El príncipe de las Estrellas.

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Habia una vez en un enorme y prospero reino, un joven rey, con una rubia cabellera que asemejaba a los rayos del sol, una piel bronceada del color de la arena y unos ojos brillantes como las estrellas, su nombre era Bill Cipher, conocido como el rey de los enigmas.

Todo ser que lo veía, quedaba perdidamente enamorado de el, ya que su belleza era tal que nadie podía resistirse a ella, pero el hechizo de su encanto desaparecía en cuanto el habría la boca, demostrando que realmente el no era alguien caballeroso, si no que era alguien cruel, vanidoso, pervertido, nefasto y desagradable.

Cierto día, un joven príncipe de un reino cercano de nombre Dipper hizo un viaje para poder conocer el lugar, ya que el reino se caracterizaba por tener criaturas mágicas y misteriosas, lo cual emocionaba al joven castaño, ya que su espíritu era aventurero y curioso.

El rubio quedo prendado de su belleza en cuanto lo vio y deseo conocerlo, así que el príncipe fue invitado al castillo para que pudiera conocer al rey.

En cuanto estuvo Dipper dentro del enorme castillo quedo enamorado por la belleza que poseía el rey, pero en cuanto cruzaron unas cuantas palabras como saludo, descubrió que este era un completo imbécil, dejando un poco decepcionado al castaño, pero como no quería actuar como un invitado descortes, decidió darle una segunda oportunidad.

La visita continuo, conociéndose ambos chicos, haciendo que el rubio quedará maravillado por la actitud de Dipper y que este conociera un poco a Bill, haciendo que le agradara un poco.

El rubio intentaba poner demasiado de su parte para no desagradar a su invitado, intentando no ser vanidoso y grosero con el, ya que había sido el único que no había hecho algún comentario por su horrible actitud.

El día terminó y el joven príncipe debía retirarse del castillo, pero el rey no quería que este se fuera, así que le hizo jurar que al día siguiente iría a verlo nuevamente.

- Lo juro por mi honor- Había dicho el pequeño castaño antes de despedirse del Bill.

Al siguiente dia, el rey Bill espero al joven castaño con sus mejores ropas, mando a preparar miles de deliciosos postres para que el castaño degustara y hasta había tratado con amabilidad a sus sirvientes, culpa de su extraño buen humor.

Pero Dipper nunca llegó al castillo...

Enojado, el rey mando a buscarlo por todo el reino, se sentía triste y traicionado por culpa de los sentimiento que comenzaba a tener por el castaño.

Los guardias reales y los sirvientes buscaron por cada rincón del reino, pero no hayaron el paradero de aquel curioso príncipe. Buscaron en los reinos vecinos y dieron aviso a su familia para saber si ellos sabían donde se encontraba, pero no hubo noticias de su paradero.

Días después, una anciana pidió una audiencia con el rey.

Ella le contó al rey que logrado escuchar la voz de un joven en una de las cuevas que se encontraban en el bosque del reino. Que sospechaba que se trataba del príncipe Dipper y que este había sido secuestrado por las hadas.

En cuanto Bill escuchó aquellas palabras el corazón de este comenzó a hervir por culpa de la furia de que alguien más estuviera con su amado.

Sin decirle a nadie, salió del castillo vestido de cazador y fue en búsqueda de Dipper.

Dentro del bosque se encontró con toda clase criaturas, las cuales no eran para nada amistosas y lo atacaban sin piedad, pero el rey se defendía con su espada en mano, dejando un camino carmesí a su paso.

Pasaron varios días de su búsqueda, tal vez por la falta de alimento, la violencia que el mismo había provocado en el bosque o simplemente el deseo de ver a su amado, hicieron que la cordura del rubio dejará de existir.

Alucinaba constantemente con el joven príncipe y de a poco su amor fue pasando a una insana obsesión. Estaba realmente desesperado, deseaba encontrar al castaño y hacerlo suyo de todas las formas posibles.

Tal vez fue suerte o los fantasmas que atormentaban la mente del rubio lograron conducirlo al lugar donde se encontraba la cueva donde se había visto por última vez al delicado y frágil príncipe.

El castaño al ver al rey a lo lejos sintió una enorme alegría en su pecho. Se sentía aliviado de que por fin podría volver a casa y ver a su gemela.

Pero su alegría y esperanza se descinflo al ver como el rubio masacraba a las para nada inocentes hadas. La mirada y la sonrisa que asomaba en los labios del rey hizo que el castaño sintiera verdadero temor.

Por instinto el castaño se alejó del rubio cuando este intentó abrazarlo, molestando al mayor el cual lo tiro al suelo y comenzó a golpearlo con fuerza contra el piso hasta que este perdió la conciencia.

Ambos reinos se lamentaban la pérdida del joven príncipe, el reino de las Estrellas estaba de luto por la pérdida de su más joven príncipe y el rey Bill intentaba animar a la familia del contrario, diciéndoles que Dipper siempre estaría con ellos.

Ojalá su gemela o sus tios pudieran escuchar los gritos del castaño pidiendo que lo dejarán libre... Pero nadie logró escucharlo nunca jamás, tan sólo el rey que se divertía viéndole sufrir.

Y colorín colorado, es cuento no a acabado...

Recuerdos. (BillDip One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora