Hace millones de años, cuando el mundo no era más que una roca ardiente. Algunas de las estrellas más brillantes del cielo cayeron sobre la tierra, creando así vida en ese insólito lugar, tras su caída, esas estrellas tomaron formas, naciendo así de nuevo como dioses, los cuales crearon el mundo que hoy conocemos, estableciéndose en Egipto. Entre ellos estaba.
Anubis, dios egipcio de la muerte, guiador de almas y capitán del más grande ejercito de muertos.Era señor de una de las mayores ciudades de egipto y más poderosa, Necromancia, creada por un ejercito en mitad del desierto en su honor.
Sus habitantes era guerreros los cuales habían ganado batallas con su ayuda en los francos, crearon una ciudad en piedra negra tan brillante como la piel del Dios, y en su centro, en honor a él un obelisco hecho con la misma piedra, con mas de cien metros de altura y unido con oro fundido, en lo mas alto lo coronaba una gema verde que brillaba con intensidad siempre que Anubis los visitaba.El ejercito de la cuidad era imparable, impecable y solo dejaba muerte a su paso, arrasaban pueblos y ciudades, de las cuales solo quedaban ceniza y polvo. Hasta las mujeres necromantes eran guerreras,pero de todas una de ellas destacaba, la general de las tropas; Hapsetsut. Fría, calculadora y seductora. Sus estrategias de batalla eran tan impresionantes que nada podía pararla.
Anubis estaba encandilado por ella, su belleza y su inteligencia eran notables a primera vista.Ra, temía el rápido avance por todo Egipto de esta raza, por lo que mandó a su propio ejercito liderado por su hija. Sekhmet, diosa de la guerra.
Cuando Hapsetsut descubrió el plan de Ra, mando invocar al dios de la muerte, el cual se hizo presente en una tormenta de arena que viajo por el desierto,
Hapsetsut le explicó el plan de Ra para acabar con Necromancia en batalla. Este quedó tan cautivado por ella ese día, que la hizo suya desde el anochecer hasta el amanecer del nuevo día.Pocos días después Hapsetsut descubrió que había quedado embaraza del Dios .
Ra supo de ella, meses después, la noche antes de la batalla, se apareció en la habitación de la general y apuñaló su vientre, matando al feto en el acto. Pero...¿puede morir un bebé que se engendro ya muerto?.El alba llegó tardío y la general desplegó sus tropas, Anubis observaba desde la gema del obelisco por la cual se podía ver todo el desierto.
La batalla comenzó unos kilómetros al Este de Necromancia. Sekhmet encabezaba el ejército con su aspecto real, un ser celestial. Doblaba el tamaño de sus siervos y su cabeza era la de una leona corona bajo el sol.
La batalla dió comienzo, ambos ejércitos se enzarzaron en una sangrienta batalla, hasta que ambas generales se encontraron frente a frente en medio del caos.
La Diosa, al ver a la mortal encarandola, no pudo evitar burlarse mientras se colocaba en posición de ataque:- Pero mira que ha traido el viento, una niña tonta con ansias de ser un Dios- Ambas mujeres comenzaron un pequeño tanteo, Caminando lentamente en círculo sin apartarse las miradas desafiantes.
-Oooh, pero mira que ha escupido el viento, una Diosa tonta con ansias de poder bajo la sombra de su estúpido padre- escupio Hapsetsut con saña. La Diosa ardió de rabia y abatió a la general con toda su fuerza clavando un puñal en su corazón.
Por un segundo la batalla se detuvo y los ejércitos formaron un circulo al rededor de las mujeres.
Hapsetsut yacía de rodillas en la arena, aprovechando la desventaja de su oponente, Sekhmet agarró el cabello de la general y con un rápido movimiento, abrió en canal su estómago, haciendo salir el feto de su hijo no nato. Con el último aliento que aún le quedaba, llorando mientras sostenía en sus manos el feto muerto que habia llevado en su vientre. Gritó, y grito tan fuerte que todo egipto escucho su maldición. Se alzó y avanzó hacia la diosa, le entregó al bebé y con la voz rota del dolor, dijo:-Yo soy Hapsetsut, general de Necromancia, cuidad del Dios Anubis, soy su amante y madre de su hijo, el cual hoy has matado. Y renacerá de nuevo en otro ser, no pertenecerá al reino de los vivos ni de los muertos, pero guiará ambos ejércitos contra ti y contra el Dios Ra. Pagareís por lo que habeís hecho.
Algo que nadie sabia de Hapsetsut es que no solo era una general curtida en batalla, era la reencarnación de un mal ancestral que tomó forma hace cientos de años, su espíritu habia viajado desde el inició de los tiempos hasta llegar a su cuerpo original, el cual estaba ahí presente a la diosa de la venganza, Sekhmet se dio cuenta por sus pupilas, las cuales se abrierón en dos y cientos de gelogríjicos aparecieron por todo su cuerpo antes de desvanecerse en polvo negro.
La maldición se escucho en toda la tierra que recorría Egipto, incluso el mismo Anubis escucho las palabras de su amante y tuvo miedo, miedo de ese niño del cual él no sabía su existencia. Ese niño que si era fruto de él habría nacido muerto, y al ver sido asesinado lo habrían traído a la vida desde el más allá.
Sekhmet estaba aterrorizada, y aún portaba sobre sus manos el cuerpo del bebé, todos miraban perplejos la mancha oscura que habia dejado Hapsetsut al desaparecer.
Pero el silencio se vio interrumpido por un llantó, si, el llantó de un bebé traído al mundo.
La diosa temblaba con el bebé en sus brazos, por lo que decidió arrebatarle de nuevo la vida, tapó su cara y con un cuchillo le apuñaló el corazón, el cuerpo del lactante dejó de moverse, lo arrojó al suelo y acometieron contra la cuidad, de la cual solo quedo el enorme obelisco, que por honor hacia Anubis no destruyeron.Pero los siglos no estaban de acuerdo con esa elección, enterrarón Necromancia bajo capas de arena y sus restos fueron desgastados por el paso del tiempo...
Durante esos siglos Anubis dejó de cumplir con su cometido, no recogió almas, dejó a los jueces del inframundo decidir quien ascendía al Dat y quien descendía al Duat.
La gema sobre el obelisco desapareció, era llamaba el corazón de Anubis, ya que el mismo Dios habia arrancado esa gema de su collar, la cual estaba situada encima de su corazón y la colocó allí.
La leyenda que cuentan es que el espíritu del hijo de Anubis encontrará la gema y la llevará a la cuidad perdida de Necromancia, la colocará sobre el obelisco y el ejercito no muerto de anubis y de necromantes se alzarán contra Ra y Sekhmet guiados por el alma de Hapsetsut vengando el primer cuerpo del hijo. Honrando asi el nombre de sus padres en una batalla sin fin que marcará el final e inició de una nueva etapa de dioses egipcios...
Puff, que intenso, ¿no? Tenia muchas ganas de escribir algo asi, esperó que si alguien lo lee, cosa que dudo. Disfrute esta gran historia, llena de amor, venganza y sobretodo de datos interesantes sobre la mitología egipcia.

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La mujer de Anubis
AcakNecromancia, una ciudad guerrera creada en nombre de Anubis, Hapsetsut, una general necromante con un secreto. Una batalla que acabará con todo, el descubrimiento de la cuidad perdida, y un hijo que traerá muerte, destrucción y renacimiento al mundo...