3. Dopamina y motivación

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3. Dopamina y motivación

La función motivacional de la dopamina. Parece ser que este neurotransmisor no solo nos recompensa cuando hemos llevado a cabo una acción placentera, sino que actúa antes de eso. La dopamina es liberada para lograr algo bueno y evitar algo malo.

[...]

—Ay, estoy muerta, ¡no puedo más...! —se quejó la pelinegra tirándose sobre la lona y cubriéndose los ojos con un brazo. Su pecho subía y bajaba agitado, aun intentaba calmar su respiración.

—Vamos Delfi, no seas floja... —la animó su entrenador—. Solo te faltan 10 repeticiones.

—Ni 10, ni 5, ni 2, no doy para más Pedro —chilló ella dándose vuelta y recostándose boca abajo.

No estaba muy motivada esedía, estaba haciendo un calor de los mil infiernos y el aire acondicionado del gimnasio estaba bajo mantenimiento, por lo que las moléculas de sudor y el oxígeno formaban una atmósfera sofocadora, caliente –pero no caliente al punto carnal, como ella quisiera- y cargada de fatiga. Además de eso Delfina tenía tres días enteros sin asistir al recinto y sumando eso a que durante esos tres días estuvo comiendo como si la vida se le fuera en ello.

Fue esa mañana cuando su, ahora novio, se coló en su alcoba y la hizo salir de la cama muy temprano para hacer cardio en ayunas y una sesión de completa de spinning. Si, lo quería matar.

—Ya, prometo no abusar nuevamente de la bandeja de quesos, ¿soy libre ahora? —Destapó su cara y lo miro con una sonrisita suplicante, él negó divertido sentándose a su lado—. ¡Pedro...!

—10 repeticiones y te llevare a desayunar lo más grasoso y procesado que se te ocurra —sugirió él alzando una ceja.

—Y, amor... que tal si nos ejercitamos de, otra manera —la chica se apoyó sobre sus codos y bajó una de las cintas de su top deportivo, destapando su hombro y sonriéndole coquetamente—. Nadie está aquí a excepción de nosotros, todo el mundo odia entrenar sin el aire acondicionado, y eso significa que el sauna esta, completa e íngrimamente, solo.

[...]

—Hola cariño —saludó la mexicana acercándose a su novio y depositando un suave beso en sus labios. Benicio le respondió dándole un ligero apretón de manos y sonrió—. Mi día estuvo algo tedioso, los profesores me asfixian y mi pareja de culinaria no colabora mucho que digamos... —omitió el nombre de Matteo, para no hacer enfadar a su chico.

Si bien la relación marchaba sobre ruedas, Emilia tuvo que hacer el doble de esfuerzo para lograr que Benicio fuera un mejor novio. En solo unos meses ella consiguió que él se alejara un poco de las fiestas y el descontrol, consiguió que le prestara más atención y se interesara más en ella; solo tuvo que utilizar la piscología inversa, relatarle su día como una rutina hasta que al momento en que ella no lo hiciera él se lo preguntara, esa técnica la utilizaba incluso con sus padres. Además su mayor hazaña fue lograr que su familia lo aceptara... el niño tenía un historial después de todo.

Pero estaba convencida de que podía mejorar, y muy motivada.

—No me digas, Matteo Balsano de nuevo —replicó él—. No intentó nada, ¿oh, sí?

Emilia miró al techo recordando brevemente como su ex la sujetaba de la cintura y la metía en el cuarto del conserje, muy cliché.

—No, nada —ella sonrió y se sentó en su regazo abrazándolo del cuello. Luego depositó un beso en su mejilla, haciéndolo sonreír.

No le gustaba mentirle a Benicio, ni a nadie, pero esta era como su venganza... con un año de relación la chica descubrió más de un desliz de parte de su novio, pero no se lo reclamó, ¿la razón? Ella tampoco era una santa. Además las infidelidades de Benicio no eran más que conversaciones subidas de tono en Instagram o uno que otro beso en alguna fiesta, nadie en la actualidad tenía una relación de completa fidelidad por muy enamorado que estuviera. (Autora: Yo soy testigo de eso).

Ella por su parte estaba haciendo cosas peores pero al contrario de él no dejaba huellas en la escena del crimen.

Emilia Mansfield tenía todo fríamente calculado.

[...]

—Buen día a todo el mundo —gritó una rubia saludando a sus compañeras y sentándose a la par de su coreógrafo en el escenario—. Buen día, . —sonrió dejando un beso en su mejilla y poniéndose a calentar junto a las demás.

Que en ese momento le lanzaban cuchillos con la mirada, pero Ámbar no podía sentirse más satisfecha. Su chico, suyo, había hecho pública su relación... por lo que ahora las arpías–como les decía ella-, ya no molestaban ni atosigaban a ninguno de los dos.

—Chicas, hoy tenemos una visita muy especial... el dueño del bar viene para ver el ensayo general, saluden por favor a Ramiro Ponce niñas —comenzó Simón posando su vista en cierta rubia de ojos azul intenso que se estiraba al final del escenario.

—Muy buen día señoritas, dentro de poco traeré a mi prometida para que conozca una parte de mi negocio, espero que la reciban con los brazos abiertos...

Al final del ensayo Simón se acercó a Ámbar con intenciones de presentarla formalmente con el exitoso empresario, a lo que la rubia no se negó.

—Ramiro, déjame presentarte a una personita muy especial para mí, ella es Ámbar...

—Su novia —se adelantó la chica sonriéndole a su jefe—. Y no crea lo que dicen tras camerinos, me he ganado el lugar que tengo por mi esfuerzo.

Si era verdad que las chicas le tenían cierta envidia a la rubia, y por eso inventaban calumnias para hacerla quedar mal. La última comidilla era que se acostaba con Simón para conseguir protagonismo, pero lo había conseguido por mérito propio, y mucho antes de comenzar la relación con su coreógrafo.

Después de todo era muy competitiva, y le encantaba presumir, era ya lógico que esa era su motivación, destacar.

· D O P A M I N A · #SagaNeuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora