Capítulo 5

21 3 0
                                    

La cena había transcurrido con normalidad, el ambiente era cálido, y en el aire estaba instalado un olor maravilloso. Mi madre una que otra vez me miraba tratando de buscar algo en mi rostro, pero... ¿Qué?

Ella no había hecho mención de lo sucedido. Solo pensar en por qué mi madre tenía esos moretones y esa rara marca que vi en su muñeca, me ponían inquieta.

A mi lado estaba sentado el hijo de los nuevos socios de mis padres, mi padre estaba a mi derecha, en la cabeza de la mesa, a su derecha estaba mi madre; y seguido de ella estaban los Pellegrino; Esmeralda y Fabio.

Mis padres hablaban con los Pellegrino y yo de tanto en tanto intercambiaba alguna que otra palabra con John.

A primera vista pude notar que esta familia emanaba hermosura y vanidad, si todos eran apuestos a su manera pero pude notar que siempre tenían un todo de alarde cada vez que hablaban sobre alguno de ellos.

Esmeralda Pellegrino era una mujer para nada ostentosa, su piel clara como la de la porcelana al igual que la de su esposo y su hijo realzaba sus ojos verdosos, era realmente hermosa esta mujer tenía rasgos finos, y siempre tenía una sonrisa que regalar.

Fabio a simple vista se podía ver que era un hombre con un aire un tanto intimidante, su rostro mostraba dureza en todo momento, hasta ahora no lo había visto sonreír, su piel era un poquito más morena, sus ojos eran de ese característico verde que tenían todos los Pellegrino, tenía la nariz un poquito torcida, tal vez por algún golpe.

Y por último y no menos importante el chico a mi lado, John. Sí, era muy lindo, tenía un aire un aire juguetón y algo aniñado, se parecía mucho a Esmeralda, tanto sus ojos como el color de su piel, tenía una nariz respingada y una barba que me resultaba muy atractiva.

-Samantha... ¿Tienes novio?, seguro debes tener algún enamorado en el instituto eres una chica muy hermosa-Comentó Esmeralda sonriéndome sacándome de mis pensamientos.

¿Novio?, joder. Hace mucho no pensaba en eso. Hace un año que no tenía novio, mi ex Andrew, se mudó a Europa con su familia, y pues decidimos terminar porque yo dentro de mí sabía que no iba a funcionar entre nosotros una relación a tan larga distancia, así que sólo lo dejamos así. No he sabido de él hace once meses aproximadamente, seguro ya debe tener novia, ya habrá hecho su vida.

Reí ante su comentario, la verdad tampoco tenía ningún enamorado, pues yo no era fea, sabía que no, pero simplemente a mí no me perseguían los hombres como perritos falderos, porque desde un principio les dejo los puntos en claro.

Si me preguntas como te veo, la verdad es que te quiero como un buen amigo.

¡Puff! Directo a la friendzone.

Pero así tenía que ser, así me evitaba muchos dolores de cabeza, me refiero a esos que conllevan el tener una relación, y también los dolores de cabeza que me evitaría al darme cuenta de la gente falsa e interesada. En mis planes no estaba tener una relación así, mi vida estaba lo suficiente revuelta como para agregarle algo más.

-No, no tengo novio. La verdad no es algo en lo piense en estos días. - Respondí mirando mis zapatos. Cuando subí la mirada pude notar que Fabio, me escrutaba con la mirada, me incomodó, tenía los ojos pesados así que mis ojos pasaron de el a los de su esposa. Omití una risa nerviosa.

- Bueno, un muchachita tan hermosa como tú, es raro que no esté liada ya con alguien. Pero bueno, míranos a mi esposo y a mí, tenemos diez años casados y tres años de noviazgo; ya son muchos años estando juntos en los cuales no podemos estar uno sin el otro. - Agregó ella, tomando la mano de su esposo, se acercó a él y le plantó un beso en la mejilla.

Perfecto Engaño ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora