2. Dopamina, aprendizaje y memoria

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2. Dopamina, aprendizaje y memoria

La dopamina es clave para el aprendizaje y la memoria. La dopamina nos ayuda a recordar la información. De hecho, está demostrado que los aprendizajes con un componente emocional son los que más perduran, y la dopamina juega un rol importante en estos procesos.

También es clave en el aprendizaje asociativo. Un estudio muestra cómo la estimulación de las vías de la dopamina en la sustancia negra mientras los participantes recibían una recompensa, les motivaba a repetir la estimulación que precedía a la recompensa.

[...]

—Vamos Matteo, no es tan difícil... solo te falta proceso para la industria gastronómica y sumiller —el italiano aun no podía memorizar nada acerca de aquellas dos materias y estaba entrando en colapso. Mientras Emilia intentaba ayudar ya que, como era costumbre de los profesores, los ponían juntos en casi todo, incluso él fue su tutor en química de los alimentos durante el primer semestre, porque la rubia no dominaba del todo aquella unidad curricular.

Pero si querían matricularse en artes culinarias debían esforzarse el doble.

La mexicana miro a la pared pensativa, y luego al chico a su lado, que tenía la cabeza escondida entre los brazos y se quejaba apretando los dientes. Una idea se le vino a la mente entonces.

—A ver, velo así, tú me dices una respuesta correcta y yo te doy un beso.

Matteo levantó la vista consternado, de verdad su ex novia le estaba diciendo eso, ¿no era un sueño?

—Aprendizaje asociativo, se le llama —burló él, accediendo y robando un beso con trampa de sus labios.

Oh, esto va a terminar muy mal... pensó ella.

[...]

— ¿Hay alguien aquí...? —la instructora se adentró en el aula porque escuchó una serie de ruidos que para ella no eran naturales, era más que el sonido metálico de las ollas y utensilios de cocina. La mujer de mediana edad se espantó al ver a Matteo salir detrás de uno de los puestos de horneado.

El italiano tenía la mitad de la camisa desabrochada y marcas de labial en el cuello. A la par suya apareció Emilia con el cabello revuelto y alborotado, y la falda enrollada hasta las rodillas. No había que ser un erudito para adivinar lo que estaban haciendo.

Ambos jóvenes se miraban con sonrisitas tontainas y chocaban de vez en cuando sus hombros con torpeza.

— ¡Muchachos! ¿Estuvieron jugando a las espadas con los tenedores acaso?—se quejó la mujer abanicándose la cara abochornada—. Tienen suerte de que esta no es la primera vez que me encuentro algo así en esta cocina, no los voy a sancionar solo porque son de los mejores alumnos, pero les pido por favor que los asuntos de dormitorio los dejen ahí, en el dormitorio.

Emilia agacho la cabeza avergonzada, la mujer salió de la cocina dejándolos solos, la mexicana iba a retirarse pero las manos del italiano metiéndose en su camisa y atrayéndola hacia él la interrumpieron, estaba besándola nuevamente. Haciéndola perder la cordura.

[...]

Ámbar despertó apenas cubierta por una sábana, se removió en la cama buscando al dueño de sus suspiros la noche anterior pero no lo encontró. Gruñó por lo bajo y se acercó a la mesita de noche, abriendo la pequeña gaveta y sacando de esta una pipa eléctrica y un blíster de Conzip®(Tramadol), el efecto del analgésico aminoraba los achaques y dolores por la exigencia de los ensayos, a pesar de que le provocaba cambios de humor y somnolencia, esos eran pequeños efectos secundarios; era su pequeña adicción. Y nadie lo sospechaba, el vaso que dejo convenientemente en la mesita la noche anterior le sirvió para tragar la píldora sin dificultad. Encendió la pipa y comenzó a calar hasta terminar con el contenido de esta, se sintió insatisfecha, pero era eso o volver a fumar cigarrillos.

Se levantó de la cama adentrándose en el diminuto baño y preparándose para comenzar el día. No se esperaba que al salir a ensayar una de sus compañeras se le estuviera ofreciendo en bandeja de plata a Simón, su Simón. Y que él no hiciera el mínimo esfuerzo en rechazarla.

—Rubia, ¿qué te sucede hoy? Estas algo ida.

Su coreógrafo regañó por quinta vez en menos de media hora. Ámbar bajó del escenario ya hastiada y se sentó en una de las bancas a observar al resto de las bailarinas.

— ¡Si tan mal lo hago pues enséñame cómo se hace! —gritó ofuscada.

Simón la miró extrañado, alguien se había levantado con el pie izquierdo. Se acercó a ella y la llevó a su despacho, dejando desconcertadas a las demás, nadie que no fuera el dueño del cabaret entraba a ese despacho.

— ¿Quieres que te enseñe? —susurró a su oído mordiendo el lóbulo de su oreja, Ámbar ahogo un gemido y se dio la vuelta encarándolo.

—Creo que deberías de ser menos, demostrativo con las demás, se aprovechan de tu amabilidad para devorarte con la mirada —la rubia enterró las uñas en su pecho y luego pasó a su espalda—. Hazles saber que solo yo puedo tocarte.

[...]

—Muy bien Delfi, has mejorado mucho últimamente —alagó el pelinegro sosteniendo el saco de boxeo para ella. Mientras la chica le daba un último golpe a este, haciéndolo retroceder por el impulso.

—Gracias, eso te lo debo a ti Pedrito.

Sonrió ella deshaciéndose de los guantes y caminando hacia su mochila, de esta sacó una toalla que puso sobre su cuello para mitigar el sudor y una botella de agua que se tomó en tres sorbos. Una vez que pudo calmar su respiración hablo: —Aquí entre nos, tú eres muy buena... estimulación.

Ese no era un gimnasio cualquiera, sino la sede principal de la cadena de gimnasios de uno de los socios de su padre, y su instructor de boxeo era nada más y nada menos que el hijo del dueño. Desde que vio a Pedro por primera vez se sintió inmediatamente atraída hacia él, y no paraba de hacer pequeñas insinuaciones que él a veces captaba pero decidía ignorar. Delfina no se detendría hasta hacerle entender que ella quería algo más que una amistad con él.

Además, quería mantener su imagen por todo lo alto, y Pedro era ese dulce que no había probado... ella nunca fue materialista, pero si quería mantener su estatus tenía que salir con alguien a "su nivel", claro que ella sentía algo más que interés y conveniencia.

— ¿Yo? Pero si a mí no me debes nada.

—Claro que sí, te dije que no era una princesita indefensa, y lo he demostrado — se acercó a él con una sonrisa, propinándole un golpecito juguetón en el hombro. Acomodó su top deportivo notando que este se había subido, su brasier le estaba dando problemas... pero se sintió complacida al notar la curiosa mirada del chico sobre su escote—. Y, entrenador, ¿Qué tal si lo invito a cenar?

— ¿A mí? Primero me tienes que llevar a un lugar decente y darme un beso bajo la lluvia —bromeó haciendo una pose afeminada.

La chica alzo una ceja divertida y le sonrió guiñándole un ojo, despidiéndose de él con un beso en la mejilla.




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SE BUSCA NOMBRE PARA LA SAGA, ATENCIÓN, SE BUSCA NOMBRE PARA LA SAGA *inserte voz de vendedor ambulante*. Help me, please.

La saga: 

1. Dopamina. 

2. Adrenalina. 

3. Serotonina.

Y tal vez, solo tal vez. 

4.Oxitocina.

¿Nombres?

He pensado en #SagaInside o #SagaNeuro pero I don't know.. por ahí hasta #SagaPasiva me sugirieron, okno *tose* --MadHatter.

P.D.: ¿A que no esta preciosa la portada?



ErxLee.

· D O P A M I N A · #SagaNeuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora