Aleix.
Llevaba varias semanas sin ver a Daniela, los primeros días después de lo que paso aquella noche, estuve yendo a su empresa, algunas veces no hacía falta pero siempre sacaba alguna excusa para poder ir. Nunca estaba, le pregunte a Sara su secretaria pero me dijo que estaba enferma y que pidió unos días libres. Dejó el proyecto a cargo de otra persona hasta que ella volviese, yo esperaba y deseaba que fuera pronto.
No conseguí contactar con ella y su amiga Carlota estaba igual de preocupada que yo, en unos de esos días fuimos a comer los tres Jordi, la pelirroja y yo. Hay que decir que desde la noche del Moma estos dos no se han separado, dicen que son amigos, que tienen sexo y ya está pero a mí no me la dan, estos acaban estando juntos, se ve por la actitud que tienen el uno con el otro. No se quitan el ojo de encima y están constantemente pendientes por si algo les hiciese falta, por no decir cómo se miran, la sonrisa de tortolitos que se les pone cuando están cerca.. Me dan un poco de envidia sana porque me encantaría estar así como ellos pero con mi rubia.
- Entonces de verdad que no sabes nada de ella Carlota? – mi voz sonó un tanto desesperada, estaba nervioso, no me parecía normal que no contactara ni con su amiga.
- Nada de nada Aleix, estoy igual o más preocupada que tu, me parece muy raro que Daniela no me llame cuando estamos en continuo contacto. – Esto me olía mal no sé porque pero me da mala espina. – La última vez que hable con ella fue dos días después de esa noche que salimos.
- Y que te dijo? Estaba bien? La notaste rara o algo? – mi voz salió como un gritito mientras hacía a un lado mi comida.
- Hey echa el freno.. A ver no sé qué decirte, la note triste con la voz apagada, me dijo que estaba bien pero que necesitaba pensar en todo lo que la estaba pasando, que no se esperaba que aparecieras y que estaba un tanto confundida. – entendía perfectamente cómo se sentía Daniela porque de esa misma forma me sentía yo. – Y que por favor respetara y entendiera que necesitaba estar sola, que cuando estuviera preparada que iba a ser la primera a la que llamaría.
- Es decir, que no me quiere ver. Hablando en plata. – afirmé.
- A ver Aleix entiéndela, ponte en su lugar, te conoció una noche de la cual tuvisteis un impresionante sexo salvaje, por lo que ella me contó claro, le gustaste y mucho, no supo nada de ti en todos estos meses, dio por pérdida toda clase de esperanzas y para colmo cuando decide darle una segunda oportunidad a su ex apareces tu. – A la pelirroja se la veía un tanto preocupada, era normal son inseparables por lo que nos ha contado y ahora de la noche a la mañana su mejor amiga decide que no la necesita y no la deja que la eche un mano, es que es normal que Carlota este hecha polvo.
- La entiendo, de verdad que la entiendo pero eso no quiere decir que no me duela. – dije un tanto abatido. – Creo que lo mejor sería que yo me fuese a Barcelona y cada uno a lo suyo a fin de cuentas solo fue una noche no creo que los dos estemos tan locos el uno por el otro, nos será fácil olvidarnos de lo que ha pasado. – En el fondo sabía que estaba mintiendo, a mí si me iba a ser difícil olvidar esas largas piernas rodeando mi cintura y esas maravillosas manos tocando mi cuerpo.
- Mi opinión chicos es que tenéis que hablarlo, en cuanto ella se decida a volver, os tomáis un café y habláis como personas adultas y civilizadas que sois. Está claro que esa noche no ha sido indiferente para ninguno de los dos pero no podéis estar así. – mi amigo tenía razón esto se tenía que solucionar ya.
