Silencio MÚLTIPLE... «en Proceso»

capítulo 5: la primaria 1/2

Haha!, en verdad me da mucha gracia hablar de mi vida personal, porque me sucedían muchas cosas que me arrepiento haber hecho.
En primero de primaria, yo con 6 años, conocí a Eva, que sin darme cuenta sería mi mejor amiga en esos 6 años de escuela.
Habían muchos niños que me molestaban pero hehe, no me importaba mucho así que a veces ni les hacía caso, bueno, Osmar uno de ellos, me hizo enojar, pero de igual forma yo soy así, lo agarré del gafete que te dan en primero lo cual me.gustaba ahorcarlo. Hubo un tiempo que me tenian miedo porque era muy violenta con ellos:(
Pero en cierta forma me gustaba.
Pase a segundo, casi todo cambio, alumnos, profesores etc, lo lógico.
Estaba en recreo, en verdad me gustaba jugar con mi amiga, ibamos a empezar a jugar cuando unos chicos de sexto nos comenzaron a molestar, fue así una semana entera sino me equivoco, yo me harté, un día después se me ocurrió traer una navaja a la escuela para asustarlos o algo, el punto era que nos dejaran de molestar haha.

Lo Hice, ¡me la traje!
Sin duda alguna en hora de recreo, mi amiga y yo nos volvimos a poner donde mismo, y los chicos ahí se encontraban, todos venían hacia nosotras, eran un grupo de tres, yo por otro lado me les iba acercando y él dice:

XxX: HA! Hola pequeña niña, qué, estas asustada de que te golpeenos o algo, HAHA!.

Alexxa: en verdad no.- lo dije con una seriedad.

XxX: ¿cómo? No tienes miedo- diciendo con todo sarcástico.

Alexxa: nop- directamente.
Por dentro en serio me estaba enojando! Pero traté de contener la compostura para lo bueno haha.

Ellos agarraron a mi amiga, yo en ese momento supe que tenía que sacarla, a ella la trataban mal, yo sin dudar la saqué.
Ellos se asustaron, yo me les iba acercando lentamente mientras les decia:

Alexxa: ¡suelten- a-mi-amiga!

Es cuando comencé a correr al igual que ellos, a pesar de que me había enojado mucho, yo me divertía pero ellos obviamente no HAHA, les juro que desde ese día no nos volvieron a molestar...
Afortunadamente ni mi maestro ni el director se enteraron que tenía una navaja, lo cual me dio un gran alivio.