Capítulo 3

32 3 0
                                    

Luego de que todos ya estuvimos listos, Rafael mi chofer nos llevó al Instituto Winters.

El día estaba soleado, solo unas pocas nubes habían en el cielo. Frente a Winters ya podía observarse una gran cantidad de estudiantes, unos abrazándose, otros saludándose y otros simplemente hablando; creo que pude ver unas cuantas parejas besándose.

Al bajarnos del auto ya recibíamos saludos de unos cuantos amigos, y otros que simplemente no conocíamos pero que igual saludábamos porque estaban con nuestros amigos, nosotros no éramos populares, pero ya teníamos algo de fama por así decirlo, por las fiestas grandes y alocadas que hacíamos en mi casa.

Siempre hacíamos una fiesta al inicio del año, así conocíamos a los nuevos, y podíamos divertirnos antes de los doleres de cabeza, osea, todo lo que venía con el instituto.

Tenía pensado algo muy bueno para la fiesta de este año, Neon.

Ahora me encontraba con Alexia y Aaron en un comedor que había al aire libre en Winters, teníamos arboles a nuestro alrededor, el viento daba una gran frescura me relajaba más y más, y sí que necesitaba relajarme porque Alexia no cedía.

Les estaba dando los detalles de mi plan a cada uno, ambos eran parte importante de mi plan; sola no podía hacer nada.

-No voy a ayudarte, tu plan es totalmente descabellado. Coño Sam, ¿cómo inventas esas cosas? -Escupió Alexia mientras se cruzaba de brazos, me miraba con el ceño fruncido.

Reí, descabellado; otra palabra para agregarla al diccionario de palabras estúpidas que dice mi querida mejor amiga.

-Por favor Alexia, tu solo tienes que entrar a distraer a El Señor Peluquín, mientras yo busco a Aaron; y es ahí en donde comienza mi macabro plan.-Dije en tono de súplica, hice un puchero y todo.

-No sé Sam, ¿y si nos descubren? Sabes muy bien que para poder entrar a la universidad tengo que tener mi historial totalmente limpio. -Su tono de voz fue bajando mientras decía aquello, sabía que era algo muy importante para ella.

Suspiré, Dios mío; esta mujer sí que es dura. Ya llevaba diez minutos sentada frente a ella suplicándole... Jalándole bola, para que me ayude en esto, si no fuera importante ni me molestaría en pedírselo porque sé que es de alto riesgo para ambas.

Pero tenía que hacer esto si quería verlos, tenía que ir y comprobar con mis propios ojos lo que había dicho Henry.

-Ok, te ayudaré, seré la Pinky de tu Cerebro. Pero si nos descubren créeme cuando te digo que serás mi esclava por un mes, y si pasa a mayores por tres meses. -Puntualizó severa, suspiro y relajó un poco su postura.

-Tranquila que nada va a pasar, bueno, lo que si va a pasar va a ser que se cancelaran las clases por hoy, cuando nuestro plan haya terminado.

Muy bien ya Alexia había aceptado colaborar, ya le había explicado a Aaron mi plan hace un rato; ya sabía que aceptaría porque el ama hacer estas cosas tanto como a mí me gusta tragar...Digo, comer.

Y ahora sí. ¡¡¡SE PRENDIÓ ESTA MIIIERRDAAAAA!!!

Me encontraba sentada en las gradas del gimnasio, hace cinco minutos que había comenzado educación física, mi clase favorita del día <nótese mi sarcasmo>

Solo había entrado a esta clase por el plan, si no ni hubiese venido. No es como que viniese para ver al Señor Peluquín, guion barrigón sudoroso, guion olor a vomito.

La clase había comenzado hace poco, y aún estaban entrando estudiantes al gimnasio, veía a cada rato la puerta esperando ver a Alexia entrar, no quería que el Señor Barrigón Olor a Vomito nos mandara a estirar, o incluso peor a trotar.

Perfecto Engaño ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora