Capitulo 22

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Acababan de llegar a España cuando el teléfono de Alex empezó a sonar. Ambas se quejaron en mitad del beso y se alejaron para que ella pudiera responder.

"Vause... mhmm... ¿en cuanto?... de acuerdo"

Piper sabía que era lo que venía pero no quería escucharla. Cada vez que sonaba el celular era una señal de que Alex pronto se iría y esta vez no era la excepción.

"Pipes..."

"Si ya se. Tienes que ir con Kubra a no se que"

"No sabes a qué porque nunca me has dejado decírtelo"

"Tú sabes que no me quiero involucrar."

"¿Y quien te está diciendo que te tienes que involucrar?"

Tenía razón. Alex no la había obligado a nada de lo que habían hecho hasta ahora y no significaba mucho realmente si se ponía a pensar que algo malo estaba haciendo. Ella sabía muchas cosas más no todo y la calmaba un poco el saber que no hacía nada ilegal... no todavía al menos.

"¿Sabes una cosa Piper? Si estás tan insegura de lo que estás haciendo, puedes irte"

Alex tomó sus cosas y salió de la habitación, no siendo completamente consciente de lo que acababa de decir.

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Piper despertó sintiendo la ausencia de Alex. No habían hecho nada en días porque a penas y se sentía la presencia de ambas en la habitación donde se hospedaban en Barcelona.

-Pipes, contesta el teléfono si te llamo. A-

Dejó la cama tan rápido como pudo y se metió en la ducha pensando en que tendría el tiempo suficiente para visitar uno de los museos que tanto había soñado conocer antes de que volviera Alex a casa.

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"Tú madre está como loca preguntando por ti"

"Pa, estoy bien tranquilo. Polly y yo estamos bien"

A veces se sentía como si decir mentiras fuera algo natural para ella. No es que no fuera consciente si no que a veces solo prefería ocultar algunos detalles que no le favorecían.

"¿Necesitas dinero? Te transfiero desde mi tarjeta..."

"No no. No. Papá tranquilo tenemos lo suficiente, si necesito algo te avisaré ¿de acuerdo?"

"No me convences. Pero está bien"

Colgó el teléfono y volvió a caminar por los pasillos del museo. -A Alex le hubiera encantado- pensó. Pero se esfumó tan de pronto la idea, al recordar la pequeña discusión que habían tenido hace unos días. A pesar de que habían hablado las cosas se habían enfriado un poco para ellas.

Alex estaba siempre demasiado ocupada, a veces Piper la escuchaba hablar por teléfono en medio de la noche con Fahri acerca de los próximos lugares que visitarían y de vez en cuando se quejaba por no poder tener tiempo para ella.

Estar en Barcelona no era tan trágico. Piper agradecía a su padre por las clases de español con ese profesor cubano que se enojaba cada vez que ella confundía los géneros y decía cosas como "el silla" pero era buena para el español aún cuando entendía más de lo que podía hablar.

Volvía de comprar unas cosas para hacer la cena cuando se percató de la presencia de Alex... junto a otras dos chicas.

Piper reconocería esa actitud coqueta en cualquier parte porque de hecho fue esa misma actitud la que la hizo enamorarse perdidamente de ella y a pesar de que sintió un ligero mareo por la ira que le produjo ver esa situación, no hizo absolutamente nada. Caminó tranquilamente en dirección a la puerta y sus manos temblaron un poco al poner las llaves en la cerradura pero como pudo abrió y entró solo para tirar la puerta con todas sus fuerzas.

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