25. FIN DEL JUEGO PENDEJO

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Capitulo veinticinco

¿Como ser ignorado en tres sencillos pasos?

Paso uno: Jodela, jodela mucho.
Paso dos: Dile que es fea.
Paso tres: Juega al admirador secreto.

Ahí estaba ella, en su vestido rosa, con el cabello ondulado desde las puntas cayendo sobre su cintura, los tacones resaltaban sus piernas, recostada sobre aquella barandilla vieja observando la laguna, la luz de la luna le iluminaba el cabello ha...

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Ahí estaba ella, en su vestido rosa, con el cabello ondulado desde las puntas cayendo sobre su cintura, los tacones resaltaban sus piernas, recostada sobre aquella barandilla vieja observando la laguna, la luz de la luna le iluminaba el cabello haciéndolo de un negro brillante.

Se veía jodidamente hermosa.

¿Como se suponía que debía acercarme? Debía decir algo como.- Hola Sophia, ¿Como estas? Bien, me alegro mucho por ti, gusto de verte chaito.- ¿Y le lanzo un beso?

Si, ridículo.

- Lo mas apropiado es decir; hola. Ya luego deduces el resto de tu vida.- Levante la mirada lentamente y la vi, observándome, sonriéndome,- Hola Alex...

Sentí mi garganta seca, mi voz había desaparecido, me sentía como un estúpido joven lleno de hormonas, bueno era estúpido, era joven, pero mis hormonas estaban en calma o eso creía.

Maldita sea, soy un grandísimo pendejo.

- ¿Ummm? Ha si, emmm. Holi, uy digo Hola.- Si, estaba muy pendejo, bueno en realidad ella me ponía muy pendejo.

- ¿Holi?- Me miro con esa mueca que tanto amo,- Tranquilo, prometo no hacerte nada, enserio. No te hare nada.- Habló al ver como al acercarse yo retrocedía y no, no era porqué iba a hacerme algo, era porqué yo le iba a hacer algo si seguía acercándose de esa manera.

El tenerla asi me hacia pensar tantas cosas, queria gritarle en la cara todo. Decirle que era el amor de mi vida, que la conocía desde hace años y que me había cambiado la vida de una forma extraordinaria.

Pero ella era difícil, muy difícil, demasiado difícil de sobrellevar. Pero veme aquí estoy como un jodido idiota, viéndola y dándole gracias a los Dioses por seguir retrocediendo con toda mi fuerza de voluntad.

- Quiero que me escuches Sophia, por favor.- Solo entonces se detuvo, me observo, cruzo sus brazos y me miro fijamente. Seguro esperaba que hablara, que continuara con mi explicación, pero de nuevo estaba mudo. Carajo.

Respira hondo, profundo y llego la hora de hablar.

- Estas consiente de lo fea, fea, fea que eres, ¿cierto? Sht- le pongo el dedo en la boca para que no hable. - Aun no acabo, como te decía; eres fea pero joder no solo eres fea, tienes el carácter más jodido del mundo y lo peor de todo es que yo debo lidiar con tu puto carácter todo el tiempo y estoy tan jodido porqué amo que seas asi maldita sea y no se quien te dijo a ti que podías venir y joderme la vida de nuevo osea ya antes había tenido suficiente y ahora debo lidiar contigo nuevamente. Y todavía vienes a decirme que quieres verme luego de restregarme en la cara lo buena que estas. Si, si Sophia estas muy buena.

Veo como una pequeña sonrisa se posa en sus labios, me observa detenidamente y sonríe abiertamente. Se ve hermosa inclusive con sus muecas.
Ella es asi, hermosa, pero jodida, fea y maniática. Si lo es, pero es mía y solo mía aunque no lo sepa.

- Y tu, eres un grandísimo pendejo.

Y lo que vino luego, nisiquiera supe, como o cuando paso. Me tomo del cuello, acerco sus labios a los mios y me beso. Me beso consciente de sus actos, consiente de si misma.

Me beso con ganas.
Me beso con deseo.
Me beso como solo ella sabía hacerlo.

Mis manos apretaron su cintura, acercándola a mi, pidiéndole más, quería más. - Te amo, Alex...

»Si ella recuerda, no solo volverá su memoria, también su esquizofrenia.«

Y me detuve, me aleje, corrí al auto, subi en él y ella me observó asustada. Saque la cabeza por la ventana del auto y le grite. - ¡Nido de pajaros! ¿Donde dejaste el nido? -Sonrió de nuevo, a no, esa era la mueca.

- Eres un grandísimo idiota, se acabó el juego pendejo, te voy a cortar los huevos cabrón.

Y le lance un beso. Justo como lo estaba planeando desde el inicio. Pareciera que huí al escuchar su "te amo" pero no, esta vez no fue por miedo al compromiso, literal huí por su bien.

Fui a casa, recogí mis maletas, las subí al auto, regrese a mi habitación, eche un último vistazo a la ventana, la abrí y deje una pequeña carta sobre su balcón. Regrese a mi habitación baje las gradas de dos en dos, fui a su buzón y deje una nota, si ahora jugaría a su admirador secreto.

Y me fui, por su bien, por el mio.

Me largue, pero justo cuando doble a la esquina la vi llegando a casa, bajo de su auto, toco mi puerta, entro a su casa y cuando digo a su casa me refiero a la mía, salio y por algún motivo gritó. -Pendejo.

Y con eso, desaparecí de su vida.

Pero estaba seguro, muy seguro que eso no acabaría ahí.

Pero estaba seguro, muy seguro que eso no acabaría ahí

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Uy no, no me mates, nooo en la cara noo.
(Sale corriendo con todos persiguiéndole)

Calmemonos, si.
Sigan leyendo, dejen su furia aquí.

No olvides déjarme tu votito y comentarios por todos lados.

Gracias.
~M. DB.

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