Capitulo 21

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"¿Sabes que quiero?" Alex tenía acorralada a Piper en la esquina del ascensor. "Quiero jugar con tu hermoso cuerpo toda la noche" le paseo la mirada como si fuera su presa y el sonido de las puertas las hizo apartarse.

Las piernas de Piper temblaban. En algún momento se planteó el hecho de estar con Alex como una aventura, pero definitivamente esta no era una aventura, no estaban jugando, no era una historia que podría contar sin que le pasaran escalofríos porque sencillamente esta era su vida.

Alex la tomó de la mano guiándola hasta el cuarto del hotel y llevándola directamente al jacuzzi. La escena era romántica hasta cierto punto, pero claramente vauseman no lo era.

Estaban dispuestas a arrancarse el vestido de baño si era necesario porque Alex tenía un punto que probar... o muchos.

"Creo que aún no eres completamente consciente de en qué posición estás..." Alex le tendió la mano para que se uniera a ella en el jacuzzi. "No harás nada que no te guste ni que no quieras, pero tampoco harás algo que a mi no me guste o que no quiera... date la vuelta" le ordenó en medio de lo que le estaba diciendo. Piper se giró dándole la espalda y siendo cuidadosa de no resbalarse "...y claramente no quiero que te vayas. Así que no lo harás."

Una de sus manos recorría la espalda de la rubia, mientras que la otra le corría el cabello hacia un lado para poder besarle el cuello. Alex rosó sus labios contra la piel expuesta recibiendo un pequeño quejido de Piper. "Ahora bien, si estamos en desacuerdo... tendremos que convencernos la una a la otra..." sus manos recorrieron la piel de Piper hasta llegar a sus senos. "...y a mi parecer... considero que debes quedarte conmigo en todos los viajes que tenga para hacerme compañía y complacerme"

"¿Y que gano yo?" Piper preguntó osadamente sabiendo bien que ya se había ganado la lotería con una mujer así.

Alex sonrió contra el hombro derecho de Piper sin responder decidió dejarle la respuesta a los actos. Sus dedos como si ya conocieran el camino y tuvieran consciencia propia se sumergieron en la humedad de Piper, robándole un gemido.

Piper era receptiva, no le molestaba dejarse llevar y menos cuando se trataba de sexo. Pero con ella sabía que era un nivel distinto, sabía que entre más aguantara y más caliente se pusiera el asunto Alex lo disfrutaría más. Así que muy en vano trato de contener sus gemidos, obligando a su cuerpo a pensar en algo más. Alex quería convencerla de algo que ella ya había decidido, pero de todas formas quería ver que tanto se esforzaba.

Alex sintió como el cuerpo de Piper luchaba indeciso, así que decidió ayudarla o más bien empujarla directamente al placer. La hizo sentar en el borde del jacuzzi, que era lo bastante grande como para cinco personas. En seguida hizo que abriera las piernas hasta el tope y pasó sus dedos desde su entrada hasta su pecho dejando la piel a su paso toda húmeda.

Piper la miraba con atención, la excitaba todo. Era así de sencillo. Alex en la mitad de sus piernas relamiéndose los labios como si fuera a comer lo más delicioso de la vida.

Sin dar más larga al asunto Alex se acomodó para dar la primera lamida. Se tomó su tiempo saboreando a Piper sintiéndose ella misma ardiendo por dentro. Piper suspiró y sus muslos temblaron inevitablemente cuando Alex sin previo aviso metió dos dedos de golpe mientras movía su lengua en círculos.

Piper seguía sin gemir. ¿Que intentaba probar? Ni idea, pero lo cierto era que Alex la conocía tan bien que sabía que en cualquier momento se dejaría llevar y no se podría controlar.

Alex estaba obteniendo más de esta situación de lo que esperaba porque la mujer a la que estaba complaciendo siempre la sorprendía y por eso estaba tan enamorada de ella... enamorada. Se detuvo y por fin Piper soltó el gemido más ruidoso de la noche robándole una sonrisa a la pelinegra.

"¿Por qué paras?"

Las dos se quedaron mirándose. ¿Qué sería de la vida si no se tuvieran una a la otra? Alex se movió en el agua hasta el otro extremo del jacuzzi y desde allí siguió observándola mientras Piper cruzaba sus piernas en busca de fricción.

"Ven" dijo Alex apenas audible y le hizo una seña con el dedo.

Piper se sumergió y avanzó hasta ella. "¿Hice algo mal?" Era adorable la forma en la que Piper, aun después de que Alex se la cogiera casi cada minuto de cada día, se consideraba una inexperta.

"No tonta" la acercó haciéndola quedar encima de ella, sus piernas entrelazadas debajo del agua mientras Piper enredaba sus dedos en el cabello de Alex.

Se besaron por unos segundos pero Piper siempre interrumpía el momento poniendo esa carita de 'porfavorAl' cuando estaba caliente. De todas formas Alex quería demostrarle no sólo sexualmente sino emocionalmente cuanto quería que viajara con ella, así que la volvió a tomar de la cara obligándola a besarla otra vez.

"¿No te gustan mis besos?" Ambas se sorprendieron por lo increíblemente melosa que sonó Alex.

Piper le sonrió y la besó aún con mas ganas, rosando su cuerpo contra el de ella haciéndola sonreír de vuelta.

"Me encantan... y me encanta esto también" tomó la mano de Alex y la puso en mitad de sus piernas para que la tocara.

"Eres insaciable" la siguió besando aún sin hacer ningún movimiento.

"Aleeeex"

"¿Qué?"

"No puedes provocarme y hacer como si nada"

"Si puedo" Alex recostó la cabeza en el borde del jacuzzi y cerró los ojos.

"Esta bien no importa..." Piper dijo en un tono bastante calmado pero no dejaba de moverse en las piernas de Alex y hacer que el agua se moviera, lo cual le pareció bastante sospechoso a la pelinegra.

"¿Que haces?" Dijo sin abrir los ojos.

"Ya que no pudiste probar tu punto... Estoy complaciéndome antes de irme" Piper estaba agitada pero no tanto como cuando Alex la tocaba.

Alex levantó la cabeza y se miraron a los ojos antes de que Piper se dejará llevar, pero ¿que clase de persona sería si su novia se viniera sin ella mover un dedo?. Tomó rápido su mano y la obligó a dejar de tocarse.

"Alex en serio me estás traumatizando"

Rio y enseguida las yemas de sus dedos consintieron a Piper justo donde necesitaba. Esta vez si gimió, deseando incontrolable obtener lo que Alex le había estado negando todo ese tiempo.

Piper la beso mordiéndole la lengua, los labios, el cuello y Alex le correspondía dándole placer. Las dos se deseaban con locura a todo momento sin poder obtener suficiente una de la otra.

La rubia llegaba al climax y Alex le susurró "vendrás conmigo" en ese tono autoritario que tanto la enloquecía obligándola a responder un "si" arrastrado por sus gritos de placer.

Sinestesia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora