5. Dopamina y creatividad

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5. Dopamina y creatividad

Los receptores de dopamina de personas sanas muy creativas son similares a los de las personas con esquizofrenia. Estos receptores están muy ligados al pensamiento divergente.

Tanto las personas creativas como con esquizofrenia tienen menor densidad de estos receptores en el tálamo, área encargada de filtrar la información que nos llega. Interviene en la cognición y en el razonamiento. Esto implica que se filtrarán menos las señales, produciendo un gran flujo de información al cerebro. Esto explica que las personas creativas vean numerosas conexiones poco comunes a la hora de solucionar problemas y las asociaciones extrañas en las personas con trastornos mentales.

[...]

—Hola Ámbar —la aludida dejo su vaper de lado y miro como en frente suyo se presentaba Yamila Sánchez.

La prometida de Ramiro había estado paseándose las últimas semanas por el lugar, pero nunca se había atrevido a hablarle a alguna de las artistas. Solo a Simón y a su futuro esposo.

La rubia de ojos zafiro la miró de arriba abajo curiosa y extrañada, era un mujer muy hermosa y elegante, digna de ser admirada.

—Sí, ¿dígame?

—No es necesario que me trates de usted, no soy tan vieja, te llevo solo unos años —ambas se sonrieron—. Veras, quiero hacerle una sorpresa a mi rulitos para la noche de bodas, pero no quiero que se entere, ¿crees que puedas ayudarme?

—Oh, por supuesto... —accedió Ámbar emocionada—. ¿En qué necesitas que te ayude? ¿Un baile, una canción, un vestuario? Tú dime y yo seré tu fiel seguidora.

A Ámbar la emocionaba mucho aquello, quizás por el hecho de que alguna vez –todavía- soñó con casarse.

Yam sonrió complacida, había encontrado a una confidente en donde menos se lo esperaba.

—Pues... un poco de todo —respondió algo intimidada—. No soy la mejor bailando pero se me da bien el canto.

—Oh, no sabes el montón de cosas que se me están ocurriendo... ya veras, a Ramiro se le va a caer la baba cuando te vea.

[...]

—Buen día... —Emilia se dio vuelta sonriendo y besando la espalda desnuda de su novio, la noche anterior fue de las mejores de su vida, aunque no recordaba casi nada; pero los músculos de su cuerpo entumecidos le daban un hallazgo.

Escuchó un gruñido de su parte seguido de un ronquido, pero este no provenía de su novio. La rubia abrió los ojos espantada y miró a su lado.

No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no....

La chica se levantó de la cama con cautela y miró la habitación; ropa tirada en el suelo, su falda colgando de la puerta, dos cuerpos masculinos desnudos sobre su cama, Matteo y Benicio... no fue muy difícil llegar a una conclusión.

Entró al baño y se tapó la boca ahogando un grito de, ¿repulsión, sorpresa, miedo? No sabía exactamente que era. Pero algo si sabía, estaba frita.

Se vistió como pudo sin hacer ruido y salió a la cocina, preparar el desayuno la iba a distraer, eso era seguro.

Mientras improvisaba con lo que había en la nevera se detuvo a pensar, ¿cómo en el mundo se le ocurren ideas tan locas y creativas?

— ¡Ya está la comida! —gritó, como pudo, su voz solo era un chillido de gatito asustado.

En la sala encontró unos lentes de sol, no lo pensó dos veces y se los puso, no podía, se le caía la cara de vergüenza, ¿cómo los miraría a los ojos a partir de ahora?

· D O P A M I N A · #SagaNeuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora