Capitulo 2: Noticias...

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El pasillo se me hizo más largo que nunca. Me cruzé a Nora Grant, la chica de antes mio en la lista que me dio un intento de sonrisa que no me animó mucho. Nunca me habían gustado las agujas y menos la sangre, pero igualmente cruzé la puerta de la sala de informática con la cabeza alta y escondiendo los nervios. Le di una sonrisa rápida a los enfermeros que rápidamente me señalaron una silla al lado de unas cajas que me pareció que estaban llenas de más muestras de sangre con etiquetas con números. La enfermera me dio unas palabras que pretendian tranquilizarme y desinfectó la parte de la piel donde después me clavó la aguja. Al cabo de unos segundos me retiró la aguja y el tubo con mi sangre y su compañero me dió un algodoncito para ponerme sobre la herida y que la sangre no me manchara la ropa. Guardaron las muestras en las cajas de al lado de la silla y la enfermera me recordó:
-No tendremos los resultados hasta dentro unas horas así que intenta relajarte.
-Gracias, bueno tengo que irme.
Al salir por la puerta me crucé a Pau Guinda, el chico que me seguía en la lista le di una sonrisa para que se tranquilizara ya que estaba más serio de lo que nunca lo había visto.
Subí las escaleras de dentro del colegio y cruzé por el patio para llegar al ala de primaria, luego recorrí diferentes pasillos para llegar al edificio de infantil y subí dos pisos hasta llegar a la planta de p-5. Piqué a la puerta de la clase de mi hermano y su profesora ,que en otro momento fue la mía, llamó a Caleb para que recogiera sus cosas.
Caleb me saludó muy cariñosamente como hacía siempre y con su manita agarró la mía y preguntó:
-¿Tata porque hoy no hay clases?
-Enano es una cosa muy complicada para ti.
-Bueno inténtalo quizás lo entiendo.
-Esta bien, tu ganas. Ha habido muchas muertes en otro continente.
-¿Continente?
-Si, es un trozo muy grande de tierra en el que vivimos que se separa de los otros por océanos.
-¿Los océanos son como el mar?
-Si, pero mucho más grandes.
Y así pasamos todo el camino yo intentando explicarle la situación en la que estábamos y el sorprendiéndome con su inteligencia y paciencia.
Cuando llegué a la parte en la que le expliqué que podía ser que tuviera que irme ya habíamos llegado al portal de nuestro bloque de pisos y volvió a sorprenderme cuando en vez de llorar o pasar de mi solamente me intento animar y hacerme sentir mejor diciendo:
-Todo estará bien, tata.
Haciendo que me derritiera por dentro y le abrazara con todas mis fuerzas.
Estuvimos todo lo que quedaba de mañana viendo la televisión y mientras él hacía preguntas yo intentaba responderselas para que lo comprendiera todo.
Antes de las dos llegaron nuestros padres, para suerte de ambos ya que mis dotes culinarios no llegaban para más que unos sándwiches.
Mientras mi padre hacia la comida y mi madre, Caleb y yo poníamos la mesa sonó el teléfono. Rápidamente mi madre fue a cojer el teléfono y su tono formal me reveló que se trataba de algo muy importante. En cuanto colgó Caleb formuló la pregunta que nos atormentaba a todos:
-¿Quien era?-preguntó sin levantar siquiera la mirada de lo que hacía.
- Era alguien del ayuntamiento, cariño- dijo mi madre aún con el teléfono en la mano mientras revolvía el pelo marrón de Caleb.
-¿¡Te han dicho los resultados!?-intervení yo saltando de la silla en la que me acababa de sentar.
-Talía, no le hables así a tu madre, y tranquilízate ya dirá lo que tenga que decir -dijo mi padre mientras me ponía las manos en los hombros y me empujaba hacia abajo hasta que volví a estar sentada.
-Solo han llamado para informar de que a las 7 hay una reunión en la que debemos estar presentes- dijo mi madre mientras se sentaba y resoplaba.-Pero no me han dicho nada de los resultados.
-Quizás lo dicen allí...-dijo Caleb inocentemente.
-Claro campeón, seguro que es eso- dijo mi padre mientras ponía los platos en la mesa.
Comimos rápidamente y durante toda la comida hubo mucho silencio, menos las intervenciones de Caleb que si no fuera tan pequeño habría pensado que eran intencionadas para aligerar el ambiente.
Mi madre insistió en que nos arreglaramos para ir a la reunión y mientras esperaba con una toalla en el pelo empezé a hablar con Ash:
+ ¿Tu también tienes que ir a una reunión esta tarde en el ayuntamiento?
+ Si, ¿a las 7?
+ Ajá, ¿sabes para que?
+ No, solo que han llamado a casa🤷
+ Pues como yo
+ ¿Alguna de tus amigas sabe algo?
+ Ahora le pregunto a Cloe
+ Vale, pero luego me cuentas bebé ❤️
+ Obviamente loca💕

Siempre me había llamado así porque parecía que un solo año de diferencia te daba el derecho de hacerle bullying a tu mejor amiga, así que yo siempre se lo devolvía haciendo mella en su supuesta locura. Mandé un mensaje a Cloe preguntándole si sabía algo de la supuesta reunión.

Mientras esperaba a que me contestara me puse un mono azul marino con unas sandalias negras y me empezé a secar el pelo. Cuando acabé miré el móvil para encontrarme una nada esperada respuesta que me hizo soltar el móvil tan de golpe como lo había cogido.

Nota de la autora
Gracias por seguir leyendo y espero que os guste mi relato.
Y mis finales a abiertos, no es por ser mala y sé que molestan mucho pero no puedo evitarlo, además intento hacer que todos los capítulos tengan más o menos la misma cantidad de palabras.

Refugiada por mi ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora