Capítulo 9

26 2 0
                                    

John me observaba totalmente enfurecido, parecía un toro, atento a cualquier movimiento, dispuesto a venir por mí. Sus ojos bestiales no dejaban de escanearme, sus manos hechas puños estaban tensas y prensadas al igual que sus brazos y hombros.

Nerviosa tragué en seco y miré las posibilidades que tenía...Él era mucho más grande que yo, y aunque pudiese golpearlo sería inútil, eso lo enfurecería más. Miré hacía la puerta corrediza, ésta estaba abierta, si John caminaba como lo hacía minutos antes, entonces yo tenía la oportunidad de echar a correr, contando con que sus pies le fallaran.

Pero él fue más rápido, dio una simple zancada que le hizo llegar tan rápido hasta mí que no me dio tiempo de parpadear. Sus manos fueron hasta mi cuello, no me ahorcaba, solo estaban ahí quietas, pero de todas formas, yo no podía evitar temblar de miedo.

-Cuando me acerco para besarte, tu...Solo debes man-mantenerte quieta-dictaminó, se acercó más, su nariz comenzó a descender por mi cuello.

- ¡Suéltame John!-Expresé jadeante. En vista de que no tenía muchas opciones, comencé a zarandearlo, lo empujaba y daba patadas como loca. -¡¡¡No sé en qué mundo vives, si piensas que puedes solo llegar y besarme, y luego tratarme así!!!

¡Ah pero eso lo enfureció más!

Debido a mis golpes y patadas, él se vio obligado a retroceder. Pero sin embargo, venia por más. Monstruoso e inflado por la ira vino hasta mí, me sujetó la muñeca, casi pude oír como mis huesos crujían bajo su fuerte agarre.

- ¡Maldito idiota, me estás haciendo daño!-Reclamé, con mi mano libre intentaba zafarme de su agarre, y también lo empujaba- ¡Ah, suéltame!-Grité.

Me vi cerrando los ojos por la fuerza que su mano empleaba en mí. Y de un momento a otro solo dejé de sentir. Mis piernas flaquearon y caí de rodillas al piso.

- ¡Así no se trata a una mujer!-Rugió una nueva voz.

Confundida, y sorprendida por la repentina aparición de aquella voz tan majestuosa, me obligué a ignorar mi dolor, para observar lo que estaba pasando.

John se encontraba forcejeando con Caleb, este le propinaba puñetazos en el abdomen y en el rostro. John cada vez se notaba más y más débil. Caleb le dio un golpe seco en la mandíbula que hizo caer a John al suelo.

Me levanté rápido del piso, Caleb estaba a punto de darle una patada en las costillas al desmayado John.

-Basta...Míralo, ya no se puede mover. Vamos...-Pedí agitada, tragué. Lo tomé del codo para salir de allí.

Caleb en ningún momento me observó, seguía mirando a John tirado en el piso por si este estaba dispuesto a ir por más. Me siguió el paso y salimos de allí.

Tomé su mano y lo arrastré conmigo para ir a mi habitación, necesitaba calmarme. El estrecho pasillo, parecía que se hacía más y más lago cada que caminaba, parecía no tener fin.

Llegué a la puerta de mi habitación y giré el pomo de esta para entrar, Caleb me pisaba los talones. Al abrir miré desconcertada como dos tipos se encontraban en medio de mi habitación.

- ¡Hey, mi habitación es de paso restringido!-Exclamé molesta con el ceño fruncido- ¿Quién los dejó subir?

En toda la casa había tipos cuidando y custodiando que todo estuviera bajo control. He incluso había puesto a dos tipos a cuidar las escaleras para que nadie subiera. Mi casa estaba plagada de custodios de seguridad por doquier, y ahora ellos suben a mi habitación.

Parecía una pareja que buscaba un poco de privacidad para divertirse. Hice un mohín, incentivándolos a que hablaran. O por lo menos para que se fueran, pero solo estaban allí mirándonos a Caleb y a mí.

Perfecto Engaño ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora