-¿Cuántas cosas tuve que soportar para llegar a mi final? -
-----------------------------------------------------------------------------------
Historia que abarca el tema de la depresión, una niña frustrada y atrapada por este problema, capas de qu...
Después de terminar otro día de clases, que fue bastante tedioso, varias veces me tope a Margaret la tía de Bea, cuando antes ni la hacia en mi mundo. Es raro pero su presencia me hace sentir intimidada.
Regreso a casa sin muchas ganas, últimamente mi animo esta por los suelos y a pesar de que dije que actuaría normal, no puedo, es inevitable, el apetito se ha ido de mi, no paro de llorar, realmente quiero llorar todo el tiempo, Bea varias veces lo ha notado y se que no me pregunta por no presionarme, mi nana también esta preocupada por mi comportamiento, Sara y Adam creen que estoy ocupada con mis estudios y por eso me dan mi espacio.
Abro la puerta de mi casa y ni siquiera presto atención a quien esta, solo quiero ir a mi habitación y dormir. Pero una voz, esa maldita voz hace que me gire y mi cara palidezca.
¡Danilo! ¡Dios mio no! ¡No, no no!
No puedo reaccionar, tengo miedo, quisiera correr a mi habitación, no quiero que me haga otra vez daño. Pero nada de eso ocurre, porque el rápido me abraza como "Bienvenida" y me susurra al oído "Muero de ganas por probarte otra vez" y lamió mi oreja causando que me bajara la sangre, y unas nauseas terribles. Lagrimas se acumularon en mis ojos y como pude me safe de su agarre y corrí a mi habitación, para llorar y hacerme bolita en la cama.
. . .
No se en que momento me quede dormida, pero despierto por una pesadilla, y ya no logro dormir, pero se que ya oscureció.
Mis pensamientos son interrumpidos por el ruido de mi puerta abriéndose, rápidamente me apego en la esquina de mi cama deseando con todas mis fuerzas que está me protegiera. Siento mi corazón palpitar más rápido de lo normal, Danilo se acerca hacía mi cerrando la puerta con seguro.
En mi cabeza se repasan todos los momentos de aquel maldito día, y parece que todo se repite, quiero gritar, golpearlo, salir de ahí, huir, terminar con esto para que ya no me haga daño.
Cuando reacciono ya es tarde, el me sujeta fuerte con una sola mano, para con la otra taparme la boca, mientras se restriega por mi cuerpo. Mis lagrimas salen de mis ojos y no dejo de forcejear, el saca de su bolso dos cuerdas y un pañuelo, mis ojos expresan el miedo que siento, no se que ideas pasen por este maldito. Con el pañuelo me cubre la boca para así evitar que yo grite, con las cuerdas una la utiliza para amarrar mis manos a la cabecera de la cama y la otra para amarrar mis pies, logrando así que ya no pueda moverme.
Empieza a besarme haciéndome sentir más asquerosa, hace todo de una manera rápida, yo cierro los ojos y trato de creer que todo esto sea una pesadilla, quiero fingir que no es tan real como se siente, abro mis ojos al sentir como me penetra sin piedad, logrando un gran dolor, pero no duele tanto como mi alma, solo quiero morirme. Cuando termina eyacula en mi y eso hace que me quiebre un poco más.
— ¡Haaaa! cada día estas mas rica gatita— Lame mis lagrimas.— Ha, y ve viendo que método anticonceptivo usar, no creo que quieras un hijo mío ¿o si?— Lloro más y el solo ríe.
Me duele todo mi cuerpo, y no puedo moverme, sus amarres me lastimaron y dejaron marcado. Luego de que me desamarra y me quita el pañuelo, me besa la frente y se va.
No paro de llorar, intento levantarme pero no puedo, el dolor es fuerte, lo intento de nuevo y llego al baño, dejo llenar la bañera y me observo al espejo.
¿En que momento esto paso?, ¿Cuándo va a terminar?, se odiaba, se sentía sucia, sentía mucho dolor, un dolor que quemaba por dentro y necesitaba sacar, mientras se veía en el espejo, se jalaba el cabello, y se pegaba, quería arrancarse la piel, olía a el, le faltaba el aire al aguantar los sollozos para que nadie la escuchara, apretó tanto el espejo que se quebró en su mano causando que saliera sangre, y por un momento sintió alivio, el dolor y el ardor que desprendiía su mano, era satisfactorio, entonces pensó ¿Porqué no?, agarro un pedazo de vidrio y se corto tres veces la muñeca
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se sintió aliviada y después de desnudarse se metió a la bañera, cuando el agua toco sus cortadas le ardió horrores, lloro más al no poder olvidar sus asquerosos días, lloro por no poder actuar, lloro por ser estúpida, lloro por ser un asco de persona, lloro por sentirse culpable de todo.
Cuando termino de bañarse se puso su ya conocida sudadera y un mallon. No durmió esa noche, cerraba los ojos y lo recordaba, lo sentía aún en su cuerpo, solo pudo pasar la noche llorando, y creyendo que lo mejor sería morirse.
Al amanecer pensaba en tantas cosas, daba gracias que hacía 4 meses que no le llegaba la menstruación, no sabía que iba pasar si el seguía haciéndole daño, no sabía en que momento paso de ser tranquila a solo sentir miedo, tristeza, frustración, decepción, tenía miedo de el futuro, tenía miedo de salir de su habitación.
No iba a ir a estudiar, no tenía ganas, tampoco iba a desayunar, ni comer, ni cenar, ni salir de su cuarto, le dolía la muñeca por los cortes profundos de un día antes, casi no la podía mover.
— Mi niña baja a desayunar— Grito conchita. Decidí ignorarla no iba a bajar y ver la cara de ese malnacido
Su puerta se abrió muy fuerte y ella voltio asustada, se calmo al ver que era su madre, pero ¿qué hacía ella ahí?
Su madre la tomo fuerte por la muñeca con las cortadas haciendo que se cayera al suelo del dolor, y soltó lagrimas
— ¿Qué diablos te pasa?, ¿acaso estas sorda?, eres una maleducada, ahora mismo bajas a desayunar — voltio a ver su mano que ahora brotaba un poco de sangre.— ¿Qué es esto Elizabeth?, ¿Porqué tienes la mano así?— su madre levantó la manga del brazo y mostró horror al ver las cortadas
Elizabeth lloraba, no porque le importará que la descubrieran, si no porque le dolía el desprecio de sus padres.
— ¡Dios mio! ¿acaso eres una de esas patéticas niñitas suicidas?— La miro con despreció y eso la hizo hundirse mas.— No quiero que vuelvas a hacer esto, si tienes marcas en tu cuerpo se verán y no voy a ser la comidilla de mis amigas, no por tu culpa, estás castigada, y no tendrás comida en todo el día— La soltó y la dejo ahí en su habitación, mas rota que nunca.