VII. Magnolia

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Hola, gente bonita :3 

Más tarde de lo que esperaba, les traigo la actualización. Quería hacerla más larga, pero entre más extensa, más me tardo en publicar xD Espero sea de su agrado. Ya saben, pueden encontrar uno que otro dedazo, falta ortográfica y un poco de OoC. Sin embargo, el capítulo está he hecho con todo mi amor. Mil gracias a los que aún leen y votan. Tienen un lugar en mi corazón.

Ahora si, sin más vandalizaciones molestas, los dejo con la lectura :D   

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Chris se estaba saltando la hora de la cena, otra vez. Últimamente sus fantasmas estaban más aterradores y violentos que de costumbre. Y todo era por la presencia de Miyuki. Sin embargo, hasta el momento, tanto Kazuya como él habían estado evitandose. Sobretodo para salvaguardar su salud mental y, para no sacudir de más, las aterradoras sombras del pasado. Hace años ellos eran amigos. Hace diez años, Chris intentó consolarlo el día que asesinaron a su madre. Hace cinco, él se unió al ejército de Inashiro pensando que podía hacer una diferencia. De niño, él creció pensando que los seidianos sólo eran un grupo de ladrones que destrozaban las villas para su disfrute personal. Que robaban, violaban y asesinaban porque en su naturaleza sólo existía la vileza. Eso es lo que los Narumiya siempre les hicieron creer, pero cuando realizó su primera misión, Chris se dio cuenta de su error.


Por ese entonces la resistencia estaba en formación y no era tan sólida como lo era ahora. No obstante, eso no impidió que los rumores se hicieran presentes. En los pueblos, por todos lados se escuchaban los cuchicheos alabando la valentía de esos hombres. Su aparición a muchos les dio valor para enfrentar a los soldados y comenzar a rebelarse. Por ello, al empezar a tambalearse el poder de la corona (al apenas estar tomando posesión el joven Mei), Masatoshi urdió un plan para tantear el terreno de manera discreta. Entrenarían a un grupo de diez soldados y serían repartidos en los pueblos donde mayor eco tenía la presencia del grupo seidiano. Su misión era simple: infiltrarse en las filas de los seudo guerreros y convertirse en los ojos y oídos del rey. Reunir la información suficiente y regresar o, si se les presentaba la oportunidad, asesinar a los hombres que fueran los soldados más representativos de ese burdo ideal.


Para no levantar sospechas entre los mismos aldeanos que ondeaban banderas azules, los marcaron igual que a ellos. Expuesta, a carne viva, vio el nombre de la vieja nación: Seido. El (en ese entonces) insulto fue atenuado con una segunda marca. Ahora, con tinta y aguja, tatuaron en su piel la silueta de un ave, haciendo una sutil referencia al símbolo de la familia real. Cuando ambas heridas cicatrizaron, fue puesto en marcha el plan. Por azares del destino, Chris fue llevado a una villa cerca de la que ahora era la fortaleza principal y, por esos días, entre el ajetreo de emocionados jóvenes que ansiaban sumarse a la causa, no le fue difícil enlistarse en las filas enemigas. El único requisito era la marca de nacimiento, la huella con las que los marcaban como esclavos.


Cuando fue aceptado creyó que tenía todo resuelto. Se equivocó. Nunca, ni en la predicción de sus escenarios más funestos, espero encontrarse sintiendo simpatía por ellos y su causa. En esencia eran iguales, ellos también eran buenos. Sobretodo Yuki Tetsuya quien, por derecho y directo lazo sanguíneo con la extinta realeza seidiana, debía ser rey. Y mientras más se relacionaba con ellos y más escalaba en su jerarquía, comenzó a ser lentamente consumido por un abrumador sentimiento de culpa. Los estaba engañando. Chris llegó como un espía. Era un traidor. Porque, aunque no era culpa suya ni su estirpe ni su lugar de nacimiento, si era un pecador por omisión. Muchas veces se le presentó la oportunidad de confesar, pero... él sabía que, de hablar, tendría que irse. Y Chris no quería porque, con el paso del tiempo, también llegó a amar a Seido, a su gente, sus costumbres y, más que nada, sus ideales y ese inquebrantable anhelo de libertad. Por ello, como un chico bobo, creyó que hasta el final de sus días podía ocultar la verdad. Pero, un fatídico día, aprendió que, difícilmente, puedes escapar indefinidamente de tu pasado.

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⏰ Última actualización: May 22, 2020 ⏰

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