Capítulo 7: Partida

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Tras enviarle la foto a mi madre nos dirigimos hacia la escalera pero antes de que nos pudiéramos subir todos a las escaleras un guardia dijo que a partir de ese punto solo podían pasar los afectados por el gen Maxime con su DNI así que retrocedimos y cada una se despidió de su familia. Me despedí primero de mis padres pero como ya estaba todo dicho no tardé mucho en despedirme de ellos, pero aún haber tardado tan poco de despedirme de mis padres fui la última en estar lista ya que Caleb fue mucho más difícil para despedirme ya que no quería que me fuera. Cuando mis padres consiguieron sacarme a Caleb de encima, este no paró de llorar así que le di un último beso, cogí mi mochila y me dirigí hacia las escaleras donde me esperaban mis amigas dándole el DNI al guardia. Subimos las escaleras mecánicas mirando hacia atrás y no dejamos de mirar hasta que tuvimos que bajar de las escaleras. Ninguna hablo mientras caminabamos hacia el control de seguridad. Antes de llegar al control de seguridad, tuvimos que pasar por un mostrador, donde una mujer nos pidió nuestro nombre y DNI y nos tachó de una lista, esa señora tambien nos dió un número de puerta, donde cogeríamos nuestro avión, ya que al haber tantos escuadrones, viajaríamos en distintos aviones. Después, seguimos a todos los demás hacia el control de seguridad. Éramos tantos, que había varias cintas operativas, pero aún así, tuvimos que hacer cola, pasaron varios minutos hasta que estuvimos al principio de la cola, y una vez allí nos hicieron poner la maleta en una bandeja igual que todas las cosas metálicas que lleváramos encima. No entendía porque nos hacían pasar eso hasta que vimos como requisaban una pistola a una chica de otra fila y después, al ver cuántas navajas habían requisado, me alegré de que lo hicieran. Pasamos por el arco de seguridad sin ningún problema y nuestras maletas tampoco supusieron ninguna carga. Cuando ya estuvimos todas, recogimos nuestras maletas y nos alejamos de la gente pasando por dentro de una tienda. Lo primero que hicimos al cruzar, fue buscar la puerta por la que saldríamos, que por suerte estaba cerca, y como aún eran las diez pensamos en sentarnos en algún sitio para descansar.

Directamente, pasamos de buscar sitio entre las sillas, ya que era donde estaba todo el mundo y nos dirigimos a una pared lejos del bullicio, nos acomodamos y estuvimos hablando un rato, para conocernos mejor entre nosotras y ya de paso pensar que haríamos durante nuestra estancia en África. Descubrí que Laura tenía ya 17 años y que su gran pasión era la tecnología. También hicimos varios viajes al lavabo que estaban bajando una planta, en uno de esos viajes escuchamos una conversación que nos aterrorizó bastante:
-¿Sabes que la mayoría de países que no quieren que envíen refugiados son de África?- estaba contando una chica a un grupo.
-¿Pero cómo sabemos a qué país iremos?-dijo uno de los chicos.
-Nos lo dirán en Tarifa a la hora de coger el ferry, pero con que vayas a Marruecos, Libia, Túnez, Argelia, Mauritania... Ya la has cagado- dijo la primera chica.

Después de eso, solo pudimos esperar que no nos tocará ninguno de esos países, y esa preocupación hizo que no estuviéramos muy alegres mientras duró el resto de la espera.

Cuando empezamos a ver movimiento nos dirigimos hasta nuestra puerta, y tras enseñarle otra vez el DNI a un encargado, entramos al pasillo del avión. Antes de poder entrar al avión, nos digeron que los asientos eran libres, y que podíamos sentarnos con quién quisiéramos mientras no hubieran problemas, y aun haber dicho la azafata esa frase, en cuanto se abrió la puerta del avión, hubo un caos enorme, nosotras simplemente buscamos un sitio en el que pudiéramos estar juntas y nos sentamos, tras haber dejado las maletas en los cajones de arriba.

Como Ash tenía miedo a volar, se puso en medio y yo aproveché para ponerme en la ventana y poder observar el paisaje. Nada más despegar, Ash logró quedarse dormida y Laura siguió su ejemplo minutos después, y aunque a mí me hubiera gustado imitarlas, no pude conciliar el sueño. Así que me puse los cascos y empecé a escuchar música.

Cuando quedaba poco para aterrizar y estaba apunto de dormirme, noté dos colpezitos en el hombro y me quité un auricular mientras miraba hacia atrás, cuando me giré, me encontré unos ojos verdes demasiado cerca, pero en vez de escuchar algo agradable, el chico me dijo:
-Chica de los cascos se te ha caído el monedero -dijo sonriendo de lado.
-Gracias, pero tengo nombre -comenté pensando que era el típico chico mujeriego.
-Y ese nombre es... -le observé detenidamente intentando buscarle un apodo, pero sus facciones marcadas y su pelo negro no daban mucho con lo que meterse, así que solté lo primero que me vino cuando vi la gorra colocada en su regazo.
-Para ti ninguno chico malo.
Me giré y me volví a poner los cascos a la vez que me regañaba a mi misma por decir esa frase tan ridícula.
No pasaron ni diez segundos cuando noté como me quitaba el casco suavemente y me susurraba:
-No quería ofenderte, lo siento- me susurró poniéndome la piel de gallina con su voz un poco ronca.
-No me has ofendido es solo que todo esto me tiene, pfff- dije con voz suave mientras me giraba en mi asiento para verle la cara.
-¿Entonces me vas a decir tu nombre?- dijo haciendo unos pucheros muy graciosos.
-Ni lo sueñes, ¿Qué misterio tendría entonces?- dije riendome a la vez que le pegaba un puñetazo suave en el hombro.
-Au- dijo con una falsa postura de dolor.
-Gracias, por hacerme reír
-Denada chica de los cascos aunque los motes mejor los pongo yo -dijo señalandome con un dedo como si me riñera.
-Sisi mejor -añadí con una carcajada.
-Mira vamos a hacer una cosa, dame tu móvil- dijo haciendose el misterioso.
-Si claro- dije mientras me reía.
-No te fias de mi- dijo alzando la ceja y fingiendo que estaba dolido mientras se llevaba la mano al corazón.

Nota de la autora
Que os parece el nuevo personaje?
Votar y comentar si os gusta porfavor.
No he podido publicar antes porque no estaba en mi país.🤷

Refugiada por mi ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora