V. Bulletproof Heart

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No hay disculpa que valga para tener abandonada tanto tiempo esta historia pero la universidad y otras cosas me tuvieron ocupada. Ahora, respecto a este capítulo, es un poquito largo (como compensación por tardar tanto) y dará pie a nuestro adorado Misawa :3 Espero que aún le regalen un poquito de tiempo a esta locura. Ya saben, pueden encontrar algunos errores, un poco de OcC pero todo es con mucho amor. Aún no se cuando pueda actualizar pero tengan la seguridad de que no dejare abandonada la historia. También el capítulo fue inspirada en esta hermosa canción :3 Ahora sin más:

Disfruten la lectura :3

Ya había pasado un mes y si antes no existían posibilidades de que lo matarán, mucho menos ahora

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Ya había pasado un mes y si antes no existían posibilidades de que lo matarán, mucho menos ahora. Poco a poco se integró a la cotidianidad de los seidianos. Aunque todavía no confiaban lo suficiente en él como para quitarle (literalmente) la cadena. Sin embargo, a Miyuki eso ya no le molestaba pues ahora se entretenía ayudando al ruidoso arquero en sus actividades diarias. Por las mañanas iban al campo y trabajaban en la zona de cultivo. Por las tardes se sentaba a un metro detrás de él y lo veía practicar. Aunque Sawamura más que intentar mejorar en sus habilidades con el arco, la mayor parte del tiempo peleaba en un tono amistoso con la otra estrella de los seidianos.

A Kazuya le parecía curiosa la relación que llevaban todos ahí. El ambiente no era semejante al imperante en el reino. Eso lo comprobó aquella noche que cenó en compañía de los guerreros. Él no esperaba encontrar ese ambiente ligero, casi festivo que reinaba en el comedor común. Si bien era cierto que, como en todo sistema social existían jerarquías, estás parecían desdibujarse en cualquiera de las comidas. Yuki comía con sus compañeros, compartía el pan y el vino que probablemente solo era destinado para él, con sus subordinados. Ahí no existía esa asfixiante sensación de desconfianza, no sentías la necesidad de cuidar tu espalda en caso de que alguien te apuñalara ni debías cuidar tu plato en caso de que te robaran la comida. Ahí había... amistad. Una confianza tan ciega que lo dejó abrumado.

Cuando llegó la hora de la cena, él (cual cachorro) no tuvo más opción que seguir a Sawamura y sentarse en la mesa junto a Chris, el otro arquero de Seido y otros muchos de los cuales no recordaba el nombre. Empezó a comer, endureciendo el gesto en espera de los reproches o de los posibles golpes que no tardarían en llegar pero nada paso. Casi nadie lo molesto. Solo Sawamura le robó un par de papas y un pedazo de carne argumentado algo como eres muy lento para comer y lo que hay en tu plato no para de rogarme que lo devore por ti. Sin embargo, lejos de enojarse, no había podido evitar sentir una mezcla de ternura y ganas de molestarlo al sentirse en la libertad de regresarle la acción. Así que, bajo la sorprendida mirada de los otros seidianos, ellos terminaron comiendo del plato del otro.

—Si no me fueras tan desagradable, incluso sentiría pena por ti. —Le comentó Kuramochi, ese chico de cabello olivo que parecía pegado a los talones de Sawamura. —Mira que Chris se excedió al dejarte al cuidado de este insoportable chiquillo.

—Él debería sentirse honrado porque el arquero número uno de Seido le dedique tiempo. —Aseveró el castaño después de pasarse un pedazo particularmente grande de carne.

Lucha o Vuelo [MiSawa] [DNA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora