Aleatorio: Relación en picada

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Lo conocí por medio de una página de internet que descubrí por casualidad vagueando; recién entraba y había muchas personas nuevas, incluyéndome. Me dieron una cálida bienvenida y empecé a chatear con varios de ellos; curiosamente la mayoría eran bisexuales u homosexuales, siendo la mayoría hombres y unas cuantas mujeres. Él llegó a la página a la semana de que yo había sido miembro nuevo, lo llamaré "N", y lo saludamos todos, pero mostró un interés excepcional en mí, tanto que me mandó un mensaje por privado y comenzamos a hablar. La verdad, es de las pocas personas con las que no me he llegado a aburrir en una conversación, continuamos casi hasta la 1 a.m para despedirnos casi forzosamente. Al día siguiente intercambiamos números en medio de la plática y comenzamos a platicar por Whatsapp.

Descubrimos que teníamos muchísimas cosas en común; desde gustos musicales, películas, familia y personalidad hasta deseos de superación personal, metas en la vida y logros en estudios.

Éramos de distintos países actualmente por razones que hicieron que su familia se mudase, pero no le iba tan mal. Las conversaciones se hacían bastante extensas a lo largo del día, llegando a los 500 mensajes por día, contando que colocamos todo en un solo mensaje y por puntos (algo que no muchos saben hacer, mandándolo todo por separado).

Técnicamente sabía bastante de él y viceversa. Cosas personales, públicas, etc que hacían que me gustase cada vez más. Es decir, todavía tenía ese corazón tan cálido que me permitía ver ciegamente las intenciones buenas de alguien.

Pasó un poco el tiempo y continuábamos hablando. Me decía de cómo avanzaban ciertas cosas con su familia, amistades incluso con su crecimiento personal. Curiosamente, él había dejado de dibujar hace tiempo por razones que no describiré, pero por mí, comenzó a hacerlo de nuevo, demostrándome que en verdad era bueno mezclando colores, líneas y expresando lo que siente en cada dibujo.

Era alguien muy culto en cuanto a temas de artística. Cine, música, arte (tanto plástico como plasmado) y yo solo tenía conocimientos teóricos como ciencia, tecnología y humanidades. La verdad, alguien inteligente, capaz y culto con quién yo no perdería la oportunidad de estar. Aunque claro, cabe destacar que ambos éramos bastante tímidos y yo, más que nada, era un introvertido de mucho cuidado, él se desenvolvía bastante bien con su entorno.

No recuerdo con claridad quien se le propuso a quien, pero si, comenzamos una relación a distancia. Aunque claro, había un pequeño inconveniente... ambos éramos ukes (por decirlo de una forma menos fuerte), pero a mí me interesaba, quería seguir, así que cambié por él y traté de hacerme seme (no gente de Latinoamérica, no lleva una "n" al final). Claro, fallé un poco en el intento, pero ya era suke, eso era un progreso.

Yo tenía presente todo lo que se podía presentar en este tipo de relaciones y aún así acepté el reto. Por una pequeña vez en mi vida, me sentía capaz de aprender algo con mi persona y sentirme un poco suficiente.

Tanto en la página donde nos conocimos como por WhatsApp continuábamos hablando cotidianamente. Se volvió parte de mi rutina diaria; curiosamente, me dio una razón para levantarme por las mañanas y ser una mejor persona. Mejorar por él, hacerlo por él y verlo feliz por mí; sabía que al mejorar de esa forma yo me sentiría orgulloso de mí mismo, así que el cambio valdría la pena para desarrollar mi integridad personal (amor propio).

El tiempo pasaba y la relación parecía ir bien; las personas en la página donde nos conocimos parecían amables por cómo se habían desarrollado nuestras personas, ya que ambos no éramos agresivos, ni una "pareja tóxica" en ese fandom. Aunque hubieron algunas reclamaciones, supimos hablar por nuestra cuenta y dejar esos asuntos como arreglados.

Pero claro, no todo en esta vida es felicidad.

En mis primeros días de estar en la página, había conocido a otra persona con la que también me llevaba bien, la llamaré "S", sólo que había una pequeña diferencia, él quería rol todo el tiempo. Claro, cansaba un poco, pero por lo agradable que era, yo seguía. En ese caso, hablamos como por tres días seguidos en esa modalidad y... me propuso ser su pareja. Acepté y continuamos, pero me di cuenta de que, en efecto, el rol era un poco su fuerte. A veces, cuando me salía del personaje, podía notar como se entristecía, así que volvía poco a poco a la plática de siempre.

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