capítulo 1: 5 años

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Mis recuerdos están borrosos pero aún me retuercen por la consciencia y como negarlo mi inocencia y mi infancia se borraban y yo no podía hacer nada, lo escuche todo y vi muchas cosas que mi mente se revolvió tanto como pudo si más no lo recuerdo creo que fue así, como mi vida cambio.

Estaba en mi habitación de repente me dieron ganas de ir al baño, ya que el baño de al lado de mi habitación se había arruinado fui al que estaba al lado de la habitación de mis padres ya que la puerta estaba abierta los escuche decir.

- Marcus, la empresa esta cayendo que haremos? Si sigue así nos iremos a la quiebra y todo lo que tenemos nos lo quitaran.

-Sabes tengo una idea, aunque no se si te parecerá, es algo cruel.

-Porque? Que se te ocurre?.

-Recuerdas a Romero Castillo, el cliente más prometedor y cirujano plastico. Él esta desesperado por tener hijos, Ángela es una gran fuente de ingresos, y él le daría la vida que queríamos darle así que si se la vendemos.

- Estoy de acuerdo Marcus le diremos mañana, veremos que nos dice.

Luego de oírlos mis sentimientos se revolvieron por completo, nunca había convivido con mis padres lo suficiente como para llorar, pero tampoco sabia quien era el señor Romero como para alegrarme. La noche paso rápidamente y no dormí nada pensando en ello, de repente la puerta se abrió y entró la sirvienta diciendo.

-Ángela ven, vamos a ponerte este hermoso vestido azul, y estos zapatos que hacen juego, pero antes a bañarse, si linda?.

No le respondí y solo me duche y cambie, luego fui a la sala donde me senté y miraba mis zapatitos azul que eran muy bonitos, luego mi madre me llevo a un auto y luego de eso aparecí en un lujoso hotel, donde me llevaron al piso mas alto, mi madre me dijo adiós y me senté en una silla. Luego de largo rato apareció un señor mayor que vestia de traje marron, su cabello pintaba unas canas, luego de verme y sonreirme dulcemente me dijo.

- que niña mas linda, de piel pálida, cabellos negros y ojos grandes y azules, Ángela te llamas verdad?.

- si señor, ese es mi nombre.

- bueno mi nombre es Romero, pero puedes decirme papá, ahora iremos a nuestra casa linda Ángela, iremos a argentina es muy linda y te divertirás mucho.

La simple idea me emocionó, nunca había salido ni de la ciudad así que me emocioné y en un cerrar de ojos ya tenia una casa enorme, un colegio lujoso y una habitación gigante que mas podía desear, o al menos en ese momento que desearía. Al pasar los meses vi que mujeres lo visitaban, no estendia el porqué y al día siguiente dichas no aparecían y si le preguntaba él me lo negaba así viví hasta los 8 años donde empecé a abrir los ojos y a notar la realidad, la asquerosa realidad.

El veneno de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora