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Por fin el turno de Sooyoung termina y Sunny la espera fuera del local. No pudieron hablar mucho de nuevo, ya que Jessica siempre estaba cerca de la más alta, parecía que lo hacía a propósito.
—¡Oye, Sooyoung!—Hablando de...
—¿Sí, Jessica?
—¿Te irás sola a casa?
—No, iré a con Sunny a un refugio de animales.
—Ah...ya veo—. Su semblante cambia a uno duro.
—¿Por qué?
—No...por nada...Hasta mañana.
—Adiós...— Ella se va rápidamente, sin prestar atención.

La más alta mira a Jessica salir, ignorando también a Sunny. La más delgada igual sale.
—Parece tener prisa—. Dice la pequeña chica.
—Lo sé.
—¿Qué piensas hacer al respecto?
—¿Sobre qué?—Pregunta Sooyoung.
—Jessica. ¿Aún no crees que le gustas?
—La verdad yo también empiezo a sospechar. Solo espero que si es así, no se me confiese. No me gustaría tener que rechazarla.
—No me sorprende.
—¿Qué?
—Que le gustes a Jessica. Eres una persona muy agradable. No llevo mucho de conocerte y ya te considero una buena amiga.
—Gracias—. Responde feliz y apenada.
—Bueno. Vayamonos. Estoy segura que los perros ya me extrañan—. Dice riéndose.

Van a medio camino charlando animadamente, cuando de nuevo Sooyoung recuerda el asunto de Sungmin. Demonios. ¿Debería decirle? ¿Qué tal si se confundió? Si lo hace, Sunny podría terminar odiándola. Después de todo dijo que no le gustaba que la gente se entrometiera en sus relaciones.
La más delgada es sacada de su trance por la mano de Sunny que mueve su cabello delicadamente.
—Tu herida está sanando rápido—. Comenta, apartando su mano de la frente de la otra.
—Ah,— Ahora la más delgada toca la sutura.— Sí. Es pequeña, así que no tardará mucho en sanar.
—¿Sabes? Me asusté muchísimo cuando supe que te habías accidentado. Enseguida corrí al hospital, no me importaba si Narsha se molestaba. Yo quería ver qué te ocurría.
—¿En serio?
—¡Síp!— Asiente ella, dándole a Sooyoung una de esas tiernas sonrisas tan alegres que le gustan. Soo se sonroja un poco.—¡Llegamos!— Avisa, parándose frente a la puerta de el lugar para perros.

Entran al local y se encuentran con un chico que acomoda unos papeles en la barra para atender a los visitantes.
—¿Qué tal,Amber?— Saluda la compañera de la más alta.
¿¡Amber!? Ese es un nombre de chica.
—¿Qué tal?— Dice a quien Sunny saludó, con una voz de chica y haciendo un gesto con la mano.— Qué bueno que llegas. Encontramos un basurero donde había una gran manada de perros. Por lo que estamos saturados. No hay suficiente espacio en las jaulas para todos.
—¿Y qué van a hacer?— Pregunta preocupada.
—Pues decidimos que cada quién se llevará un perro a casa. Solo mientras les encontramos alojamiento en alguno de nuestros refugios asociados.
—¿Y dónde están los perros?
—En las jaulas de atrás. Escoge al que quieras.
—De acuerdo. Por cierto, ella es mi amiga, Sooyoung.
—Hola, Sooyoung. Yo soy Amber y sí, soy una chica—. Te aclara, riéndose.
—Es un gusto, Amber. Gracias por aclararlo—. También te ríes tú.
—Bueno, pasaremos a escoger—. Finaliza tu amiga.

Entran al lugar que Amber les indicó y se encuentran con las jaulas llenas. La muchacha que las recibió no mentía.
—¡Wow! Sí son muchos perros—. Dice Sooyoung.
—Ojalá pudiera llevármelos todos—. Comenta Sunny.
—¿Qué perro te gustaría llevar?
—Pues, uno que no sea demasiado grande, mi casa no es tan espaciosa.
Soo observa todas las jaulas. Hay perros de todos los colores y tamaños, la mayoría reacios, pues debido a que vivían en las calles aprendieron a no confiar en los humanos. Nota a un perro pequeño color negro en la tercer jaula, está tranquilo...o asustado.
—¿Qué tal ese?— Señala al perro que acaba de divisar.
—Es lindo. Lo sacaré—. Sunny entra a la jaula y algunos perros se acercan felices a ella, mientras que otros se alejan, el perro negro es uno de ellos.—Parece que no le agrado—. Comenta, haciendo un puchero.
—¿Es comprensible, no? Después de todo es un perro que nunca ha tenido contacto humano en su vida.
—Tienes razón—. La pequeña toma al perro entre sus brazos y sale de la jaula.—Lamento decirte que te llevaré a mi casa por unos días—. Le dice al animal.
—¿Cómo lo llamarás?
—Aaaamm...¡Happy!
—Me parece bien—. Sonríe. Acaricia al can y se percata de una mancha en su lomo.—¡Oye, tiene una mancha en forma de corazón!
—¿De verdad?— La más bajita se asoma un poco por encima de Happy— ¡Cierto! ¡Qué lindo! ¿Sí es lindo? ¿O será linda?—Sunny alza al perro frente a ella.— Sí, es lindo.
La más alta se ríe.

Perros y café (SooSun versión) por Kirari Ai {FINALIZADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora