Cuando Aleix cruzaba la puerta de su enorme ático lo primero que se dijo era que necesitaba unas vacaciones aunque no fuera a ningún lado pero simplemente para descansar, desconectar de la rutina que le estaba desquiciando.
Aleix trabajaba de arquitecto en la empresa de su padre ya que le medio obligaron a cursar esa carrera. Llevaba desde que termino la universidad trabajando con él. Al principio era un simple principiante en esto de la arquitectura pero ya a sus 27 años era un as en la empresa, el padre decidió que fuera el subdirector y ahí es cuando empezaron las obligaciones de verdad, las responsabilidades y sobre todo el agobio y el estrés.
Para Aleix estar en esa empresa era su futuro ya que el día que su padre faltase era su herencia ya que su hermana Laia de 20años decía que ese no era su mundo que ella quería ser una gran diseñadora como Coco Channel. Su adorada hermanita lo que no sabía que entrar en ese mundo costaba mucho esfuerzo y que nada se lo darían en bandeja de plata pero para eso estaba el, para poder darle a su hermana lo que ella pidiese porque era su debilidad.
Estaba completamente convencido que en cuanto mañana iría a la oficina lo primero que haría era ir al despacho de su padre y pedirle esas reclamadas vacaciones.
No se había dado ni cuenta de que le estaba sonando su teléfono ya que estaba tan concentrado en sus pensamientos que casi no le dio tiempo a cogerlo.
- Dime Jor. –Así es como llamaba Aleix a su mejor amigo.
- Que pasa tío, no sé nada de ti en días colega, no das ni señales de vida. –le dijo su amigo Jordi con voz de enfadado.
Jordi era el mejor amigo de Aleix desde preescolar, siempre fueron juntos a clase hasta que por sus carreras tuvieron que separase ya que Jordi decidió escoger derecho. Era un hombre inteligente que se llevaba a todas de calle con su piel olivácea, su pelo negro y esos ojos tan negros como la noche. Aunque eran muy distintos congeniaban a la perfección, eran como el día y la noche.
- Ya ves, es que me pillas súper liado, en el curro no paro tío y mi padre no deja de meterme mas y mas trabajo no doy más de sí.- decía Aleix presionando el puente de su nariz.
- Ya te dije que te tenias que coger unas vacaciones estamos en verano hay que disfrutar y tu más que nadie te las mereces ya que no paras. Yo ya tengo las vacaciones desde hace 15 días. La verdad que en el bufete no tengo ningún problema cuando las pido.- decía el moreno intentando que su amigo entrara de una vez en razón y pediría esas merecidas vacaciones.
- ¿15 días? Me estás diciendo que llevas 15 días de vacaciones y yo sin saber nada? Joder tío definitivamente tengo que coger vacaciones estoy tan metido en el trabajo..
- Pues esos 15 días que yo llevo de vacaciones son los que llevamos sin hablar..que mal amigo eres.. – le dijo Jordi.
- No me jodas Jordi sabes que siempre estoy al pendiente de todo pero es que ya te he dicho que últimamente no sé donde tengo la cabeza. –Decía Aleix agobiado.
- Ya lo sé amigo por eso no te lo tengo en cuenta. Y como soy tan buen amigo y me preocupo por tu bienestar e reservado mesa en el restaurante italiano que tanto te gusta y luego nos vamos de copas, ¿Qué te parece?.
- Pues me parece que voy a necesitar esas copas como agua en un desierto.-dijo el castaño.
- Pues lo dicho en una hora quedamos donde siempre en el bar de la esquina.. dijo Jordi contento por haberle convencido.
- Okey allí nos vemos. – contesto Aleix riendo.
Después de darse una relajante ducha en su hidromasaje Aleix se miro en el espejo, tenia ojeras, sus ojos grises no tenían la misma expresión de siempre estaba agobiado notaba que se le estaba escapando su vida y no le daba tiempo a pararla. Su oscuro pelo estaba sin vida, sin brillo. De nada le servía tener un buen físico, una tez bronceada, un buen cuerpo de gimnasio pero no exagerado estaba definido fibroso y mucho menos le servía su metro noventa sino salía. Su vida consistía del trabajo a casa de casa al trabajo y cuando tenía algunos ratos libres aprovechaba para ir al gimnasio donde descargaba toda la rabia, el estrés y el agobio que tenia dentro.
Siempre quiso llegar a casa y ver a su mujer esperándole con los brazos abiertos, tener a alguien que te escuche, que te entienda, que te de calor en las noches de frio y sobre todo que te quiera y que se deje querer. Aleix no era de relaciones largas ya que su trabajo le comía todo el tiempo. Solo tuvo una lo suficientemente larga para llamarla relación, duraron 2 años pero Samantha solo vivía por y para ella que era a lo que sus padres la habían acostumbrado.
Aleix pensaba que se querían, que eran una pareja enamorada pero cuando iban por la calle y veía a otras parejas como se miraban y como se besaban sabia que lo suyo no era amor, era costumbre, cariño. A Samantha la conoció en un evento que hizo su empresa para dar a conocer el nuevo edificio que iban a edificar cuando el tenia 24años y ella 23. Y se gustaron, empezaron a quedar más a menudo y poco a poco fueron formalizando esa relación. Lo que pasa que desde un principio eran muy diferentes ella era como una cría para la edad que tenia y el muy maduro para estar con ella. No hacían más que discutir por tonterías, ella estaba siempre con la misma cosa que Aleix no la quería.. que siempre estaba mirando a otras en vez de a ella. El sabia que eso no era cierto porque aun que no estaría enamorado de ella le gustaba. Además él es de las personas que si esta con una persona le es fiel siempre antes de serle infiel lo deja antes, es un daño que puedes evitar.
Pero ya no aguantaba los celos por parte de ella hasta que dijo que se acabo! Él no tenía porque aguantar esa clase de tonterías. Ella no hacía más que ir detrás de él después de terminar hasta que se dio cuenta que no tenía nada que hacer. Aunque a decir verdad Aleix no era tonto y sabia que cuando él la llamaba para una noche ella iba encantada asique cuando necesitaba sexo y no tenía a ninguna otra llamaba a Samantha.
Estaba en el bar con Jordi tomando unas copas y vieron a unos colegas que se acercaron hacia ellos.
- Que pasa Aleix, dichosos los ojos que te ven!- le dijo uno de los amigos chocanco los cinco con el castaño.
- Ya tío es que el trabajo me tiene desquiciado.- le dijo Aleix
- Oye chicos estamos con unas amigas que no están nada mal,¿ queréis pasarlo bien?- dijo otro amigo. Sonriendo con cara de pillo.
Se miraron por un segundo Aleix y Jordi sonriendo y dijeron al unísono: - POR SUPUESTO!!
Y sabían que esa noche iban a disfrutar de más cosas a parte de unas cuantas copas.
