Don't lose hope. {Justin Bieber & tú.}

Capítulo 8.

- Ya lo comprenderás.

Los sueños hasta que más imposibles parecen ser si luchas por alcanzarlos, en algún momento de una forma o otra se harán realidad, si no luchas ahora no te lamentes en un futuro.

La vida da miles de vueltas hoy estás aquí y mañana quien sabe, por eso yo he decidido luchar, perseguir mi sueño y no parar hasta conseguirlo. A lo largo de mi vida muchas personas me han derrumbado, me han intentado quitar del medio, me han humillado y se han reído de mi porque decían que nunca conseguiría nada de lo que me proponía y a día de hoy tengo yo la sartén cogida por el mango, ahora soy yo la que se ríe de todos ellos por no haber creído cuando les dije que lo conseguiría, porque poco a poco voy subiendo un nuevo escalón mientras ellos se quedan estancados en el mismo sitio viendo como logro llegar a todo lo que un día me dijeron que no conseguiría. Por eso siempre digo que la vida por muy difícil y mala que sea a veces siempre nos tendrá preparada nuestra merecida recompensa, a algunas personas nos tarda más tiempo en llegar, a otros menos pero a la larga todo da su fruto.

Recuerda que todo lo que llega a tu vida es para enseñarte algo nuevo ya sea bueno o malo, si todo fuese siempre igual sería aburrido y la vida consiste en equivocarnos, caernos, aprender, levantarnos y seguir luchando.

Los minutos pasaban y no había rastro de nadie, lo cual me inquietaba bastante.

"¿Habrá sido mentira todo?"

"¿Se habrán olvidado de nosotras?"

"¿Lo habrá dicho para hacerme sentir bien y tranquilizarme?"

Esas preguntas rondaban en mi cabeza una y otra vez sin encontrar ninguna respuesta, dentro de mi se había empezado a construir un nudo que me impedía respirar bien, la idea de pensar que solo lo dijo para que me tranquilizara y estuviese bien me hacía pedazos diminutos.

- Claro que se han olvidado de ti, ¿cómo les ibas a importar a ellos? seguro tienen cosas mejores que hacer que perder el tiempo contigo Brooker -dijo la parte de atrás de mi cabeza haciéndome sentir una punzada en el pecho. Mis ojos se cristalizaron y volví a mirar una vez más el lugar en busca de alguna señal que me hiciera cambiar de opinión pero me encontré como segundos antes, sin nada.

- Vámonos ya -espeté- no quiero seguir aquí Kayla.

- Pe..pero esa chica dijo que nos quedáramos aquí ____, dijo que vendría a por nosotras, a por ti para darte lo que te debían -contestó mi amiga algo sorprendida.

- ¿De verdad creíste que lo harían? -reí amargamente- no soy más que una belieber del montón Kayla, tienen cosas más importantes que hacer que perder el tiempo de esa forma -dije intentando parecer segura conteniendo un sollozo. Al decir esas palabras sentí como mi corazón se hacía añicos al darme cuenta de que tal vez tenía razón y todo se derrumbó encima mía de nuevo.

- No digas eso, seguro que.. -intentó contestar ella pero rápidamente le tapé la boca con mi mano para que no siguiera. No quería escuchar más excusas, no quería seguir haciéndome ilusiones para nada, al final del día solo era una más y eso no cambiaría.

Volví a echar una ojeada con la esperanza de que apareciera, pidiera perdón por tardar y hiciera lo que me había dicho, pero ésta se hizo millones de pedazos una vez más en la noche junto a mi corazón.

No dudé ni un solo segundo en salir corriendo del lugar, las lágrimas que había estado aguantando durante tanto empezaron a escapar una a una haciéndome sentir como una completa imbé*cil, miré atrás para asegurarme de que nadie me seguía ni me veía así, en ese momento quería estar sola, desahogarme por completo y lo había conseguido ya que Kayla estaba parada mirándome a lo lejos de pie en el mismo sitio que estaba hace segundos antes. Giré la esquina y seguí corriendo sin importarme a donde iba, solo quería perderme del mundo y irme lejos de todos, corrí varias calles más y me encontré con un parque solitario, lo que estaba buscando para poder desahogarme tranquilamente sin preocuparme de que me vieran o no. Divisé un gran árbol y corrí para tirarme al césped que había debajo, en ese mismo momento me sentía la figura más frágil del mundo que estaba a punto de romper en mil pedazos, lloré y lloré intentando sacar todo lo que tenía dentro. Mi móvil empezó a sonar, miré la pantalla y era mi mejor amiga, ya la llamaría luego y me disculparía si hacía falta pero en ese momento lo único que quería era estar sola, no tenía ganas de hablar con nadie. De nuevo volvió a sonar, pero esta vez me indicaba que tenía un mensaje y lo abrí.