estuvieras enamorado de Rachel —frenó frente el edificio de Sara, apago el auto y se volteo para verme mejor —, tiene diecisiete y esta cursando su ultimo año de instituto, su padres están enamorados de Dios y estan completamente locos. Se dice que cuando la castigan, la encierran en un armario.

—¿Como en la película? —estaba asombrado, realmente asombrado.

—Como en la película —confirmo saliendo del auto —, olvídate de esa chica, amigo, de verdad es inalcanzable. Ayúdame a bajar estas cajas.

Para las ocho de la noche teníamos todo terminado, la mesa, las rosas por todas partes, las pequeñas luces y la cena que yo hice, Jesús es inútil en la cocina. Mi amigo estaba un manojo de nervios, sus manos temblaban sin parar y estaba todo sudado.

—Hey cálmate, todo saldrá bien —trato de calmarlo pero el esta ido—, han estado juntos un año. Ya te habría dejado hace tiempo si no te amara de verdad.

—Tienes razón pero aun así, no se si es muy exagerado o no y me mata no saberlo.

—Te vuelvo a repetir que todo esta bien —miro hacia abajo y veo el auto de Sara estacionado—. Ella esta aquí, arréglate te ves asqueroso. Suerte.

Aurora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora