Un Feliz Cumpleaños

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Osomatsu regresó dentro de la casa, reía divertido por lo que acababa de ocurrir. Era sólo... ¡Aquella expresión de Karamatsu no había tenido precio! Sin embargo, debía admitir que era verdad que era injusto que sólo su hermano saliera perjudicado de todo eso.

¿Debería hacer lo mismo con los demás? Aunque bien, seguramente le pegarían si se atrevía...

"Pero no puedo dejar a Karamatsu como la única víctima..." murmuró Osomatsu. El primero miró hacia la habitación principal, la cual estaba de momento cerrada. ¿Ya habrían ido por Todomatsu para que jugara con ellos?

Osomatsu tenía un dilema en ese momento. ¿Debería continuar con la sugerencia de Karamatsu? Si lo hacía entonces Karamatsu estaría en términos equitativos con los demás...y si no lo hacía... sólo el segundo sería la víctima, pero... ¡No sería golpeado por ninguno de los otros!

"Ah... ¿Qué hago...?" Osomatsu se preguntó. No es como que el segundo le hubiera pedido que besara a los demás, pero, él le había dicho que no sería el único perjudicado. Hmm... ¿Qué haría?

La puerta de la habitación se abrió, mostrando directamente a Ichimatsu. Los niños dentro de la habitación miraron a Osomatsu, aparentemente no tendrían que ir por él.

"¡Osomatsu! ¿Qué te dijo Karamatsu?" preguntó el cuarto. Osomatsu ladeó la cabeza sin entender a qué se refería.

"¿Ah?"

"Sí fuiste a preguntarle sobre jugar con nosotros, ¿verdad?" Ichimatsu preguntó. Ante el silencio del primogénito, el cuarto asumió la respuesta. "Osomatsu..."

"Ah, eso... ahahahah, ¡Olvide preguntarle! Deja le pregunto" dijo Osomatsu. Ichimatsu lo miró confundido, ¿Pero entonces qué había ido a hacer?

Choromatsu y Jyushimatsu se acercaron a Ichimatsu, lucían igualmente confundidos por lo que acababan de escuchar.

Osomatsu salió nuevamente de la cocina, volteó a ver a Karamatsu, quien seguía cubierto por cuervos.

"¡Karamatsu! Olvide preguntarte, pero, ¿Quieres jugar canicas con nosotros?" preguntó Osomatsu. Karamatsu volteó a verlo con lentitud. El primero no pudo evitar reír al ver a su hermano de esa manera, ¿Es que no le molestaban los cuervos? ¿De verdad ni un poco?

"Yo..."

"¿O acaso prefieres quedarte a socializar con los cuervos?" preguntó Osomatsu con tono burlón. "Entiendo que estés avergonzado, pero... todos quieren que te unas, no puedes estar solo en nuestro cumpleaños"

"Osomatsu, oye, no piensas besar a-"

"¡Bien! Entonces les diré que ya vienes, no tardes mucho o empezaremos sin ti" dijo Osomatsu al completamente ignorar lo dicho por su hermano. Karamatsu observó cómo su hermano volvía a entrar a la cocina.

Al ver la puerta cerrarse nuevamente, no pudo evitar pensar por un momento en lo raro que era Osomatsu; claro que, al recordar a los cuervos encima de él, Karamatsu rio un tanto apenado por el pensamiento; realmente no tenía derecho de llamar raro a otro cuando seguía en su coraza conformada por cuervos.

Karamatsu se quedó en silencio segundos después. Jugar canicas... tal vez era momento de dejar su pena atrás y divertirse con sus hermanos. El segundo miró a los cuervos encima de él.

"Oigan... no quisiera ser grosero, pero, necesito levantarme e ir con mis hermanos" dijo Karamatsu. Era mentira decir que no le daban un poco de nervios los cuervos, realmente creía que debía ser cortés con los pájaros o entonces lo atacarían por molestarlos.

*Cruaaac*

El segundo suspiró al saber que era un poco tonto de su parte esperar a que los cuervos se quitaran de encima sólo por hablar de esa manera; tendría que pararse y forzarlos a irse con sus movimientos.

Relatos de un Futuro InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora