Capítulo ocho. ''Oro.''

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All of your flaws and all of my flaws.

Me aferre más al pecho de William, como si de una niña asustada y triste se tratase. Nos encontrábamos acurrucados el uno con el otro, en su recamara. Él recomendó que por ahora sería mejor descansar y que al día siguiente hablaríamos con calma y tranquilidad. Yo sin una excusa y sin poner resistencia accedí, lo más conveniente para los dos es que descansáramos y despejáramos de nuestras mentes todas esas palabras que faltaban decir, pero que lo mejor, era que se quedaran guardadas para ya no poder lastimarnos más.

Will minutos antes había tenido una conversación telefónica con Mario, diciéndole que mañana hablaría con él, que mejor se fuera a casa. Y fue ahí cuando mi corazón se encogió, sinceramente me sentía la peor amiga del mundo, me deje llevar por la ira, el rencor y por mis miedos, sentía que era una maldita egoísta.

Y eso dolía aún más…

 

(***)

A la mañana siguiente desperté con los ojos hinchados y rojos, no pude evitar compararlos con una roncha en el trasero– rojo, feos y molestos–, solo se podía notar dos gemas verdes que eran apenas visibles en ellos. Bufe con irritación y enjuague mi cara. Esto era lo que pasaba cuando lloraba, era como alérgica a las lágrimas literalmente, cada vez que lloraba mis ojos se convertían en esto.

Di un respingo al escuchar tres golpes en la puerta, rápidamente tome una toalla que se encontraba cerca y seque mi rostro.

­– Es, ¿está todo bien? – Pregunto William al otro lado de la puerta.

– Si – Gire el pomo de la puerta y Salí topándome con el cuerpo de Will a pocos centímetros.

Levante mi cabeza y observe sus ojos, los cuales tenían dos aros negros alrededor de ellos. Inmediatamente la culpa volvió hacia mí, lo más probable es que no haya dormido por mi culpa y eso se sentía como el infierno. Cuando desperté en la mañana, él no estaba a mi lado. Eso me sirvió para procesar los acontecimientos que pasaron la noche anterior y pensándolo bien, fui patética. Esta situación comenzaba a volverse incomoda, y como no si horas atrás le grite como una loca desquiciada; que me iba a dejar sola. Algo en mi me decía que en parte estuvo mal por haber tratado ese tema a gritos y sentimientos, pero la otra parte de mi me decía que estuvo bien que se lo hubiera dicho.

– Necesitamos hablar…– Rompió el silencio que se había formado en tan pocos segundos.

– Lo se…– Susurre y me senté en un extremo de la cama, ya que no estaba exactamente segura si podría mantenerme de pie.

– Estuve pensado, – Dijo sentándose a mi lado–  y Esra créeme que lo siento si llegaste a pensar que me estaba alejando de ti. En serio perdón, pero creo que a estas alturas no deberías de pensar eso, Es, somos mejores amigos y créeme– Tomo un poco de aire para poder seguir- te amo más que nada y siempre lo hare. Solo trata de entenderme, ha llegado alguien a mi vida, alguien desconocido para mí, y llego en un momento no esperado. Es obvio que me deslumbrare y segare por el…. Solo entiende, por favor… – Sus ojos se llenaron de agua impidiendo seguir.

Mi corazón se encogió y un nudo se formó en mi garganta. Sin duda era una mierda de amiga, sus palabras dieron fríamente en mi pecho, como nunca antes lo había hecho.

– Te entiendo, – Claro que lo entiendo si razonaba sus palabras, justamente eso estaba o había pasado con migo– Solo que ayer cuando te vi, con el propósito de salir. Me moleste, si lo sé, soy una mierda de amiga. Pero es solo que…no quiero quedarme sola…–  Musite con voz apagada.

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