CAPÍTULO 7: Detención con un cobarde y problemas a la vista.

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Esto definitivamente sobrepasó mis límites, me levanté de la cama con cuidado de despertar a Brenda que yacía durmiendo a mi lado.

Me pusé mis pantuflas y me dirigí al balcón de mi habitación, cerré la puerta corrediza de vidrio para que nadie me oyera.

El aire golpeaba mi rostro mientras comenzaba a marcar el número de Alex.

— ¿Si? — respondió una voz somñolienta del otro lado de la línea.

— Escúchame idiota porque esto solo te lo diré una vez, no te metas conmigo o vas a salir muy mal — dije soltándo toda la rabia contenida.

Él había escrito una total barbaridad sobre mí en facebook y yo no podía quedarme de brazos cruzados, sería mentirles si les dijera que aquel comentario me dolió, no lo hizo, lo único que desató en mi fue unas ganas macabras de querer arrancarle la cabeza a ese estúpido ser llamado, Alex.

— ¿Kassia? Ya es algo tarde para llamar ¿no crees? — comentó reconociendo mi voz y lanzando un bostezo.

— Alex ¿Por qué escribiste que soy una arpía? ¿Que mierda tienes en la cabeza? Digo si es que tienes algo aunque sea en tu cabeza.

— Basta Kassia, ya para con esto — tomó una gran bocanada de aire y luego de eso su voz sonó más despierta — A ver, solo es una broma ¿si? Esperó entiendas, sabes que Jaden es mi amigo, me gusta hacerlo enojar, nada más.

— ¿Y eso te da derecho a escribir estupideces sobre mí? — le reclamé harta de sus ridículas excusas — Quizás haya estado muy enamorada de ti Alex, pero rompiste mi corazón, y te juro que como me llamo Kassia Jones, tú y Tessa van a pagar por cada lágrima que me hicieron derramar.

— ¡Kassia! Joder, que necia eres, no quería dañarte, pero entiende, mi amor por ti se esfumó hace años, no puedes amenazarme simplemente por no quererte a mi lado.

— ¡ME ENGAÑASTE! — grité — Y ahora quieres quedar como la víctima ante todos Alex, tú eres el que no entiende, me da asco haber estado con alguien como tú, solo dejame en paz — terminé de decir para cortar la llamada y regresar a la cama.

Alex quería jugar sucio, yo podía hacerlo y mucho mejor.

(...)

El sonido del despertador resonó por todas las paredes de la habitación haciéndonos despertar de golpe a Brenda y a mí.

— Odio los Lunes — exclamó mi amiga al despertar por el ruido colocándose una almohada en la cabeza con una voz somñolienta.

Yo reí y acto seguido me levanté de la cama para dirigirme al cuarto de baño.

— Ve alistándote Brenda se nos hará tarde — avisé antes de cerrar la puerta.

La mañana pasó tranquilamente.

Brenda había traído en su mochila unos shorts negros, una polera azul junto con unos zapatos deportivos.

Yo tenía una blusa blanca y unos jeans pegados, todo eso junto con unas zapatillas también blancas.

Mamá ya se había ido a trabajar pero nos había preparado un gran desayuno, durante la comida ninguna hablo sobre lo ocurrido anoche, simplemente nos limitamos a acabar rápido para dirigirnos a la escuela.

Al llegar Brenda se fue con Frank a sus primeras clases, Literatura.

Yo me quedé por los pasillos, fui hacia mi casillero a sacar mis cuadernos de apuntes para mi clase de Economía cuando alguien me tocó el hombro justo antes de abrirlo.

Giré y mis puños se cerraron con mucha ira contenida al ver la figura odiosa de Dorothy.

— Viste lo que publiqué anoche — comentó con una sonrisita llena de maldad.

No más Latidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora