Capitulo 4 "Tomando Decisiones"

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Pasaron varios años despues de que las pequeñas tuvieron su primer encuentro, ninguna de ellas habia olvidado la promesa pero...
-Padre, te dije que no quiero ese compromiso de matrimonio, sólo porque es hijo de tu socio en una de tus compañías.
-Pero hija tú sabes que como miembro de la familia Himemiya, tiene ciertas obligaciones que cumplir.
-Aunque esas cosas ya las sé, me niego a casar-le gritó.
Al padre ya se le había colmado la paciencia, y fue cuando soltó unas palabras muy crueles.-Si no quieres asumir este compromiso, entonces no eres digna de pertenecer a este familia. Chikane quedo sorprendida por lo que atino a decir..
-Me estas queriendo decir que elija..
-Efectivamente. Estaba pensando en que le iba a contestar cuando se acordo de su amiga de infancia, que aunque la vió solo ese fin de semana jamás se olvido de ella.
-Si es eso lo que quieres padre, entonces olvida que tuviste una hija, porque prefiero vivir sin estar ligada a este familia que pasar mi vida al lado de un hombre que no amaré. Estas palabras hirieron profundamente al padre pero sabía que una decisión así era díficil de cambiar.
-Pues bien si así lo quieres, puedes irte ahora mismo de esta casa.
-Entonces no me queda más que decirte adiós padre.
Chikane subió a su habitación y recogió solo lo necesario como para poder vivir una semana. Creo que eso es todo-dijo Himeko cuando vio que tenia todas las cajas regadas en el departamento. Himeko se había mudado, para trabajar en una revista de actualidad, su profesión, fotógrafa. Era realmente talentosa, pero como venia de una pequeña aldea no sabía como le iba a ir en Tokio, pero reunió valor y tomo una gran decisión, irse a vivir a Tokio. Ya hace años se había independizado y no vivía con su padre.
-Mañana ordeno, ahora estoy muy cansada..
Arreglo el futon y se durmió hasta el siguiente día..
Gracias a Otoha-san encontro un lugar donde pasar la noche.
-No se que sería de mi vida si no hubieses estado Otoha-san
-También dijo lo mismo Ojousama.
Se dieron un fuerte abrazo y se despidieron, como Chikane ya no pertenecía a la familia le dijo a Otoha-san
-Adiós y cuidate Nee-san.
Otoha-san quedo sorprendida y feliz solo le pudo hacer una seña con la mano.
-Espero volver a vernos-se dijo.
Chikane se dirigió inmediatamente al lugar que le había encontrado otoha-san,el lugar era un edificio ubicado cerca de una plaza, el edificio era sencillo y el departamento no era amplio como la habitación que solía tener, pero se sintió a gusto.-Esto es sólo el comienzo, ya veré que pasa, pero eso lo veo mañana con más calma. Arreglo un lugar para recostarse y se durmió rápidamente, ya que su día había sido bastante amargo, se quedo sin familia.
Muy temprano en la mañana, Himeko empezó a deshacer las cajas, la mayoría de las cosas estaban relacionadas con la fotografía; trípodes, cámaras de diferentes tamaños, rollos fotográficos, etc. Cada cosa fue acomodada con cuidado ya que de ello dependía su vida.
Así se pasó la gran parte de la mañana, hasta que se dio cuenta que tenía que ir a comprar algo de alimentos, se arreglo y partió al supermercado más cercano.
En otro lugar de Tokio la escena no era muy distinta, Chikane, que estaba acostumbrada a un trato de princesa amaneció algo adolorida, extrañaba su plácida cama y el despertar por parte de Otoha-san, algunas lágrimas rodaron por sus mejillas.-No me arrepiento de mi decisión-dijo con firmeza.
Ordeno las pocas cosas que traía pues, el departamento estaba amueblado, y bajo ha hacer algunas compras.
De apoco ambas se fueron acostumbrando a vivir a sola, pero lo que ellas no sabían era que su GRAN DESTINO estaba a punto de cumplirse.
Ambas despertaron con una gran ansiedad, sabía que algo extraordinariamente iba a suceder, tomaron en sus manos las mitades de las conchas y se acordaron de la promesa. Se levantaron y partieron a recorrer la ciudad.
Chikane estuvo un rato en la plaza, se sentía muy cómoda pues la hacía recordar a su jardín, estuvo pensando en muchas cosas, hasta que decidió ponerse en marcha.
Himeko después de entregar algunas fotografías en la revista le ordenaron que tomara algunas fotos casuales en la vía pública.
Chikane, se decidió a seguir su camino, se detuvo pues había dado la luz roja en el semáforo, Himeko a su vez iba en la dirección contraria a Chikane, miró su reloj y avanzó pues la luz había cambiado.
De repente Himeko se queda mirando a una hermosa mujer vestida de blanco, hasta sus sandalias lo eran y un hermoso cabello azul, pero lo que más llamó su atención fue el colgante que traía en su cuello, era la mitad de una concha rosada...
Por su parte Chikane, que no es distraida como Himeko, la había reconocido desde el otro extremo, por lo que esperó impaciente a que cambiará la luz. Cuando se volvió verde avanzó con pasó firme y se dirigió directamente a Himeko...
Himeko la reconoció al instante, y corrió a los brazos de Chikane, y recibio un fuerte abrazo, en ese momento, no recordaron la promesa de niñas, sino su vida como sacerdotisas, todo pasó tan rápido, eran tantas imagenes, tantos recuerdos, incluidos los dolorosos, que ambas lloraron, se abrazaron aún más y finalmente se dieron un profundo y dulce beso.
En ese mismo instante en el templo de la Luna, despertó Ame no Murakumo y cambio su forma.
Continuará...

Porque Tu y Yo somos Kannazuki no Miko  (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora